Timoteo Vecino, residente de Vitalia Castillo. José C. Castillo
Coronavirus en Castilla y León

«El teléfono es buen compañero; en la mili escribías una carta si tenías dinero para el sello»

Timoteo Vecino, residente en Vitalia Castillo (Cabezón de Pisuerga), afirma al valorar la vacunación que todo llega en la vida, «pero nosotros somos los beneficiados porque hay muchos que todavía tienen para rato»

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 14 de febrero 2021, 07:41

A Timoteo le sacan un momento de la gimnasia matinal para charlar. Cuentan que vive avizor de las últimas noticias sobre el coronavirus, las cifras ... de contagios, los fallecimientos. Y no por mero afán informativo. Una hija trabaja en el sector sociosanitario, explican, y Timoteo vive más preocupado por lo que le pueda pasar a ella que por lo que le ocurra a él. Este nacido en Villabaruz de Campos, «el pueblo más pequeño de Valladolid», y criado en Benavente le pone un punto de guasa a las dificultades de la situación, a no poder ver a la familia cuanto quisiera. «Para eso está el teléfono también. Que es muy buen compañero. Era peor cuando estabas en la mili, que escribías una carta de vez en cuando y si tenías dinero para el sello. El teléfono lo manejo porque lo tengo grabado y de ahí no puedo salir, pero tengo lo principal», dice.

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Ahora está vacunado pero no se olvida de lo que ha pasado. Ni de lo que ha ocurrido en algunos casos con la vacuna. «Todo llega en esta vida, pero nosotros somos los beneficiados porque hay muchos que todavía tienen para rato. Después de los políticos, nosotros», dicen con sorna. «Está muy duro esto, para que llegue la normalidad, esto del virus es muy difícil, porque ha bajado, pero las muertes han subido, así que… Pero hemos llegado, otros no han llegado, podemos darnos por satisfechos».

Ahora lo que le falta es que «nos quiten la mascarilla». «Este bozal a mí no me va», dice. Cree que dentro de la residencia han estado «privilegiados, dentro de lo que cabe», y ahora espera que con las salidas y las visitas se empiece a abrir un poco la mano. «Saldremos y entraremos y así estaremos, probando. Hay que probar», afirma. Y mientras seguirá vigilando los datos para ver si el asunto mejora o no.

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