Virginia Barcones, una sufridora de la Nacional 122 para defender las políticas estatales

Licenciada en Derecho con especialización en Ciencias Jurídicas y de la Administración, es funcionaria con plaza de secretaria-interventora en Molinos de Duero. La delegada de la Administración titular de la 'no Autovía del Duero' sufre a diario la Nacional 122. De Berlanga de Duero a Valladolid, ida y vuelta. Desde 2015. Es vicesecretaria autonómica del PSOE y ha sido viceportavoz en las Cortes hasta la semana pasada. Una parlamentaria concienzuda, de las que se preparan los temas como si fuera a ponerse ante un tribunal de oposición, pero que sabe dialogar. Barcones conoce lo que es vivir en un pueblo y deberá templar polémicas como la prohibición de cazar lobos y la financiación autonómica. «Voy a representar con todas mis fuerzas a Castilla y León en el Gobierno de España», prometió. En esos asuntos, tendrá de demostrarlo.

Virginia Barcones realizó un trabajo solvente defendiendo las políticas de Pedro Sánchez cuando en la Junta estaba ya Juan Vicente Herrera recogiendo su despacho. Conocía al PP de Herrera y se hizo valer. Y conoce al PP de Mañueco, con el que tendrá que lidiar en una etapa en la que sobrevuela el anticipo de elecciones y que estará marcada por los fondos del Plan de Recuperación de la UE.

«Es el momento, no hay otro», aseguró el viernes, convencida de que ese caudal de millones de Europa debe sufragar reformas que frenen la emigración de jóvenes. Camino de esa etapa vital va Guzmán, su hijo. «Es el motor de mi vida», le regaló el viernes en el acto oficial a un adolescente que siendo un niño, en 2015, soltó desde la tribuna de invitados de las Cortes un sonoro «es mi madre, la mejor», cuando Virginia Barcones tomaba posesión de su escaño.