Gallardo y Mañueco, en el pleno de las Cortes de esta semana en el que siguió adelante la tramitación del presupuesto de la Junta para 2024. Rubén Cacho/Ical

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Presupuesto con efecto relax para Mañueco

Las cuentas para 2024 que tramitan sin sobresaltos las Cortes de Castilla y León darán tranquilidad al PP, al facilitar la prórroga en 2025, para culminar la legislatura con o sin Vox

Susana Escribano

Valladolid

Sábado, 23 de marzo 2024, 17:04

Las cuentas de PP y Vox siguen adelante sin sobresaltos parlamentarios. Con este titular resumía mi compañero Antonio G. Encinas cómo los presupuestos de Castilla y León para 2024 superaban su penúltima meta volante: las enmiendas a la totalidad de la oposición. La próxima ... cita en el hemiciclo, ya en abril, será de votación de las cuentas y aprobación, salvó que los 44 procuradores que suman las bancadas de Alfonso Fernández y Juan García-Gallardo repitan la pifia de diciembre de 2022, se equivoquen al votar su propio presupuesto y haya que retramitarlo. Eso ocurrió con las cuentas autonómicas de 2023, que están aún en vigor estiradas en una prórroga.

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Por ahora, ese 'siguen adelante sin sobresaltos parlamentarios' es oro molido. La suerte presupuestaria de Mañueco ya la quisiera Pedro Sánchez. Presentar y aprobar unas cuentas es oxígeno en política. Al menos un presupuesto que permita sobrevivir luego con prórrogas en pactos con socios intratables o de voluntad tornadiza. O que posibilite soltar lastre si uno cree llegado el momento del divorcio.

De lo primero están haciendo un máster en La Moncloa. El segundo escenario es un horizonte que se abre para Fernández Mañueco, una vez que las cuentas para 2024 lleguen al Boletín Oficial. Será el presupuesto del relax para el dirigente del PP, que le permitirá mirar desde otra óptica pulsos de García-Gallardo como el del protocolo antiaborto o las exigencias de aprobar una Ley de Violencia de Género o un decreto que sepulte el de Memoria Histórica de la etapa de Herrera. La eficacia de Vox para hacer efectivas esas imposiciones se saldan, camino de dos años de cogobierno con Mañueco, con un suspenso contundente, pero el ruido político ha retumbado más allá de las lindes de la comunidad.

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Y el presupuesto de Castilla y León para 2024 es más que partidas de ingresos y gastos que suman 14.562 millones de euros. El presupuesto regional que está a punto de caramelo echará a andar con un componente político extra, el del plus de tranquilidad para Alfonso Fernández Mañueco. Le sirve para culminar la legislatura como guste, al facilitar la prórroga en 2025, incluso en 2026. Con Vox, pero aguantando cuarto y mitad de lo soportado hasta este momento a Gallardo y cía y haciendo ver al electorado conservador que quien lleva el timón de la gestión, de la utilidad política, es el PP. O sin Vox: en solitario y tanteando apoyos en las Cortes de UPL, Soria ¡Ya! y Por Ávila.

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Raúl de la Hoz (PP), Carlos Menéndez y David Hierro (Vox) esperan para entrar en la Junta de Portavoces de las Cortes. R. Valtero/Ical

Rota la coalición, el presidente de la Junta puede jugar la baza de que sería contra natura que los García-Gallardo, Pollán y resto de procuradores ultraconservadores unieran sus votos a la bancada socialista de Tudanca en el hemiciclo. El escrutinio de febrero de 2022 lo permite, porque a diferencia de 2019 otorgó al PP una ventaja mínima. Los de Mañueco son el primer grupo en las Cortes, con 31 escaños frente a los 28 socialistas. Y Vox y PSOE resultan agua y aceite, ingredientes de imposible emulsión política. La de Mañueco es una mayoría precaria, pero efectiva en una ecuación con Vox en la oposición.

Mientras Sánchez intenta cabalgar un potro desbocado, el castellano y leonés controla las riendas. Más cuando se apruebe el presupuesto autonómico que PP y Vox están vistiendo domingo en las Cortes. Será una jornada equiparable a la tarde de marzo de 2021 en la que Mañueco sorteó la precipitada moción de censura de Tudanca. Ciudadanos cerró filas con el PP, que le pagó con un finiquito de la coalición en diferido.

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Hasta ese día, Mañueco estuvo en manos de los naranjas. Ese episodio volteó los papeles. La tarde que voten el presupuesto autonómico de 2024, en la bancada de Vox sólo tendrán que volverse. Tras ellos se sienta Francisco Igea. Imagen del antes y el después de la cohabitación con Mañueco. O, si lo prefieren, pueden mirarse en otro espejo muy diferente. El de los exprocuradores liberales repescados después por el PP, varios con sueldo y cargo. Cinco de once.

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