Los trabajadores en cuarentena a la espera de un test pueden coger la baja o ir a trabajar si es seguro

Según casos consultados en los últimos días, una llamada o solicitud digital a Sacyl deriva en una cita para la realización de una PCR que, de ser positiva, abre la posibilidad de iniciar un proceso de incapacidad temporal por covid. En los supuestos en que los síntomas son leves y el trabajador puede desempeñar sus funciones, se le da la opción de elegir.

La Seguridad Social considera los periodos de aislamiento con motivo del coronavirus como incapacidad temporal por enfermedad común, pero con respecto a la prestación se tratan como supuestos derivados de accidente de trabajo. Los trabajadores de baja por covid-19 perciben el equivalente a una enfermedad o accidente laboral, que equivale al 75% de la nómina durante todo el periodo. El parte de baja lo tramita el servicio sanitario de cada autonomía con la empresa como cualquier otro tipo de incapacidad por contingencia común.

La infección por covid y, en mayor medida aun, el aislamiento por haber estado en contacto con un contagiado, disparan los procesos de incapacidad laboral temporal (el 44,5%) y son la causa de la gran mayoría de las bajas (42%). En Castilla y León se tramitaron a lo largo de 2020 un total de 300.515 bajas por IT, de las que el 47,5% fueron de hombres y el 52,5%, de mujeres, lo que supone una media de 25.043 bajas al mes.

El coronavirus fue responsable directo o indirecto de casi 127.000 procesos de incapacidad laboral transitoria. Por culpa de un contacto o exposición a un positivo se produjeron 68.428 bajas en 2020, con una suma de 788.234 días de ausencia. Debido a la infección por el virus se produjeron 58.536 bajas, con 1,14 millones de días de afectación. La primera de las razones provocó bajas de una duración media de 11,5 días; mientras que la segunda arrojó un promedio de 19,5.

Si analizamos los grupos de diagnósticos de los diez procesos más frecuentes se desprende que existen algunos que, a pesar de repetirse en gran número a lo largo del año (contacto con el virus, gastroenteritis y colitis, los síntomas que afectan al aparato digestivo o la gripe tienen un consumo de días de baja pequeño. Sin embargo, las bajas originadas por las causas músculo esqueléticas o los trastornos de ansiedad conllevan un gran consumo de días de baja y a la vez elevan la media hasta los 43,5 días.

Entre los diez grupos que generan más días de baja en IT los hay que, aun no representando una cantidad importante, consumen un gran número de días, como por ejemplo, los incluidos en el grupo de otros trastornos y trastornos no especificados de articulaciones o en el grupo de tendinitis y síndromes conexos, con 66,5 y 53 días de baja de media por proceso, respectivamente.

El grupo que más días de baja por proceso ha causado en el último año es el de trastornos de ansiedad, disociativos y somatomorfos, con 74,3 días de media.

El índice mensual de bajas de 2020 en el total de la comunidad fue de 2,76 bajas nuevas por cada 100 afiliados activos. Por provincias, Burgos y Valladolid tienen los valores más elevados, con 3,22 y 3,01. Salamanca y Zamora son las que tienen un índice menor (con 2,31 y 2,29), al igual que sucedía en años anteriores.

A final de cada mes continúan vigentes en la comunidad 4,04 bajas por cada 100 afiliados activos.Destaca León con el mayor número de bajas vigentes, 5,16, mientras que Segovia y Soria son las provincias con menos, 3,22 y 3,24.

La duración media de las bajas tramitadas el año pasado en Castilla y León fue de 43,57 días y por provincia destaca León, con una duración media de los procesos de cerca de 60 días.

Desagregadas por sexo, la duración media de las bajas es mayor en mujeres en todas las provincias salvo en Zamora. La mayor diferencia se ha producido en Burgos (con 34,26 días en hombres y 39,72 días en mujeres).

Un estudio del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones con los casos notificados de covid acumulados entre febrero de 2020 y enero de 2021 señala cómo las empresas dedicadas a las actividades hospitalarias son las que más casos sufrieron, con un 86,3% del total. Le siguen las de actividades médicas y odontológicas (5,2%); las de asistencia en establecimientos residenciales con cuidados sanitarios (3,7%); la Administración Pública (2,4%) y las empresas de asistencia en establecimientos residenciales para personas mayores y con discapacidad física (0,9%).

En cuando a las ocupaciones más afectadas, acaparan los casos los profesionales de enfermería, con el 34,7% de los afectados, seguidos de los auxiliares de enfermería, con el 26%. Por detrás, los médicos (18,6%); los técnicos auxiliares de farmacia, emergencias sanitarias y otros trabajadores de los cuidados (8%); otros profesionales de la salud (3,5%); otros técnicos sanitarios (1,5%);el personal de limpieza (1,3%) y los empleados administrativos con tareas de atención al público (1,2%).