Ángel Manuel Sánchez, director del Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico
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Ángel Manuel Sánchez, director del Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico
«Nos venden que hay sobrepoblación de lobos sin criterio científico ni nada»He aquí un hombre vinculado de por vida a la protección del lobo. Ángel Manuel Sánchez (Wirral, Inglaterra, 1964). Catedrático de Didáctica de las Ciencias Experimentales, profesor honorífico investigador y director investigador independiente en la Universidad de Alcalá de Henares, donde tiene su sede el ... proyecto del que es director-coordinador, el Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico y Evaluación del Estado de Conservación de sus Hábitats Naturales. Van para nueve años de actividad y no cejan en el empeño de conseguir saber cuántos lobos hay en España y certificar cómo es el hábitat natural en el que se mueven. Inasequible al desaliento, la tarea de todos estos años tiene ya sus frutos al tener formados y preparados a quienes el día de mañana seguirán sus pasos en un objetivo que consideran irrenunciable: que el lobo pueda volver a vivir en España en territorios en los que ya estuvo hace decenas de años.Saben que les queda mucho para conseguirlo, pero no se desaniman.
–En septiembre, la UE anunció que revisaría el estado de protección de los lobos después de que uno atacase al pony de la presidenta de la Comisión Europea. ¿Qué le pasó a usted por la cabeza al conocer esto?
–No le di mucha importancia porque la gente de los despachos está muy alejada del mundo natural. Ella puede haber partido de una hipótesis subjetiva, como la de la muerte de su pony al que quería mucho. Pero, igual, si se fijara en que posiblemente no tuviera las medidas de protección adecuadas, ni otra serie de cosas, y lo interesante que es mantener los ecosistemas saludables con la presencia de todos los elementos, le daría mucha pena que se haya muerto su pony, pero diría 'hombre, si le hubiera protegido mejor, quizá no se hubiera muerto'.
–Esos que dice de los despachos oficiales, ¿sólo se acuerdan de regular la población de lobo cuando hay ataques al ganado?
–Hay ciertos lobbies que están constantemente presionando. La Unión Europea tiene partidas enormes de dinero dedicadas al sector primario para que pueda coexistir con el resto de la biodiversidad donde desarrollan sus actividades. Entonces, la manera de los representantes de esta gente de presionar a los gobiernos es la victimización.
–¿La victimización?
–En España han estado matando del orden de muchos centenares de lobos sólo por la victimización esta, sin ninguna razón científica, de una manera irracional a nivel ecológico, sólo por la alarma social que se creaba a partir de los grupos de presión.
–¿Esa alarma social no se correspondía con lo que pasaba?
–No se correspondía con la realidad en ningún caso. Yo no digo que el lobo no ataque al ganado, sobre todo si este no tiene medidas de protección, pero una cosa es que ataque al ganado ocasionalmente y que influya en un porcentaje ínfimo de la cabaña ganadera y otra cosa es que esté atacando todos los días.
–¿Y no es así?
–A nosotros nos llegan reportes de ataques continuados en el mismo sitio, como si un lobo estuviera comiendo todos los días 30 kilos de carne, constantemente, un ataque tras otro y otro y otro... Y es que están vendiendo que hay sobrepoblación del lobo sin ningún criterio ecológico, ni científico, ni nada de nada. Es vergonzoso, realmente.
–¿Tan sospechosos son los censos oficiales como para que ustedes, voluntarios, dediquen tanto tiempo y esfuerzo para saber cuántos lobos hay en España?
–Nosotros nacimos a raíz de que lo que veíamos en campo, en concreto con esta especie aunque también con otras, no se atenía a lo que decían las cifras oficiales.
Ángel Manuel Sánchez
Director del Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico
–¿Qué decían esas cifras?
–Aquí se considera en todos los censos oficiales grupo familiar de 8 a 10 individuos. Y si eso se multiplica por el número de manadas que hay, que han estimado que son unas 300, salen un montón de lobos.
–¿Y no?
–Hay aproximadamente la mitad de lo que dicen esas cifras.
–¿En qué punto está su proyecto del censo de lobos?
–Nos basamos en la ciencia ciudadana...
–¡¿Ciencia ciudadana?!
–Sí, sí, ciencia ciudadana: es involucrar a la sociedad civil dentro del cerrado mundo científico. Formamos a nuestros voluntarios desde cero, si lo necesitan. Y tenemos voluntarios de todo tipo.
–A saber...
–Desde científicos, biólogos y físicos hasta gente que son naturalistas aficionados y necesitan que les formemos desde cero. Los formamos en nuestra metodología y los convertimos, poco a poco, en expertos en estas cuestiones. Y de ese modo involucramos, o al menos lo tratamos, a la sociedad civil en el mundo científico.
–¿Y tienen resultados?
–Claro: ahora mismo, excelentes. Incluso en algunas zonas mejores que los de la Administración. Tenemos nuestro hándicap, eso sí.
–¿Cuál?
–Que carecemos de ingresos constantes externos y que la gente que colabora con nosotros no puede mantenerse en el tiempo al completo. Hay un grupo en el equipo que sí está desde el principio, pero otros aguantan dos años, dos años y medio. Ellos se cubren la mayoría de los gastos.
–¿Cuándo considerarán que el censo está ejecutado?
–Es un proyecto a largo plazo y no solamente contamos lobos.
–¿Qué más hacen?
–Evaluamos el estado del hábitat, que es muy importante.
–¿Cómo y cuánto de importante?
–El hábitat determina que haya más o menos ataques. En zonas donde hay más ataques, como Ávila, si nos fijamos en el hábitat del lobo vemos que apenas hay ungulados silvestres en muchas zonas. Como lobos veganos por ahora no hay, tienen que depredar sobre lo que existe. Aunque el lobo discrimina positivamente los ungulados silvestres sobre el ganado, tiene que depredar el ganado donde no hay ungulados silvestres: es una regla simple.
Ángel Manuel Sánchez
Director del Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico
–Usted ha llegado a aseverar que el lobo es «el gran equilibrador del mundo natural». Entonces, ¿si no hubiese lobos?
–Sucedería lo que pasa ahora.
–¿Qué pasa ahora?
–Pues si se da usted una vuelta por Cabañeros, por ejemplo, ve una sobrecarga de ungulados silvestres brutal, insostenible, que destruye toda la capacidad de regeneración del bosque; un desastre, vamos, lo que está sucediendo. Y la caza humana no puede sustituir en ningún caso a la caza natural de los depredadores porque estos desencadenan además una serie de cascadas tróficas que benefician a los escalones inferiores de la pirámide.
–¿Son conscientes de que hay zonas en las que cuando no se les ve a ustedes como adversarios se les ve como enemigos?
–Yo no considero ser enemigo de nadie. Hay algunos más afines, otros menos, pero desde luego los ganaderos no son enemigos míos. Mucho menos los buenos ganaderos. Es más, yo tengo ganaderos dentro del proyecto que colaboran conmigo, buenos ganaderos, que tienen cero ataques. Pues estos buenos ganaderos ni siquiera tienen la oportunidad de acceder a las ayudas.
–¿Por qué?
–Porque tienen cero ataques.
–Ah.
–Tienen implementadas todas las medidas para no tener ataques.
–Defina 'buen ganadero'.
–El que determina que su actividad sea compatible con el medio donde vive y, entre ello, que no sufra ataques de los depredadores que hay en ese medio. Tiene que poner sus medidas: guarda del ganado por la noche, agrupación de los partos, mastines cuando sea necesario...
–Ganaderos que colaboran desde el anonimato, ¿verdad?
–La mayoría colabora de tapadillo, claro, porque en sus reuniones no pueden decir que colaboran con nosotros. Ponen incluso cámaras de fototrampeo para estar informados de por dónde están los lobos. Y si nosotros sabemos que los bichos pueden estar criando cerca de la majada, se lo decimos y ellos toman sus medidas. Aunque luego hay otros inputs dentro del territorio que son incluso más negativos.
Ángel Manuel Sánchez
Director del Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico
–¿Por ejemplo?
–La caza en ciertas modalidades, como las batidas, es enormemente perjudicial para el territorio, en general, y las especies protegidas, en particular. ¿Cuántas especies mueren al año por tiros de los cazadores que los han confundido con otro animal? Decenas, por no decir cientos. La actividad cinegética en torno a especies protegidas es constante en toda España. Y eso es muy peligroso para las especies.
–Pero ahí está siempre la colisión ganadería-lobo.
–Lo de relacionar ganaderos y lobo no es una cuestión nuestra. Los problemas de los ganaderos están por un lado y los de la protección del lobo, por otro. Es así.
–¿Y no son incompatibles?
–Lo que no son es dos elementos continuamente relacionados. Los ganaderos van por un lado con sus problemas, y uno de sus principales problemas no es el lobo.
–¿Entonces?
–Los precios, no ser competitivos, un montón de cosas, pero no el lobo como principal problema.
–En los cuentos infantiles el lobo aparece siempre como el malo: Caperucita, Los tres cerditos...
–La imagen del lobo es nefasta en la cultura judeocristinana, por que está identificado con el diablo... Pero ante eso ¿qué le va a decir a usted un biólogo? Nada.
–El PP llevaba en el programa acabar con la prohibición de cazar el lobo al norte del Duero. ¡El mundo del lobo, ideologizado!
–Hay algún artículo que relaciona la llegada de las derechas y la conservación de los depredadores. Yo no estoy del todo de acuerdo con eso. Puede que ideológicamente haya mayor afinidad por un pack de cosas como los toros, la caza, la pesca, el folklore... Pero conozco a mucha gente de derechas que son grandes conservacionistas, igual que conozco gente de izquierda que son acérrimos cazadores y contrarios al lobo. O sea, que es muy malo hablar en términos absolutos.
–El daño de los estereotipos.
–Hace unos años, un grupo político, que no voy a decir, pero que tuvo mucha influencia, como el lobo estaba desprotegido lo primero que hicimos fue presentarles un borrador para proteger al lobo. Pues resulta que en ese grupo político, de izquierdas fundamentalmente, había mucha gente contraria al lobo en el ámbito rural. ¡Y eran de izquierdas! Derechas e izquierdas están un poco mezcladas en temas de conservación que son transversales, superiores a cualquier dicotomía política.
–En el mundo del lobo lo que está claro es que también hay negocio: gente que vive de las cacerías. Se habla de que en 8 años se han abatido unos 1.100 lobos en Castilla y León.
–Es una pasada. Entre 2006 y 2021 al norte del Duero fueron abatidos 1.025 lobos y al sur, donde en teoría estaban estrictamente protegidos, 79. Pero son muertes 'legales'. A estas hay que sumar las muertes naturales, que son muy elevadas, y las muertes furtivas, que incrementan esto a más del doble.
–¡A más del doble!
–Más de dos mil y pico lobos abatidos, seguro. Nosotros presentamos un informe sobre mortalidad no natural del lobo en 2017 y estimamos, tirando a la baja, que murieron ese año entre 500 y 650 lobos. Con esa situación, era imposible que el lobo recolonizase territorios donde había estado antes: simplemente porque la tasa de reclutamiento era inferior a la de mortalidad. Los lobos que llegaban a Madrid, por ejemplo, era unos héroes porque habían tenido que salvar a un montón de escopetas, trampas, venenos, lazos... Ahora la situación ha mejorado porque se ha prohibido la caza deportiva , pero queda mucho por hacer y trabajar para que el lobo pueda distribuirse por territorios en los que estuvo antes.
–¿Cómo se hace que el lobo coexista con la ganadería? Es un animal salvaje.
–Hay zonas en las que convive perfectamente. En Alemania, por ejemplo, están cazando cero lobos, por eso allí la situación ha mejorado muchísimo desde que hace 30 años empezó el lobo a entrar.
–¿Y no tienen problemas de ataques a la cabaña ganadera?
–Los tienen, pero todos los ganaderos alemanes tienen implementadas medidas de protección y están preparados para la llegada del lobo. Aun así, hay lobbies que piden cazarlos.
–¿España puede aprender algo de otros países?
–España debe ser autodidacta en esto y ha de marcar el ritmo de la conservación en Europa, como ha hecho con otras especies. No debemos tener complejos ante ningún país europeo.
–¿Qué países lo hacen bien?
–Italia.
–¿Por qué?
–Tiene presencia del lobo en todo el territorio. Allí no se cazan lobos y hay una cultura asociada al lobo muy importante. Hay un turismo del lobo in crescendo, que mueve un montón de dinero en toda Italia, y los pueblos loberos están muy involucrados con la conservación del lobo.
–¿La última vez que vio un lobo cuándo fue?
–En Madrid, haciendo uno de los recorridos de muestreo: un lobo cruzó por un pastizal.
–¿Y?
–Fue un momento superfugaz, pero muy mágico. He tenido otros avistamientos muy bonitos, como en Palencia, donde ví 11 lobos con sus cachorros en una zona conocida; había mucha gente en un mirador de la Montaña Palentina, pero los bichos estaban abajo y no los estaba viendo nadie, porque estaban pendientes del paisaje.
–¿Con qué se conformaría en este proyecto del censo del lobo para decir que ha merecido la pena?
–Con seguir trabajando hasta que me vaya al hoyo; yo, particularmente. Y otra cosa que me da mucha satisfacción es formar gente que va a hacer su doctorado, incluso en el proyecto, y que estén tan involucrados en la conservación como lo estamos yo y otros de mi generación. Es importantísimo, de esa gente es de la que dependemos en el futuro.
–Tantos años detrás del lobo, ¿se ha parado ya a pensar que quiere ser de mayor?
–De pequeño quería ser de mayor esto. Estoy cumpliendo un sueño y lo único que me gustaría es que consiguiéramos financiarnos de algún modo para mantenernos en el tiempo de una manera mucho más eficaz.
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