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El ministro de Universidades, Manuel Castells, brindó una serie de recomendaciones a las universidades, entre ellas dejar distancias de seguridad entre los alumnos, impartir clase en espacios abiertos cuando sea posible o alternar la docencia presencial y 'online', incluso con rotación de alumnos, si ... no se puede garantizar la distancia de seguridad.
En Valladolid, tanto la Universidad de Valladolid como la Universidad Europea Miguel de Cervantes trabajan en planes de contingencia que casan con las líneas básicas del Ministerio.
Así, Antonio Largo, rector de la UVA, explicaba que están realizando un «mapa digitalizado de espacios con un parámetro de 1,5 metros de distancia». «Estamos trabajando en ello para diseñar la parte presencial que se pueda encajar en las aulas con esa distancia y coincidimos», aseguró. Por otro lado, en previsión de que un rebrote pueda forzar a un regreso a la docencia 'online', o de que sea necesario complementar la presencial, la UVA trata de «fortalecer» su catálogo de «herramientas digitales, cámaras web y demás para retransmitir clases y rotar a los alumnos. Es un escenario que teníamos previsto como contingencia y vamos a trabajar para reforzarnos tecnológicamente para ello, intentando que la parte presencial la tengan todos los alumnos y que sea la mayor posible».
En el caso de las asignaturas más prácticas, «por las que deben pasar todos los alumnos», la UVA vería bien que se permitiera un aumento provisional de las plantillas docentes. «No que se infle la plantilla, pero sí que haya un refuerzo puntual estratégico este año. Que se apoyase a las universidades sin consolidar la plantilla, pero como refuerzo extraordinario para desarrollar la docencia en las mejores condiciones, por ejemplo en prácticas de laboratorio».
En cuanto a la UEMC, la rectora Imelda Rodríguez Escanciano hace hincapié en que no solo hay que adecuar los espacios, sino tener muy claro el aspecto pedagógico para no distraer ni alumnos ni a profesores. «Los criterios sanitarios no son opinables. Son los que dictaminan la normativa que debemos seguir en el regreso a la normalidad y el desarrollo de la planificación se hace sobre esas medidas. Respecto a las recomendaciones, aparte del criterio espacial, que es lo más reseñable, vamos a añadir un cálculo, una precisión, que es el criterio pedagógico. Es necesario que las distribuciones de los grupos de alumnos, la organización académica del curso prime que el nivel de formación establecido en la memoria de cada titulación se cumpla a rajatabla», señaló la responsable de la universidad privada vallisoletana.
«Es muy importante que seamos capaces en ese nuevo entorno de dar la máxima seguridad y estabilidad a los estudiantes, porque eso es determinante para su aprendizaje, y también al docente», explicó. Y recordó que, dada la situación excepcional que se ha vivido, «no todos los estudiantes parten del mismo punto de aprendizaje ni se adecúan de forma similar a este entorno nuevo y hay que individualizar el proceso de aprendizaje».
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