Echamos de menos a Silvia Clemente», decía una procuradora socialista días después del estruendoso primer Pleno post-moción de censura en las Cortes de Castilla y León. Que Luis Fuentes (Cs), presidente de la institución, decidiera expulsar a Ana Sánchez (PSOE), vicepresidenta segunda de la ... Mesa, y dejar a los socialistas con un voto menos, en la primera sesión en la que PP y Cs quedaban en minoría en la Cámara, se vio con ojos sospechosos. Y sin embargo no será la última sanción si Luis Fuentes sigue en su línea y si los procuradores muestran la misma tensión que arrastran durante toda la legislatura.
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85 veces ha llamado al orden Luis Fuentes a algún procurador. Acumula tres expulsiones.
Ha igualado el récord de Silvia Clemente, su predecesora, que necesitó 125 plenos para alcanzar esa cifra. Ángel Ibáñez, en los cuatro que presidió, utilizó una. Y Clemente, a su vez, era una tarjetera impenitente si se compara con los anteriores: 38 veces amonestó Josefa García Cirac. Dos mandatos necesitó José Manuel Fernández Santiago para sumar 36. Carlos Sánchez-Reyes no utilizó esa prerrogativa sancionadora ni una sola vez.
Dionisio Llamazares, I Legislatura
Carlos Sánchez-Reyes, II Legislatura
Ana Redondo (PSOE), procuradora en la octava legislatura, destaca el hecho de que el multipartidismo ha traído más tensión al hemiciclo. El clima durante las mayorías absolutas del PP era más apacible. A Redondo le cayeron 6 avisos de Josefa García Cirac (PP), de quien los cronistas parlamentarios recuerdan que le costaba ponerse firme. «Hubo más llamadas a la cuestión», recuerda la socialista, porque los oradores tendían a irse por las ramas. «Ha llamado al orden a mis compañeros por mucho menos de lo que están haciendo en estos momentos los procuradores del Partido Popular», se quejaba Ana Redondo desde la tribuna de oradores. Algo de razón tenía. De las 38 veces que Cirac llamó la atención a un procurador, 36 veces fueron para los de la bancada socialista. Solo el popular Juan José Sanz Vitorio rompía la estadística.
Manuel Estella, III Legislatura
Manuel Estella, IV Legislatura
Manuel Estella, V Legislatura
En esto, Silvia Clemente trató de marcar una línea en los primeros plenos, cuenta un colaborador cercano de la presidenta de las Cortes. La composición del hemiciclo había cambiado. «Desde una mayoría más amplia es más fácil mantener el orden», considera Ana Redondo, y Clemente se encontró con un hemiciclo multicolor. Con Podemos con la fuerza de 10 parlamentarios y Ciudadanos con 5, ambos con grupo propio. Y un total de seis formaciones con representación. Tras haber sido consejera, Clemente guardaba una copia del Reglamento de la Cámara en casa, otra en el coche, una en el despacho de las Cortes. «Se puso firme con el PP al principio, para hacerse valer», cuentan.
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Eso le costó algún encontronazo fratricida. «Cuidado», le advirtió José Antonio De Santiago-Juárez, entonces poderoso vicepresidente de la Junta, tras uno de esos episodios. Y es que Silvia Clemente, que en esta ocasión decidió seguir adelante sin más, ya le había llamado al orden en la decimotercera sesión plenaria, por interrumpir al orador. «Es difícil sustituir a una magnífica presidenta como Pepa García Cirac», fue la réplica pública de De Santiago-Juárez al día siguiente.
José M. Fernández Santiago, VI Legislatura
José M. Fernández Santiago, VII Legislatura
Josefa García Cirac, VIII Legislatura
Clemente utilizaba una táctica doble. Por un lado, paraba el debate. «Nombraba a alguno, pero no le llamaba al orden», recuerda un colaborador. «Para no dar un aviso, porque una expulsión suponía desequilibrar la balanza» en un Pleno con 42 procuradores del PP y 42 de otros partidos.
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La segunda operación del 'estilo Clemente' consistía en reunirse al día siguiente con los procuradores con los que había habido problemas. «Era frecuente ver a algunos al día siguiente pasar por su despacho, sobre todo los miércoles -antes de la segunda sesión-. Así hablaban de lo ocurrido para que no fuera a más», escribe alguien que lo conoció de primera mano. Pablo Fernández (Podemos) fue un habitual en esas reuniones preventivas.
Silvia Clemente, IX Legislatura
Luis Fuentes, X Legislatura
Luis Fuentes ha expulsado a tres procuradores, dos veces a Ángel Hernández y una a Ana Sánchez. En las nueve legislaturas anteriores, 36 años, solo se dieron cinco. La de la socialista Carmen García Rosado (1997), tras enzarzarse con el consejero Jesús Merino, provocó que el grupo socialista abandonara el Pleno, que se suspendió durante una hora y cuarto. Jesús Quijano consideró que el presidente, Manuel Estella, solo sancionaba a su bancada y anunció que solo se quedaban aquellos procuradores socialistas que aún debían intervenir en el Pleno. Otra de las expulsiones, en 2003, la aplicó el vicepresidente, Francisco Jambrina. «No vamos a montar el numerito de llamar a la Guardia Civil. Se suspende la sesión hasta que consigamos que abandone la sala doña Daniela Fernández», dijo. Diez minutos duró el parón.
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Alfonso Fernández Mañueco se libró de la llamada al orden en 2006. Había dicho a Francisco Ramos (PSOE): «Le tengo que definir a usted como cachondo. Es un auténtico cachondo». «Es un término castellano», justificó entonces el perdón José Manuel Fernández Santiago.
Luis Fuentes, el más tarjetero de los presidentes de las Cortes, sí se llevó un aviso de Silvia Clemente. Fuentes había saltado desde el escaño, espoleado por Juan Vicente Herrera, que le echó en cara que en su «amplia» trayectoria «no siempre ha estado en el mismo grupo político», antes de llamarle «acomplejado». El presidente de la Junta, claro, no fue llamado al orden.
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