Noelia da tacos de pienso a una vaca en una explotación de Fuentes de Oñoro, Salamanca. S. G.

Noelia Pérez Rivero/Veterinaria

«La veterinaria clínica está en peligro de extinción, cada vez somos menos»

Esta profesional desarrolla su tarea en la comarca de Ciudad Rodrigo, donde buena parte del ganado se cría en extensivo, algo que tampoco facilita la tarea

Silvia G. Rojo

Salamanca

Lunes, 10 de abril 2023, 00:19

El día comienza para Noelia Pérez Rivero vacunando cerdos contra el mal rojo y aujeszky. Lo normal es que continúe con la agenda prevista durante las próximas horas, pero en un trabajo como la veterinaria clínica «ahora estoy vacunando cerdos y a lo mejor me ... toca salir corriendo a un parto, nunca se sabe». A sus 37 años y asentada en la comarca salmantina de Ciudad Rodrigo, reconoce que la veterinaria clínica «cada vez es más dura, más complicada, cada vez estamos menos y es difícil encontrar compañeros que quieran hacer esto».

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Al igual que otros profesionales, es de las que piensa que esta especialidad está «en peligro de extinción», y lo justifica en el hecho de que «es una clínica dura, de 24 horas al día los siete días de la semana, desde por la mañana hasta por la noche, porque una vaca no te dice cuándo se va a poner de parto». Con este planteamiento, «la gente cada vez busca más comodidades en su trabajo, es difícil encontrar gente y la que sale tiene que formarse, pero lo que se busca son trabajos en los que se pueda conciliar mejor, un trabajo que sea menos esclavo, que no se trabaje el fin de semana».

Noelia desarrolla su profesión de manera mixta y atiende tanto a grandes como a pequeños animales. «El que quiere hacer grandes no quiere hacer pequeños y al revés, la gente busca especializarse en otros temas», aunque no deja de reconocer que el trabajo «es muy llevadero porque tan pronto estás con un perro como con un cochino, no es rutinario. Lo que más se hace son vacunaciones, desparasitaciones, programas sanitarios y luego, en la parte clínica, cada vez te llaman más cuando ya no hay solución, cuando no han podido ellos. Hay gente que no, lógicamente, pero la mayoría llaman cuando la cosa ya está muy fastidiada».

Nunca pensó que se iba a dedicar al mundo de los pequeños. «Creo que da mucha más posibilidad de aprender, de formarte, de evolucionar; en el caso de la clínica de campo, ahora está muy en auge formarte en reproducción, pero el ganadero te permite hacer mucho menos de lo que puedes, también por manejo. Estamos en una zona de dehesa, en extensivo, y eso lo complica, por lo que no te da tanto pie a avanzar o formarte». Aun así, «ya van haciendo diagnósticos de gestación, no puedes tener una vaca un año entero sin parir», explica.

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La prevención, una herramienta fundamental

Noelia Pérez considera fundamental la prevención «para que el sistema productivo sea lo más eficiente posible, con programas sanitarios, biológicos, con vacunas. Y mucho más ahora, con la restricción de antibióticos; todo lo que sea facilitar que la producción sea mejor es bueno, si lo haces a posteriori estás perdiendo dinero».Las condiciones en el campo son adversas en muchas ocasiones, pero Noelia tiene claro que «si volviera a estudiar sería veterinaria, mis padres tenían ganado y siempre fue mi pasión, aunque es una profesión que no está muy valorada ni categorizada en el tema del veterinario clínico». Insiste en que es un trabajo «muy satisfactorio aunque tengas tus más y tus menos, porque aprendes mucho, cada día ves una cosa nueva, nunca te encuentras lo mismo».

Noelia, vacuando cerdos y tocando a una vaca. S. G.

A lo largo de su trayectoria profesional, ha tenido varios «sustos» mientras desempeñaba su tarea. «Me corté una rodilla con un bisturí haciendo una cirugía a un cochino y tuve que estar casi año y medio de baja; hace poco un perro me mordió, hay sustos todos los días».

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Madre de dos hijos, afirma que nunca ha tenido ningún problema de conciliación, ya que forma «un buen equipo» con su pareja «y si me tengo que llevar a los niños al campo alguna vez no pasa nada, se meten en el ámbito en el que están, así que en ese sentido, la satisfacción es total».

De momento, su futuro está en el campo salmantino. Sobre la profesión, en general, cree que «si como compañeros todos vamos a una, podemos conseguir muchas cosas, es algo importante que cada explotación tenga un veterinario, nuestro trabajo lleva muchos pasos desde que el animal nace y llega a la mesa. La sanidad a nivel de campo es muy importante y debemos hacernos valer».

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La profesión

La memoria de la Organización Colegial Veterinaria cifró en 2021 en 35.827 el número de colegiados en 35.827 a nivel nacional, lo que supuso un incremento de 3,6%, con 1.251 colegiados veterinarios nuevos. Cataluña, Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana son las autonomías que registraron incrementos más significativos.En 2021, las mujeres colegiadas superaron a los hombres por un pequeño margen, una tendencia que va al alza. Las veterinarias representan el 52% del total. En cuanto a la edad, el 47% de los veterinarios son menores de 44 años; el 24% tienen entre 45 y 54 y el 21%, entre 55 y 64. El 72,5% de las mujeres colegiadas tiene menos de 35 años.

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