Secciones
Servicios
Destacamos
Está usted a punto de estrenar una normalidad muy poco normal en Castilla y León, cuyo final no está marcado en el calendario. A la primavera del estado de alarma, el confinamiento y las restricción de movilidad entre provincias, la va a sustituir un verano sin fiestas populares, con aforo limitado allá por donde vaya y distancia social o uso de mascarilla siempre que se relacione con quien no conviva bajo su techo. Así será el verano de 2020.
A partir de las 00:00 horas del domingo 21 decae el estado de alarma y empieza a aplicarse el Plan de Medidas de Prevención y Control para Hacer Frente a la Crisis Sanitaria Ocasionada por la Covid-19 que aprobó en la tarde de ayer la Junta de Castilla y León en un Consejo de Gobierno extraordinario y que aplica, por norma, un aforo en establecimientos e instalaciones del 75% o más restrictivos en algunos casos. En las salas de bibliotecas será del 50% y en la discotecas del 33%.
La clave de bóveda que sustenta el armazón de esas medidas es la separación interpersonal de metro y medio mínimo. Mejor, si son dos metros. «Mantener la distancia social es el secreto para mantener controlado el virus, que se mueve con nosotros», resumió Francisco Igea, vicepresidente y portavoz de la Junta, al informar sobre los pormenores de las nuevas reglas de relación social que van a imperar en la comunidad mientras el coronavirus siga en la calle y no haya vacuna ni tratamiento efectivo.
Coronavirus en Castilla y León
«Y si no somos capaces de guardar los dos metros entre personas no convivientes, uso de mascarilla siempre y en todo lugar, siempre en lugares cerrados», insistió el portavoz autonómico. Ese mandato de alejamiento interpersonal es lo que hilvana todo el decreto autonómico que recoge, según precisó Igea, aspectos de las regulaciones aprobadas de Madrid, Cantabria y Galicia, comunidades vecinas con las que una vez finalizada la declaración de alarma se reabre la libre circulación de personas.
El Gobierno de coalición PP-Cs que preside Alfonso Fernández Mañueco había previsto aprobar el decreto en la mañana de ayer, pero trasladó a la tarde la reunión oficial.
Los responsables de la Junta dedicaron buena parte de la mañana a analizar con alcaldes y presidentes de Diputación el traslado de las nuevas medidas y del control de las mismas del papel a la realidad, a la calle. De ese encuentro con los responsables de la Federación Regional de Municipios y Provincias salió la recomendación, «de mutuo acuerdo», de suspender las fiestas patronales y populares. Las de San Juan y San Pedro, a la vuelta de la esquina, festivas en capitales como Soria, Burgos, Segovia o León, pero también las del resto del verano. El fin de semana del 15 de agosto, el de la Virgen y San Roque, de celebración en media comunidad, no habrá verbenas ni encierros y lo mismo ocurrirá en septiembre, mes que concentra muchas fiestas, entre ellas las de Valladolid, Salamanca y Palencia.
Igea reconoció que ese 'apagón festivo' fue una medida «desagradable» de tomar, pero «necesaria», ante el riesgo sanitario que supone la aglomeración de personas. Controlar ese aforo quitaba el sueño a los alcaldes y a la Junta. «Era necesario adoptar este acuerdo. Además no es un año especialmente bueno para la fiesta. Sí para el descanso, para volver a ver a los nuestros y el ocio, pero quizás no de especiales motivos de celebración, desgraciadamente», aseveró.
El portavoz de la Junta destacó que analizarán la situación cada semana y que el acuerdo está abierto a ajustes. «Será sometido a revisión y evaluación cada semana. La incidencia de la enfermedad, día a día; y la eficacia de las medidas, cada semana, y podremos cambiar el acuerdo siempre que sea preciso». Lo que no se revisará, avisó, será la posibilidad de que haya fiestas locales o populares avanzado el verano: «La recomendación es que este año no haya fiestas patronales. Sería un poco injusto si no las hubiera en julio en unos sitios y las hubiera en agosto o septiembre en otros sitios. Es un signo de responsabilidad y solidaridad».
Igea consideró que con este decreto y la situación sanitaria actual, los castellanos y leones están en situación de «retomar el grueso de la actividad y vida diaria con normalidad, de un verano distinto, de descanso merecido y vuelta a las actividades laboral de ocio con cierto grado de normalidad». El vicepresidente apeló a la conciencia individual. Y avisó que si eso no se da, habrá inspecciones y sanciones que pueden conllevar el cierre de establecimientos y hasta 12.000 euros de multa.
El decreto de la Junta autoriza, esta vez sí, el consumo en las barras de los bares, pero con separación mínima entre clientes o grupos de clientes de 1,5 metros. El aforo máximo de bares, karaokes y pubs será del 75%. La ocupación de las terrazas exteriores puede llegar al 80%, sobre datos del año anterior. Se establece un máximo de 25 personas en una mesa o agrupación de mesas. Las discotecas pueden abrir, pero con un tercio de aforo máximo y sin pista de baile, en la que podrán instalar mesas.
La actividad en el comercio minorista está marcada por un aforo máximo del 75%, que también se aplica a los locales de centros comerciales, aunque en los espacios comunes de estos últimos se reduce ese aforo al 50%. El uso de mascarilla es obligatorio. El decreto exige extremar la limpieza de superficies de uso frecuente y de probadores, en los que solo puede entrar una persona. Las prendas que se prueben o devuelvan debe higienizarse y recomienda una atención preferente a mayores de 65 años.
Los ayuntamientos deben controlar que el aforo de los mercadillos no supere el 75% y la afluencia de público debe permitir mantener la distancia interpersonal. Si en un puesto se puede atender a más de dos clientes, deben fijarse con marcas en el suelo esas posiciones. Tendrán preferencia los puestos de productos de alimentación y de primera necesidad, es obligatorio el uso de mascarilla y no se puede manipular el género. Se recomienda ampliar espacio o dividir los puestos entre dos días de mercadillo.
El uso de las piscinas estará regido por normas estrictas de limpieza de elementos comunes, un aforo del 75% como máximo tanto en el vaso de baño como en el recinto y por la exigencia de que se mantenga la distancia interpersonal entre los usuarios que no convivan bajo el mismo techo. Si no es posible, hay que usar mascarilla fuera del agua y esperar a que se garantice esa separación para bañarse. La Junta elaborará un decálogo que trasladará a los ayuntamientos para evitar conflictos por criterio de uso.
La Junta recomienda que no canten coros en los actos litúrgicos y si lo hacen debe haber separación interpersonal entres los cantantes y cuatro metros de distancia entre estos y los feligreses. No hay rito de agua bendita y habrá bancos marcados para garantizar que se cumple la distancia de seguridad.El aforo máximo es del 75%. Las bodas pueden tener 250 asistentes si se celebran al aire libre. En el caso de mezquitas, cada fiel debe llevar su alfombra de rezo y el calzado debe guardarse en bolsas.
El aforo de los velatorios en los tanatorios se fija en el 75% máximo.Si no hay distancia interpersonal garantizada, todos deberán usar mascarilla. El decreto de la Junta establece que las comitivas fúnebres de enterramiento no pueden exceder las 75 personas, número al que se puede añadir el oficiante de la despedida del finado.
Teatros, cines, auditorios, circos y espacios similares pueden albergar hasta 500 espectadores sin superar el 75% de aforo, en butacas predeterminadas, con avisos sobre la necesidad de mantener distancia y lavado de manos. Espectáculos al aire libre, como puede ser una corrida de toros, pueden llegar a contar con mil localidades,
La ocupación de las salas de bibliotecas públicas se restringe al 50% de su aforo y el material prestado debe pasar una cuarentena de 72 horas. Museos y monumentos pueden recibir visitantes hasta llegar al 75% de aforo y se permite la visita de grupos con guía de hasta 25 personas. Habrá cartelería informativa y geles para el público.
Se quita el 'candado' a los columpios tras tres meses sin niños. El aforo es de un pequeño por cada cuatro metros cuadrado estas zonas de juego y los elementos deberán desinfectarse a diario. Más exigentes son las medidas de ventilación, higiene y desinfección en centros de juego con atracciones orientados a fiestas infantiles.
Los centros de jubilados orientado solo a actividades de ocio y tiempo libre permanecerán cerrados de momento. Se permite la caza y la pesca con distancia entre participantes o mascarilla. El decreto regula extensamente el juego, obliga a facilitar geles en casinos y casas de apuestas y a higienizara fichas cada dos horas y máquinas tragaperras cada vez que cambie el jugador.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.