Castilla y León

La vacuna frente al herpes zóster llegará a los nacidos en 1960 y 1945

La incidencia del herpes zóster en la población general española se encuentra en torno a 3,5 o 4 casos por cada mil habitantes; de ellos, el 68,8% se diagnostican en personas de 50 o más años de edad y el pico máximo de casos se alcanza en el grupo de 70 a 74 años, algo similar al resto de Europa. En los últimos años la incidencia del herpes zóster ha aumentado en todo el mundo debido al envejecimiento de la población, una tendencia general, independiente de zonas geográficas.

La vacunación frente al herpes zóster forma parte del calendario de vacunación de Castilla y León y los grupos diana son los que cada año cumplen 65 y 80 años. Así que los próximos llamados a esta protección son las personas que, en 2025, cumplen 65 (nacidas en 1960) y 80 años (nacidas en 1945) y los mayores de 18 con condicionantes de riesgo, como pacientes con trasplantes de progenitores hematopoyéticos, trasplantados de órganos sólidos o en espera del mismo, usuarios en tratamientos con fármacos anti JAK, tratamiento con otros fármacos inmunomoduladores o inmunosupresores, personas con VIH, con hemopatías malignas y tumores sólidos en tratamiento con quimioterapia y personas con antecedentes de dos o más episodios de herpes zóster.

Explica la Consejería de Sanidad que, el herpes zóster es una enfermedad causada por el virus varicela zóster. La primera infección se manifiesta clínicamente como una varicela. Posteriormente, el virus migra por las terminaciones nerviosas hasta los ganglios donde queda en estado latente, reactivándose en determinadas circunstancias, dando lugar al herpes zóster».

Por ello, la vacunación, que se pone en dos dosis con un intervalo entre dos y seis meses, l igual que frente a otras patologías, «es una de las medidas más eficaces para la prevención de la enfermedad o sus complicaciones y la calidad de vida de las personas que pudieran padecerla».

La Junta ha adquirido 75.000 dosis por un importe de 10.317.450 de euros de la vacuna recombinante y adyuvada frente al herpes zóster y la neuralgia postherpética.

Este virus puede afectar a cualquier parte del cuerpo y cursa con erupción, vesículas y dolor produciéndose en numerosas ocasiones complicaciones y secuelas invalidantes, entre las que se encuentra la neuralgia postherpética (afección caracterizada por un dolor intenso crónico que puede derivar en otra sintomatología relacionada). El herpes zóster presenta una mayor incidencia a partir de los 50 años, entre mujeres y en personas con un sistema inmunológico deprimido o debilitado por lo general. Indica asimismo Sanidad que «no es una enfermedad de riesgo vital pero sí altamente dolorosa e incapacitante y es la vacunación una medida que reduce el riesgo de sufrir esta dolencia».

La también conocida como 'culebrilla' es la reactivación de la varicela, que padecen de niños el 90% de la población; pero, tras esa infección primaria, el virus queda acantonado o dormido en las neuronas de los ganglios sensitivos de las raíces dorsales de la médula espinal o en los ganglios de los pares craneales, hasta que se despierta. Y eso ocurre a entre el 10% y el 20% de los infectados, al 30% de los mayores de 50 años y a la mitad de las personas de más de 85. La incidencia es de 351,6 casos por 100.000 habitantes y alcanza su pico en el grupo etario de 80 a 84 años, según datos del Instituto de Salud Carlos III.

Este organismo dependiente del Ministerio de Sanidad ha recogido en un reciente informe epidemiológico, pero correspondiente al periodo 1998-2018, un aumento progresivo de las hospitalizaciones, el 80,2% de ellas de personas de más de 50 años.

Pero los expertos aclaran que no se debe a una mayor virulencia de la infección sino a un aumento del grupo poblacional más susceptible.