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Rafael Sáez (Itacyl), Ángel González (CHD), Armando Caballero (Regantes Aguas Subterráneas), Jesús Posadas (Acor) y Eduardo Gordaliza (Acor). Carlos Espeso

Tecnología y nuevos modelos de gestión se alían con el uso del agua

La constitución de las Comunidades de Aguas Subterráneas se valoran como un éxito de empleo sostenible del líquido

Silvia G. Rojo

Miércoles, 8 de mayo 2024, 01:11

El escenario a futuro del uso del agua se complica con el cambio climático. Y ante esa realidad, que casi nadie cuestiona, las posibles soluciones pasan por el buen uso y la gestión del recurso. Así se puso de manifiesto en la jornada 'Gestión eficiente del agua en la agricultura', organizada por El Norte de Castilla y Acor, y que contó con la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

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Además de las ponencias de Francisco Espejo, Francisco Bueno, José Luis Domínguez y la intervención de la presidenta de la CHD, María Jesús Lafuente, la jornada congregó a varios expertos de diversos ámbitos relacionados con el agua y la agricultura en una mesa redonda titulada 'Por una gestión sostenible del agua en la agricultura'.

Moderados por el director de Comunicación de Acor, Eduardo Gordaliza, el primero en tomar la palabra fue Rafael Sáez, director general de Itacyl, quien recordó las actuaciones que desde el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León se están llevando a cabo en materia de agua, la primera de ellas con «la mejora de infraestructuras, que han experimentando una notable modernización y puesta al día en las dos últimas décadas». De las 550.000 hectáreas de regadío que hay en la región, sólo menos del 25% están sin modernizar. Esta apuesta «importante» de los regantes también pasa por la creación de nuevos regadíos y la tercera línea en la que trabaja Itacyl es el impulso tecnológico, «clave de futuro, con herramientas que ayudan a la toma de decisiones con infraestructuras modernizadas».

Ángel González, jefe la Oficina de Planificación Hidrográfica de la CHD, en su primer turno de intervención recordó el sentido del Plan Hidrológico y reconoció que «la Cuenca del Duero ha sido una pionera en el mundo de las aguas subterráneas y en la constitución voluntaria de las CUAS (Comunidades de Usuarios de Aguas Subterráneas)». En la actualidad, se han constituido 37 CUAS, que afectan a 180.000 hectáreas y en las que el organismo «se ha implicado a fondo». Apeló a «hacer un uso sostenible del agua, que a veces pasa por la restricción».

Desde la Asociación de Regantes de Aguas Subterráneas de Castilla y León, Armando Caballero se refirió a su colectivo como el de «los grandes olvidados», y en un lenguaje llano pidió que no se les abandone. «Que se desvista a un santo para vestir a otro, es ridículo», haciendo así referencia a los nuevos regadíos de aguas superficiales.

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El presidente de Acor, Jesús Posadas, habló del uso industrial del agua que hace la cooperativa y del uso agrícola. Recordó que el denominado Punto 0 de recepción de remolacha ha supuesto un ahorro del agua de casi el 30%. y en el caso del remolachero, apuntó que «es el más eficiente en el uso del agua, le va en la cuenta de resultados».

Más capacidad de regulación, sí, pero sin arriesgar lo que existe

Parte del protagonismo de la mesa de debate de esta jornada se lo llevó un tema que siempre es actualidad: la necesidad o no de incrementar la capacidad de regulación.

Rafael Sáez, director general del Itacyl, asumió que «la postura de la Junta es conocida, vemos absolutamente necesario mejorar la capacidad de regulación».

Sáez insistió en que «no renunciamos a incrementar la superficie de regadío» y que a pesar de que se trate de cuestiones a largo plazo, «no hay que dejar de trabajar en ello», haciendo así referencia a que hay cuestiones que se deberían haber incluido en el actual Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero. Lógicamente, ese incremento debe ir acompañado de una mayor regulación.

Por su parte, el jefe de la Oficina de Planificación Hidrológica de la CHD, Ángel González, insistió en que el Plan Hidrológico, que se revisa cada seis años, «contempla regulaciones» y «pretende garantizar los usos existentes».

Aclaró, en este sentido, que «lo primero es gestión de la demanda y junto a eso reforcemos la oferta donde haya realmente problemas de regadíos actuales». El propio Ángel González se formuló la pregunta: «¿Nueva regulación? Sí, donde son necesarias; como esquema de trabajo nos parecen arriesgadas».

Aumentar la capacidad de regulación puede suponer «un caramelo envenenado», en opinión del responsable de la CHD, pues puede llevar aparejado «un aumento de la demanda que luego no podamos atender».

Por ello, concluyó que «la petición de regulación debe ir de la mano con la capacidad de la cuenca de responder a esa demanda», para que el aumento de la regulación no signifique una «pérdida de garantía» para los regadíos existentes, que ahora «sí la tienen».

González hizo cuentas partiendo de los 7.500 hectómetros cúbicos de capacidad de la cuenca, a los que hay que restar «los compromisos con Portugal» y los caudales ecológicos, por lo que sentenció: «No sé si nos queda mucho más de lo que tirar».

«El cambio climático no es un riesgo en sí mismo»

Francisco Espejo Gil Consorcio Compensación Seguros

«El cambio climático no es un riesgo en sí mismo»

El subdirector de Estudios y Relaciones Internacionales del Consorcio de Compensación de Seguros, Francisco Espejo, se basó en los datos científicos para hablar de cambio climático y de las consecuencias que ya se aprecian en la agricultura. «El cambio climático no es un riesgo en sí mismo, es una agravación de uno de los factores que lo componen, la peligrosidad». Los impactos más importantes del cambio climático en España, desde un punto de visa agrario, tienen que ver con «la mayor irregularidad de las precipitaciones», es decir, las precipitaciones son más torrenciales en menos días y además, se aprecia en un aumento de los periodos secos, de las sequías.

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Otros de los impactos que citó Francisco Espejo fue el aumento de las temperaturas, «más acusado en las mínimas, y de la frecuencia y de la duración de las olas de calor».

Esta realidad ya trasciende al Consorcio como reasegurador del seguro agrario, que ha visto mermar en más de la mitad sus reservas el pasado 2023, un año en el que se registraron cifras récord en indemnizaciones, con 1.241 millones. De cara al futuro, y con una previsión de subida de las temperaturas de entre 2 y 5 grados en 2100, el experto señaló que «el control de la exposición y el fomento de las prácticas y cultivos adaptados a las nuevas condiciones deberían ser fundamentales para mantener la propia sostenibilidad de las explotaciones».

«Estamos en desventaja con otras cuencas»

Francisco Bueno Hernández Doctor ingeniero de Caminos

«Estamos en desventaja con otras cuencas»

Hablar de las posibilidades de aumento de los recursos hídricos en Castilla y León «no es un tema polémico, es un tema tabú». Con esa afirmación comenzó su charla el doctor ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y profesor de la Universidad de Burgos Francisco Bueno. Pero tanto si se afronta como si no, la cuestión es que «sí es necesario disponer de nuevos recursos hídricos», subrayó el experto, pues ya hay sistemas que tienen problemas. «Tenemos un grado de regulación bastante pequeño tanto si lo comparamos con los recursos naturales que tenemos como con las superficies de regadío» y en esta cuestión «estamos en franca desventaja con otras cuencas». Los problemas del agua «son muy diferentes, particulares y muy concretos para cada zona» e influyen tanto la disponibilidad de agua natural como la demanda. Las solución no es única, pero entre ellas está la creación de embalses o recrecidos, todo con el objeto de «garantizar» la producción agrícola en Castilla y León y «reducir en la medida de lo posible el abandono rural». Bueno explicó que si no hubiese embalses, el agua que se podría aprovechar solo sería de entre el 6% y el 8% de todas la aportaciones, «debido a la gran irregularidad del caudal de base de los ríos». De este modo, la capacidad de regulación es del 40%, gracias a los embalses» y podría aumentar en 1.000 hectómetros «de forma razonable».

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«Regular no es solo restringir»

José Luis Domínguez Director General de Acor

«Regular no es solo restringir»

El director general de Acor, José Luis Domínguez, expuso en el marco de esta jornada, algunos de los proyectos que la cooperativa azucarera está desarrollando o tiene planificados para reducir o mejorar el uso del agua. Desde un punto de vista industrial, ya se han conseguido rebajas del 30% y desde el Servicio Agronómico trabajan de manera directa con los socios en materia de sensibilización.

Pero José Luis Domínguez también quiso dejar constancia en este foro que «regular no es solo restringir» por lo que reclamó que se escuche al campo y que desde las diferentes administraciones se dé un paso hacia adelante en este sentido. Acor quiere estar entre esos interlocutores.

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Es fundamental» que exista un consenso en materia del agua por que la regulación está relacionada con optimizar y maximizar eficiencias y no exclusivamente con restringir el uso del agua.

El agua será eje central del próximo Plan Estratégico de Acor, en el que ya se trabaja, aunque seguirán muy vigentes aspectos como la rentabilidad del socio y la sostenibilidad. «Queremos seguir siendo referente», reconoció, al tiempo que asumió que «la preocupación por el agua no es de ayer». Por último, dejó constancia de que la agricultura no consume agua. «El campo convierte el agua en alimento, el consumo de agua es otra cosa».

«Somos conscientes de la importancia del regadío»

María Jesús Lafuente Presidenta CHD

«Somos conscientes de la importancia del regadío»

El cambio climático «nos aboca a un futuro incierto», reconoció la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), María Jesús Lafuente, por lo que es responsabilidad del organismo «actuar con la anticipación necesaria ante fenómenos extremos, cada vez más inesperados». La presidenta recordó que el 93% de los usos de la Cuenca del Duero se destinan a la agricultura por lo que matizó que una de las bases del organismo es «conseguir una planificación y una gestión adecuadas, que garanticen el agua en cantidad y en calidad suficiente». Uno de los temas que se abordó en la mesa de debate de esta jornada y que también analizó Lafuente, fue el de las denominadas CUAS, las Comunidades de Usuarios de Aguas Subterráneas, de las que dijo son «el instrumento más adecuado para ordenar y planificar una explotación racional de las masas de agua», al tiempo que lamentó el mal estado en el que se encuentran algunas de ellas debido al «uso intensivo». Estas comunidades facilitan la rotación de cultivos y hasta el momento se han desarrollado 37 de forma conjunta con las comunidades de regantes.«Somos conscientes de la importancia del regadío como palanca económica del medio rural y de la lucha contra la despoblación; modernizar los regadíos es fundamental, a los agricultores les permite ser más productivos y mejorar la rentabilidad».

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