Mañueco con la consejera Isabel Blanco, ascendida a vicepresidenta. Rodrigo Jiménez
Opinión

Mañueco hace cocina de aprovechamiento con las sobras de Vox

«Entre el afecto a Santonja y el desafecto mostrado hacia Dueñas y Veganzones, el dirigente del PP ha decidido no volar los puentes con García-Gallardo»

Susana Escribano

Valladolid

Sábado, 13 de julio 2024, 17:04

Con Vox autoexpulsado del Gobierno de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco se estrena como presidente en solitario, sin lastres adosados, practicando la cocina de aprovechamiento, lo que no quita que no se haya permitido caprichos para empezar su nueva etapa.

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De momento, fue ... confirmar Abascal que rompía el pacto y el dirigente del PP se dio el gusto de cesar a Mariano Veganzones y a Gerardo Dueñas. Si en algún momento los dos consejeros de Vox pensaron en dimitir, Mañueco no les dejó esa opción. Una suerte de venganza del pobre, sobre todo en el caso del consejero de Industria, Comercio y Empleo, que hacía gala de dedicarse a cazar comunistas desde el despacho oficial y les ha hecho tragar ricino a los populares durante dos años con sus invectivas contra los dirigentes sindicales y sus declaraciones sobre los parados.

El cese de Dueñas, titular de Agricultura, no puede desligarse de la imagen de los ganaderos salmantinos asaltando la delegación territorial de la Junta. Un conflicto caldeado por Vox y que se les fue de las manos hasta el punto de trasladar al mercado cárnico que Castilla y León podía tener un problema de tuberculosis bovina siendo una de las regiones con incidencias más bajas de Europa.

Ha sido cesar los dos como consejeros y darse de baja en Vox. Cada cual que interprete los motivos de afiliación de Veganzones y de Dueñas. Hasta ahí, los descartes de Mañueco. La parte del aprovechamiento la capitanea Gonzalo Santonja, consejero de Cultura. Pisó al albero político apadrinado por Vox y tras la espantada de los de Abascal ha decidido no quitarse el castoreño y seguir en la lidia, bregando como picador de Mañueco al frente de esa consejería. Santonja se ha mostrado como un político camaleónico con quien manda y de resistencia hormigonada.

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Y entre el afecto a Santonja y el desafecto mostrado hacia Dueñas y Veganzones, Mañueco ha decidido no volar puentes con García-Gallardo. Le trató en la despedida con un respeto a años luz de la malquerencia que gastó, gasta y gastará (hasta el infinito y más allá, como Buzz Lightyear) con Francisco Igea. Queda legislatura por delante y el PP tiene una mayoría muy precaria. Con 31 procuradores, a Mañueco le faltan 10 escaños en las Cortes para la mayoría absoluta. Gallardo deja de ser vicepresidente de la Junta, pero se convierte en portavoz de los trece procuradores de Vox que van a seguir cotizando al alza en momentos puntuales.

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De ahí que ninguno de los dos haya practicado la tierra quemada. Culpando ambos de su divorcio a los jefes nacionales del otro. Mañueco tampoco ha hecho sangre con el hecho de que Vox conserve la Presidencia de las Cortes, con la incoherencia que supone que un pacto se rompa y se mantenga a la vez. En la Junta, sí. En las Cortes, no. Ese proceder del veterano popular denota que se aplica a guardar condimentos políticos por si más adelante se ve obligado a hacer gestión de sobras.

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García-Gallardo, acompañado de dos de sus altos cargos, en su despedida de la Junta. Rodrigo Jiménez
Foto del vicepresidente y los consejeros de Vox, apadrinados por Iván Espinosa de los Monteros, en abril de 2022, cuando tomaron posesión. A. Mingueza

Culmina la cocina de aprovechamiento del chef Mañueco con la incorporación como sustitutos de los consejeros de Vox de dos dirigentes del PP experimentados en la Administración y en el atril parlamentario: el segoviano José Luis Sanz Merino y la zamorana Leticia García.

Y el popular gana en el relato del divorcio con García-Gallardo, a diferencia del que armó sobre la traición de Cs para reventar la coalición con Igea, que por increíble hacía aguas a estribor y babor, por proa y popa. Al guiso con el que celebrar la crisis de gobierno suma Mañueco el empleo a su favor del relato-excusa que Vox pregona como detonante de la ruptura: los menores inmigrantes no acompañados que se hacinan en Canarias y que en una cuantía ínfima, 21, acogerá Castilla y León.

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El ya presidente en solitario de Castilla y León contribuyó el jueves a humanizar el término 'mena'. «Son niños y niñas» vulnerables, recalcó, contra los que arremete Vox. Los de Abascal señalan a los menores cuando en realidad lo que les mueve a romper ahora con el PP es el miedo a que Alvise les acabe comiendo la merienda.

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