De 'okupar' un escaño por una provincia que no es la suya, pero que garantizaba acta de parlamentario, a coquetear con el banquillo. Ese es el recorrido que comparten los exdiputados cuneros del PP por Zamora y Segovia, Gustavo de Arístegui y Pedro ... Gómez de la Serna, y el de Podemos por Valladolid, Juan Manuel del Olmo. Distinto carné político y delitos de diferente calado distancia un punto de partida para terminar en uno de llegada común: el juzgado.
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José de la Mata, juez de la Audiencia Nacional ha propuesto este mismo mes juzgar al exembajador Gustavo de Arístegui y a Pedro Gómez de la Serna tras una investigación en la que ha hallado hechos que pueden ser constitutivos de delitos de corrupción en las transacciones comerciales internacionales, cohecho, blanqueo de capitales y organización criminal o asociación ilícita. El auto de procesamiento refleja la constitución de una organización, en torno a estos dos exparlamentarios, para presumiblemente lograr contratos en el extranjero mediante pago de comisiones y aprovechando sus cargos.
Esa es la realidad a la que se enfrentan los dos exdirigentes del PP a los que Génova buscó en su día acomodo, en puesto de salida garantizado, en el 'granero' popular de Castilla y León. La comunidad ha sido y es territorio amable, de acogida, para los políticos de PP y PSOE que no caben en las disputadas listas de Madrid. Eso pasó con Arístegui y De la Serna. El diplomático aterrizó en la candidatura de Zamora. En 2008 posaba sonriente con Fernando Martínez Maíllo, presidente del PP zamorano y hoy senador. Ocupó uno de los dos escaños populares de esa provincia hasta 2011.
Con una casa en municipio segoviano de Basardilla, De la Serna aterrizó como paracaidista en la lista de Segovia por orden de la dirección nacional del PP en 2011. El escándalo del tándem Arístegui-Gómez de la Serna le estalló al PP segoviano buzoneando las papeletas con el nombre del candidato en la recta final de la campaña del 20 de diciembre de 2015. Le pidieron por tierra, mar y aire que renunciara a su acta de diputado, pero esta garantizaba el aforamiento y tomó posesión de su escaño pese a la expulsión del partido. La penitencia para los populares segovianos fue breve, puesto en que junio de 2016 hubo repetición de elecciones y pudieron desalojar del escaño al investigado.
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Castilla y León ha sido destino donde históricamente las direcciones nacionales de los partidos han lanzado a candidatos paracaidistas de renombre, con vitola. El último en sumarse a la larga lista políticos premiados con un escaño castellano y leonés, sin tener vinculación con el territorio, es el actual portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto. El dirigente vasco no logró acta en las generales de abril de 2019 y el PP de Castilla y León transigió con la exigencia de Pablo Casado de asignarle un escaño como senador autonómico, designado por las Cortes. Tuvo que empadronarse a la carrera en la localidad segoviana de Sotosalbos.
Entre los 'paracaidistas' recientes figura la actual ministra de Defensa, Margarita Robles, que concurrió a las elecciones generales de 2019 por la provincia abulense. Fue la diputada socialista por Ávila pocos meses. En febrero de este año renunció y tomó el relevo un oriundo de la demarcación, Manuel Arribas, concejal de Sanchidrián. Ávila, Zamora, Segovia y Palencia son provincias que han servido de listas comodín a PP y a PSOE. El expresidente José María Aznar fue candidato cunero y estuvo empadronado en la sede abulense de la entonces AP. Segovia tuvo durante varias legislaturas diputada socialista cunera. La entonces ministra Ángeles Amador (1996-2000) dio el testigo a María Teresa Fernández de la Vega (2000-2004). A la vicepresidenta de Rodríguez Zapatero era fácil verla los fines de semana en Segovia, currándose la circunscripción. Otro ministro, en este caso del PP, Íñigo Méndez de Vigo, ocupó un escaño por Palencia entre 2015 y 2019. Su bisabuela, que fue dama de las reinas María Cristina y Victoria Eugenia, había nacido en tierras palentinas. Hasta ahí hubo que profundizar para hallar el eslabón familiar del ministro-diputado.
Juan Manuel del Olmo, nacido en Soria y afincado en Madrid, fue diputado de Podemos por Valladolid entre 2015 y 2019. Volcado en el área de Comunicación del partido y el grupo parlamentario, su balance como diputado le situó entre los cuatro de Castilla y León que cerraron la legislatura sin apenas intervenir y con muy pocas iniciativas presentadas como representante de Valladolid. Perdió el escaño en 2019 y es actualmente el director de Estrategia y Comunicación de Pablo Iglesias en la Vicepresidencia segunda del Gobierno.
Del Olmo fue condenado la semana pasada a pagar, junto a Pablo Echenique, 80.000 euros a la familia de un joven asesinado en 1990. La candidata de Podemos a la Alcaldía de Ávila en 2019 había cumplido cárcel como cómplice de ese asesinato y Del Olmo y Echenique la apoyaron diciendo que el muerto era un violador. Un juez de Leganés ha dictaminado que es falso y, además de indemnizar a la familia, les ordena leer la sentencia en público.
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No es el único proceso en el que se ha visto inmerso el exparlamentario morado. Un juzgado de Madrid investiga los vídeos electorales de Podemos por si fueron un servicio simulado por el que pagó la formación a la consultora Neurona.
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