Castilla y León

Tercera petición de reprobación parlamentaria en 17 meses de coalición PP-Vox

Antes de debatirse la reprobación a Veganzones en la mañana del miércoles, el presidente Alfonso Fernández Mañueco deberá confirmar si respalda las declaraciones y las actuaciones de su consejero de Vox. Es la pregunta que le hace el portavoz del PSOE, Luis Tudanca, y que abrirá la sesión plenaria.

¿Qué efecto práctico tiene una reprobación si sale adelante? La respuesta es ninguno, porque es una figura que no recoge el Reglamento de las Cortes. Inhabitual hasta esta legislatura, su empleo rutinario implica el riesgo de encarrilar impacto decreciente de las exigencias de ceses de dirigentes políticos o, incluso, de las prórrogas de los presupuestos. Muy llamativas las primeras veces, pierden fuerza por el efecto de la repetición. De lo que sí son reflejo esa terna de peticiones de reprobación que aúnan los dos dirigentes de Vox que se sientan en el Gobierno de Castilla y León es de que el debate autonómico ha subido enteros en encrespamiento y acritud.

A las tres solicitudes de reprobación en el hemiciclo, en el caso de García-Gallardo por aquel le voy a contestar «como si fuera una persona como todas las demás» con el que respondió a una procuradora con discapacidad y el «banda criminal» con el que definió de forma reiterada al PSOE y en el de Veganzones por el empleo de «sanguijuelas», se añade la convocatoria de la Comisión de Procuradores, esta vez para abordar sanciones parlamentarias, por el incidente en el que el vicepresidente llamó «imbécil» en el hemiciclo a su antecesor en el puesto, Francisco Igea. El PP volvió a respaldar al socio de Vox por entender que no procedía el reproche. A partir de aquí, la cronología de la irrupción de las reprobaciones en la agenda política de Castilla y León.

El PP neutralizó la primera solicitud de reprobación parlamentaria que afrontó Juan García-Gallardo. El origen, una pregunta parlamentaria del 24 de mayo, en la que el vicepresidente de la Junta respondió la procuradora del PSOE Noelia Frutos, que padece una discapacidad provocada por enanismo diastrófico, que iba a contestarle «como si fuera una persona como todas las demás». Todos los grupos, salvo Vox y PP, consideraron una falta de respetó la respuesta de Gallardo, por la que Alfonso Fernández Mañueco había pedido disculpas 40 horas después del incidente en el hemiciclo.

Gallardo tomó la palabra en el pleno de aquella primera solicitud de reprobación y acusó a la procuradora de dejarse «instrumentalizar», añadiendo que «estaba predispuesta a hacerse la ofendida». La bancada del PP votó en defensa del dirigente de Vox, pero no aplaudió la intervención de García-Gallardo.

El vicepresidente de la Junta salvó también la segunda petición de reprobación presentada contra él. Esta vez por calificar al PSOE de «banda criminal» y a Pedro Sánchez de «jefe de banda criminal», expresiones que Carlos Pollán, presidente de las Cortes, ordenó retirar del Diario de Sesiones. Fue un debate agrio, del de la iniciativa de reprobación, que no siguió ni Mañueco ni la mayor parte de consejeros del PP. Juan García-Gallardo culminó su intervención insistiendo de nuevo en la «historia criminal del PSOE».

«¿En qué han convertido Castilla y León? Lo terrible y lo penoso de todo, señores del PP, es que hoy en día no se diferencian nada de ellos», reprochó a la bancada popular la socialista Patricia Gómez Urbán.

Los socialistas ponen a los populares en la tesitura respaldar al consejero Mariano Veganzones, de Vox, que llamó «sanguijuelas» y tildó de «políticas sanguijuelas» aquellas que durante años de gobiernos populares habían «sangrado» al Ecyl para «puro alimento sindical». Será el miércoles, con el anticipo de la pregunta en la que el presidente Mañueco deberá pronunciarse sobre el consejero, la tarde del martes. El presidente ha evitado en esta etapa de convivencia de PP y Vox desautorizar a Juan García-Gallardo, pero Veganzones se llevó un revés cuando en el mismo pleno del «banda criminal», el consejero de Industria aseguró, en relación con los desempleados, que «en Castilla y León no faltan trabajadores, faltan ganas de trabajar».

El portavoz del PP en las Cortes, Raúl de la Hoz, dejó entrever el jueves que la reprobación no prosperará. «Los insultos no crean puestos de trabajo», precisó el popular antes de pedir «a todos» un esfuerzo «por rebajar la tensión» y para «preocuparnos del fondo y no de las formas... Creo que a los ciudadanos de nuestra comunidad les importa bastante poco lo que piense el consejero de un dirigente sindical o un determinado líder político de otro miembro del gobierno».

Apenas 24 horas después, pasado el mediodía del viernes, De la Hoz ordenaba retirar las 56 enmiendas que el PP había presentado a la proposición de ley de Derechos y Garantías de las Personas al Final de su Vida tras un cruce de acusaciones en la redes sociales al interpretar que Francisco Igea, impulsor de la iniciativa, se había mofado del físico del consejero de Sanidad al oponerse el PP a aprobar medidas para tratar la obesidad. Eso supone, en la práctica, la puntilla para la regulación.

Así está el ambiente político en víspera del pleno de las Cortes de Castilla y León.