Desde el pasado 15 de junio la calle San Justo de Salamanca tiene un nuevo negocio: Monkey Tattoo. Cristina de Marcos, de 29 años, con sus estudios de Laboratorio, decidió dejar atrás sucesivas etapas de trabajos temporales en hostelería y en laboratorios de farmacias para ... lanzarse como emprendedora con su taller de tatuajes. «Lo he montado con mi pareja, Juan Carlos. Intentamos abrir en diciembre cogiendo un traspaso, pero no pudo ser, así que alquilamos un local el 1 de marzo y el estado de alarma nos pilló en mitad de la reforma», resume.
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Llevaba un tiempo dándole vueltas a la idea de montar algo propio hasta que por fin tomó forma. Con la desescalada por fin ha podido abrir el local. «Siempre quise hacer pirsin y mi pareja tatuaba, así que optamos por trabajar para nosotros».
Con un proyecto enfocado a la potencial clientela de estudiantes universitarios, pretenden también hacerse un hueco entre los amantes de los dibujos estampados en la piel de hasta 45 años. Su primeros clientes en pasar por las agujas de su taller fueron unos vecinos. «Ella nos pidió una Torre Eiffel y él una frase; por ahora nos va bien, aunque estos últimos días la cosa ha estado un poco parada quizás porque estamos en verano», indica Cristina Marcos. «Hemos abierto con dos ofertas: dos pirsin, 15 euros; y el tatuaje de 25 centímetros cuadrados, a 35 euros en blanco y negro».
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