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El cuatro de Antonio Gisbert, sobre el ajusticiamiento de los capitales comuneros, en la muestra de las Cortes de Castilla y León. Carlos Espeso

Una exposición viaja a la Castilla de los Comuneros

Día de Castilla y León ·

Una exposición con 150 obras, que abrirá sus puertas el 22, en las Cortes de Castilla y León, permite acercarse al año 1521 y a lo que supuso el levantamiento liderado por Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado

Susana Escribano

Valladolid

Miércoles, 21 de abril 2021

Atravesar el umbral de la megasede de las Cortes de Castilla y León es aterrizar en 1521, con Carlos I recién llegado de Flandes rodeado de consejeros flamencos para hacerse cargo de la corona de Castilla y del malestar que ese desembarco de foráneos con aires de colonizadores provocó entre los autóctonos.

El levantamiento comunero cobra vida en el vestíbulo del parlamento autonómico. Lo hace a través de una exposición de 150 piezas que pretende aportar luz a un «periodo oscuro de la historia de España», en palabras de Eliseo de Pablos, director de la muestra 'Comuneros. 500 años'. A partir de 1525, ahogado el movimiento comunero, la Historia el prolija, pero no ha tenido igual trato lo ocurrido en los años anteriores, entre el final del reinado de los Reyes Católicos y el principio del de su nieto, hijo de la reina Juana y de Felipe de Habsburgo, conocido por el sobrenombre de 'el Hermoso', defiende De Pablos. La muestra, fruto de una cuidada selección, impresiona al visitante. Las obras llegan de museos nacionales o provinciales, bibliotecas, colecciones privadas e instituciones, hasta sumar 45 entidades prestadoras. Ese número da idea del trabajo de selección y organización, de las gestiones para reunir lo que se puede disfrutar hasta septiembre en las Cortes de Castilla y León.

Visitas: del 22 de abril al 20 de septiembre, de lunes a domingo en horario de 10:00 a 13:30 y de 17:00 a 20:00 horas

La exposición reúne piezas aseguradas en cerca de 15 millones de euros. Desde tapices, al cuadro en el que Antonio Gisbert inmortalizó el momento en que los capitanes comuneros, Padilla, Bravo y Maldonado encaran la muerte en el patíbulo instalado en la plaza de Villalar de los Comuneros, pasando por el pendón que acompañó los restos mortales de este último, pinturas y esculturas coetáneas que ayudan a entender la época, documentos como la sentencia condenatoria de los líderes del alzamiento o el de su excomunión, que demuestra la intensidad con que fueron perseguidos, completando su condena a muerte con la pena del infierno, que suponía la expulsión de la Iglesia.

Imagen. Solene de Pablos, comisaria de la exposición, y Eliseo de Pablos, director.

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Imagen. Solene de Pablos, comisaria de la exposición, y Eliseo de Pablos, director. C. Espeso

La muestra recorre el levantamiento comunero en tres capítulos. El primero es el propio del movimiento comunero, articulado en piezas que relatan la disyuntiva entre 'traydores y desleales', como se denominaban entre los dos bandos o la encrucijada que se produce con la ruptura del equilibrio de fuerzas, cuando parte de los nobles que apoyaron el levantamiento vuelven al redil de los partidarios de Carlos I.

Da paso el recorrido al capítulo de 'El tiempo habitado', que busca trasladar al visitante a la vida cotidiana del siglo XVI. Con monedas de uso en aquel momento o juegos de ajedrez, muy popular entre la aristocracia, o cancioneros e instrumentos de música. Cuadros y figuras religiosas, de enorme valor, arquetas, braseros, muebles, armas y joyas...

Culmina la exposición con la parte que responde a la 'Memoria recuperada, memoria creada', que profundiza en los vestigios apegados a la realidad histórica o al mito comuneros a lo largo del tiempo. Desde la representación del ajusticiamiento de Antonio Gisbert, cuadro por el que las Cortes de España pagaron 8.000 reales en 1860 y que está colgado habitualmente en el Congreso de los Diputados. El verdugo muestra la cabeza de Bravo, ya degollado, mientras Padilla está sobre el Cadalso y Maldonado espera su turno para subir. La obra muestra la dignidad con la que enfrentan la muerte. Algo que Juan de Padilla resumió en la despedida a sus compañeros: «Ayer fue día de pelear como caballeros y hoy es el día de morir como cristianos».

Una parte trascendental de la exposición son los documentos que en ella podrán contemplarse, además del que supuso la excomunión, citado con anterioridad, hay otros de enorme importancia. Desde la 'Carta a los traidores', que Carlos I firmó en Worms (Alemania) el 17 de diciembre de 1520, al perdón real con un indulto general hecho público el Día de Todos los Santos en Valladolid, en presencia del rey y de buena parte de la nobleza, que recoge un listado de 293 comuneros a los que no es iba aplicar esta gracia y que fueron ajusticiados y su hacienda incautada.

Y como colofón, las Leyes Perpetuas redactadas en Ávila, en agosto de 1520. Son numerosos los historiadores que consideran ese documento como la primera Constitución democrática del mundo. Establecía la supeditación del rey a los representantes del pueblo, la abolición de privilegios, la dación de cuentas de los gestores y la independencia de la justicia. Se custodia en la Biblioteca Nacional de España, que lo cede para la exposición.

«Estamos orgullosos de esta exposición, y agradecidos de poder tenerla aquí, en las Cortes», resaltó Luis Fuentes, presidente de las Cortes. La muestra se enmarca en los actos de conmemoración del V centenario del movimiento comunero que la Fundación de Castilla y León -hasta hace poco más de un año Fundación Villalar-Castilla y León-, que depende del parlamento autonómico, organiza bajo el lema 'El tiempo de la libertad. Comuneros V centenario'.

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