Miguel García, persona con lesión medular
«Los vecinos se han portado muy bien; pero el ascensor no tiene arreglo y llevo así 20 años»Secciones
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Miguel García, persona con lesión medular
«Los vecinos se han portado muy bien; pero el ascensor no tiene arreglo y llevo así 20 años»El suyo no es un caso de lucha contra la comunidad de vecinos ni de tener que acudir al juzgado para defender un derecho que ahora ampara la ley y, desde luego, la solidaridad y la ética. Es más, los vecinos «se han volcado, han ... sido los primeros en pedir que se haga obra para adaptar el ascensor;pero, en mi caso, la estructura del edificio impide una modificación que me facilite el acceso», explica Miguel García Rodríguez.
Este vallisoletano de 55 años, que vive con su mujer en el Paseo de Farnesio, lucha cada día, cada vez que sale y entra de su vivienda, con un ascensor de espacio muy reducido. Lo suyo esjugar al Tetris cada vez que sale o entra y no puede hacerlo con cualquier silla de ruedas. Desde luego, no con las grandes eléctricas «o simplemente con las que llamamos de hospital porque son más grandes y no caben bien. Así que hay que quitar los reposapiés para poder entrar, algo que en mi caso si me ayudan mejor; aunque de no ser así yo logro hacerlo». No obstante, «no puedo controlar los pies, no puedo manejarlos y se me arrastran y se quedan debajo de la silla, para atrás. Es un problema».
Por ello, Miguel ha adaptado el modelo de silla al ascensor y no al revés. Aunque, en su caso, «estoy contento con mi silla, me manejo bastante bien; pero es cierto que si no fuera pequeñita no podría tener esta movilidad y yo soy de los de salir a diario a la calle y varias veces si hace falta». Porque Miguel lleva una vida autónoma y con actividad.
«Estaba ya en mi actual piso cuando tuve el accidente de tráfico. Llevo en él 23 años y los últimos 20 en silla de ruedas, osea que ya estoy acostumbrado a este problema. El edificio tiene 30 o 40 años y no admite por su estructura mejorar el tamaño del ascensor. Lo hemos mirado, la comunidad estaba dispuesta. Además el problema de movilidad reducida no afecta solamente a la persona en silla de ruedas, también a los más mayores, a las madres con cochecitos, a alguien con muletas... nos puede tocar a cualquiera en cualquier momento. En el portal, dentro de lo malo, hay un banzo, una rampa y hay dos ascensores. El problema es entrar en ellos como digo. Solo unos siete centímetros más de largo y el acceso sería bueno. Así que me faltan manos para manejar la puerta que no es, la primera, automática y pesa además, hay que sujetarla, y luego hacer equilibrios y encajes. Van a hacer obra y parece que, al menos, se logrará que sea automática con lo cual facilitará la entrada, ya solo te tienes que ocupar de colocarte dentro. Los vecinos se han portado siempre muy bien, de acuerdo en ampliarlo no como en otras comunidades que conozco que, pese a ser además muchos vecinos muy mayores y tener varios peldaños para acceder, no ha habido manera de arreglarlo».
Así que, aún con la próxima mejora de las puertas de apertura automática, Miguel seguirá luchando cada día «porque imposible cambiar de casa, claro».
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