Villalar, lo que aguantas

Primero se quitó el apellido Villalar a la Fundación Castilla y León. Eso fue en la etapa de Cs, con Luis Fuentes de presidente de las Cortes. El hoy repescado por Alfonso Fernández Mañueco como delegado para el Corredor Atlántico tuvo la ocurrencia de equiparar el 23 de abril con 'San Ikea' desde una tribuna institucional.

Tomaron el relevo en Vox Juan García-Gallardo y Carlos Pollán, dejando de organizar el programa de actividades musicales y culturales de la jornada en la localidad comunera y tildando Villalar de «aquelarre de extrema izquierda» y «macrobotellón». En una fiesta popular que sobrepasa las 25.000 personas los años que el tiempo acompaña y sin incidentes reseñables desde hace lustros, cualquier parecido con la imagen que traslada el vicepresidente de la Junta es, como en las pelis de serie b de las tardes domingueras de sofá, puritita coincidencia. Más aún, un desatino.

La falta de apoyo a la fiesta de Villalar ganó enteros el año pasado, cuando el Ayuntamiento tuvo que buscarse la vida para armar un programa cultural que supliera el que no organizaron desde las Cortes. Recayó así sobre un municipio de 484 habitantes dar contenido a una fiesta autonómica. Algo que vuelve a pasar, con las Cortes y la Junta preparando actividades lejos de Villalar, contraprogramando. El equipo de Pollán traslada al 23 de abril las tradicionales jornadas de puertas abiertas que el parlamento celebraba en febrero, en el aniversario del Estatuto de Autonomía, y organiza un programa bajo el lema «celebramos la tradición» con sesiones de 'Dj', gastronomía y juegos y deportes tradicionales que van de la rana al corte de troncos con hacha.

Y la Junta ha decidido destinar 575.000 euros a actividades en las capitales de provincia, Aranda de Duero, Miranda de Ebro y Ponferrada para «acercar» la fiesta a los ciudadanos. Una idea que podría entenderse si el apoyo a los actos de Villalar de los Comuneros hubiera sido contundente, premisa que no se ha dado. A ello hay que sumar efectos adversos del programa alternativo en León, dando alas a la contestación leonesista en la calle y con hosteleros de Ponferrada poniendo el grito en el cielo al entender que se les hace competencia desleal fomentando la instalación de casetas tipo feria de día.

Habiendo dejado Juan Vicente Herrera un modelo de fiesta encarrilado, con el acto institucional de los Premios Castilla y León en vísperas del 23 de abril y la fiesta popular ese día en Villalar, son ganas de exponerse a fomentar una tensión que electoralmente puede beneficiar a Vox, y a UPL de rebote, pero en nada al PP.

Pronto se cumplirán 50 años de aquel primer Villalar, un canto de gentes que reivindican no ser más que nadie en un país con mucho creído histórico y mucho nuevo rico autonómico dados a mirar por encima del hombro. Cualquiera con nociones mínimas de historia y de derecho puede comprender que Villalar y el 23 de abril son un activo para Castilla y León, por eso llama tanto la atención el esfuerzo que se hace desde las instituciones públicas en denostar lo que simboliza y que recoge expresamente el Estatuto de Autonomía, ese por el que toman posesión del cargo y el escaño los miembros de la Junta y los procuradores.

En momentos así es bueno recordar que las personas somos aves de paso. Incluso los políticos que parecen eternos. También los que aspiran a serlo. Y ahí seguirá Villalar, en el mapa y en la Historia. Feliz Día de Castilla y León este martes.