Martín Fernández Antolín, en el Ayuntamiento de Valladolid. CARLOS ESPESO

«Vivimos un momento de polarización tan peligroso que Cs es fundamental»

MARTÍN FERNÁNDEZ ANTOLÍN, portavoz de Cs en el Ayuntamiento de Valladolid ·

Profesor universitario y recién llegado a la política, le ha sorprendido la «cercanía» entre los concejales de diferentes partidos

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 18 de julio 2021, 09:27

De la Universidad Europea Miguel de Cervantes, donde fue rector, a portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento. Una aventura política tardía de un profesor universitario que responde al arquetipo de lector ávido y curioso intelectual.

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–Es un político atípico. Viene del mundo académico y ... ha entrado de forma tardía. ¿Por qué meterse en este lío?

–Los profesores estamos en contacto con los jóvenes, y esto despierta una preocupación que supuso, en mi caso, querer dar un paso adelante para intentar que los jóvenes tengan las mismas oportunidades que tuvimos los de nuestra generación. Y para que todos los logros conseguidos por las generaciones anteriores también pudieran disfrutarlos. Ha sido algo básico para dar el paso. No hay un trasfondo de voluntad de hacer carrera política por el hecho de hacerla, sino de servicio público.

–El ritmo político es muy diferente al ritmo académico. En dos años hemos vivido de todo. ¿Cómo ha sido ese choque con esa realidad?

–Tampoco creo que sea tan diferente. Es cierto que en política te puedes encontrar con acontecimientos que suceden de repente, pero cuando alguien se mete en política es para escuchar a los vecinos, en este caso. A las asociaciones, comerciantes... Y con lo que ellos te van contando tú vas diseñando un modelo de ciudad y eso se asemeja mucho a lo que es un curso académico, planteas algo en el medio o largo plazo. ¿Que después hay sobresaltos que no hay en el mundo académico? Cierto. Pero se pueden mitigar si la labor previa de trabajo y escucha se ha desarrollado con un poco de sentido común. Pongo un ejemplo. Ahora estamos hablando, a nivel municipal, del envejecimiento de la población. Hace dos años, una de las primeras mociones que presentamos fue la de la soledad impuesta y el envejecimiento activo. Hace dos años hablábamos de un plan de empleo joven y ahora resulta que la Agencia de Innovación va a dedicar una de sus líneas importantes al empleo joven. Hace dos años hablábamos de los centros gueto y ahora se están dando cuenta de que son una realidad en Valladolid. Por eso digo que sí es diferente, pero no tanto.

–Ha llegado a acuerdos con el equipo de Gobierno de PSOE y VTLP. Algo que ha ocurrido en Burgos, entrando además en el equipo de Gobierno. Pero no es lo habitual.

–Creo que sí ha sido habitual...

–Más por el lado derecho.

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–Pero hay una línea común. La del diálogo y el consenso. La voluntad de hacer política útil. No hemos apoyado unos presupuestos porque sí. Cuando se nos propuso apoyarlos lo primero que hicimos fue, tras reunirnos con asociaciones, colectivos, estar en los barrios, trasladar a un papel las mejoras que sabíamos que se podían aportar al borrador. Se incorporaron lo que llamamos once líneas naranjas y decidimos apoyarlos. Pero es que esos presupuestos son mejores ahora y obedecen a un ejercicio de responsabilidad. No podemos olvidarnos de que nosotros somos partido de oposición, pero la responsabilidad nos llevó a aportar. Y a partir de que se incorporase sí dimos el refrendo a los presupuestos, pero no fue un paso gratuito ni tuvo nada que ver con lo que no fuera la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.

«Somos el contrapeso perfecto contra nacionalismos y extremismos»

–Un partido de centro es eso, tirar hacia los dos sitios. Pero, ¿tiene hueco un partido de centro, viendo los últimos resultados y las encuestas para Ciudadanos, con ese desgaste tremendo?

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–Precisamente vivimos un momento de polarización tan peligroso para la sociedad que es cuando más sentido tiene un partido que ocupe ese espacio en el que está Ciudadanos. Es un partido fundamental. Desde el punto de vista económico. Somos un partido liberal, pero desde el punto de vista europeo. Vas al Parlamento europeo y la gente no tiene que poner ninguna otra etiqueta más allá, diferencian perfectamente entre la socialdemocracia y los partidos conservadores. Es curioso que en España, un partido liberal que trabaja las políticas económicas con la cabeza y ataca los problemas sociales con el corazón, no tenga hueco. Pero desde otro punto de vista, tiene que ver con los radicalismos a los que están empujando desde los dos extremos, derecho e izquierdo. Somos el contrapeso perfecto contra nacionalismos, extremismos... Y eso es algo que la sociedad española terminará por entender y valorar.

–Quizá esa decisión de buscar un socio preferente rompió esa imagen de centro bisagra.

–Hubo una oferta por parte del entonces presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, a Sánchez para que se apoyase en Ciudadanos y no en los partidos nacionalistas, independentistas... Creo que esa oferta estaba sobre la mesa. ¿Que fue rechazada? Eso invita a buscar otro tipo de socios. Pero nosotros somos un ejemplo muy claro de lo que es un partido de centro. El equipo de Gobierno está contento cuando le apoyamos pero no cuando decidimos no apoyarle.

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–Decía un cargo de su partido el otro día, «nos echarán de menos cuando no estemos».

–Espero que no se llegue al 'cuando no estemos'. Porque somos un partido necesario. ¿Quién busca el consenso? Ciudadanos. Nosotros partimos del diálogo. Me gustaría que se hiciera un repaso de ver qué otro grupo municipal ha recibido más apoyo en sus mociones que el que ha recibido Ciudadanos. Por algo será. Hemos intentado y conseguido que se apruebe aquello que pone por delante el interés común. ¿Por qué vamos a renunciar a esto? Dialogando y haciendo política con mayúsculas, no anteponiendo banderas o eslóganes, la política se puede hacer de verdad.

–Alguna vez hemos hablado de la simplificación de los discursos, de esa reducción al tuit.

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–El efectismo en política parece que triunfa, cuando es algo muy diferente. La política es compleja. Supone trabajo. Y el discurso de Ciudadanos es elaborado, racional, que tiene sentido. Intentar trasladar a un tuit un discurso complejo... En materia de transparencia, Ciudadanos es un ejemplo. A nivel de gestión. No ha habido casos de corrupción en Ciudadanos. Eso es lo que termina por calar. La simplificación del discurso es el riesgo de esta sociedad en la que vivimos. Una sociedad de absoluta inmediatez, en la que ganar un titular, un espacio en el cerebro de un potencial votante, es básico para muchos partidos políticos aunque no haya nada detrás, que es lo verdaderamente triste.

–Lo hemos visto con las declaraciones de Alberto Garzón sobre el consumo de carne. Más allá de cómo lo expresara, PP y Vox se lanzaron a por él y resulta que en las web de los organismos que dirigen se recomienda exactamente lo mismo.

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–La cuestión es lo que va detrás de eso. Eso, ¿en qué beneficia a los ciudadanos? Un debate sobre el consumo de carne, un debate sobre la eutanasia... Lo que tenemos que hacer es pensar qué aporta a las personas. Generar debates efectistas es sencillo, solo hay que utilizar cualquier barbaridad que podamos ver y hacer bandera de ello. Lo importante es que lo que se haga sea una actuación encaminada a que la política que se haga sea útil para las personas. Eso es algo que se olvida.

«En el debate sobre movilidad no se puede hablar solo de carril bici o de 'Puente atasca'»

–Uno de los debates enconados aquí es el de la movilidad, pero se plantea impuesto desde Europa y hay que afrontarlo. ¿Ciudadanos está en una posición intermedia?

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–No, tenemos muy claro que hay que cumplir con las directivas europeas. Pero se puede abordar de mil maneras. Lo más importante es saber para qué queremos hacer los cambios en movilidad. Y las directivas europeas hablan de sostenibilidad en sentido amplio: que beneficie la actividad económica, la movilidad de las personas para el acceso a las diferentes partes de la ciudad. Y esto es algo que en Valladolid no lo se ha planteado bien. Esto no consiste en si se ponen más o menos carriles bici o si se pone un carril bus o menos. La cuestión es, ¿cómo llega la gente de Delicias al centro? ¿Cómo funcionan los camiones de distribución cuando tienen que abastecer a los comercios? ¿Cómo se traslada un estudiante que vive en Covaresa hasta la Universidad? El problema es saber para qué queremos hacer los cambios y a partir de ahí, diseñar las políticas. Nosotros hemos ido tan lejos como para proponer que si se toman medidas como aparcamientos disuasorios, transporte público mejorado, no haya aparcamiento en superficie en el centro más que para los residentes. Pero es que creemos que la movilidad es una cosa y otra, el debate sobre la movilidad. Hay que meter muchos más factores en ese debate, no podemos hablar solo del carril bici o de «Puente atasca». Una cuestión de la que se habla muy poco es el de la mancomunidad de interés general...

–Le iba a decir que el modelo geográfico y demográfico, no solo aquí, de núcleos urbanos rodeados de un cinturón de núcleos que se desplazan hasta él, también exige una solución.

–Eso es. Cuando llegamos al punto de la movilidad nos olvidamos de que Valladolid debería ser el eje sobre el que pivotase toda esa mancomunidad. Si no comenzamos a tomar esas políticas que actúen para ir generando las puertas de Valladolid... Laguna, Santovenia, Zaratán. Esas personas vienen a Valladolid a trabajar y a consumir, vamos a ponérselo fácil. Si nos quedamos con que el problema de la movilidad es el de cuatro calles, nos equivocamos completamente. Tenemos que hacer la vida fácil para todos, hosteleros, comerciantes, cultura. Si alguien quiere venir de Laguna aquí a cenar, al cine, a un concierto, ¿qué hace con el coche? ¿Qué alternativas de transporte tiene para desplazarse a Valladolid? Europa presenta una perspectiva muchísimo más interesante de lo que se está intentando hacer aquí, que es hablar solo de las bicicletas y del medio ambiente.

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–¿Qué le ha sorprendido de la política?

–Me ha sorprendido la cercanía que hay entre los políticos a nivel municipal. Se establecen relaciones fructíferas y, que si abandonásemos los encorsetamientos de los partidos, serían mucho más beneficiosas. No tengo ningún problema con salir a tomar un café con un concejal del PP o de Vox y que al mismo tiempo esté alguien de Toma la Palabra o del PSOE. Y cuando hablamos nos damos cuenta de que tenemos mucho más en común, personalmente, de lo que últimamente representamos en las actuaciones de los plenos.

–Que tiene algo de teatro.

–Diría que es más una puesta de escena, una ópera. Tiene un libreto y una escenografía. La diferencia está en cómo abordamos los problemas, pero creo que todos somos conscientes de cuáles son los problemas que vive la ciudad, y eso es interesante. Creo que ha sido lo más bonito del descubrimiento de la política.

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