La supresión del programa Alargadores complica la conciliación escolar de cientos de familias

El pasado viernes comenzaron a llegar las primeras instrucciones desde Educación a las direcciones de los colegios. La avalancha de protestas y quejas de los padres hicieron que, en un primer momento, la autoridad educativa cambiara de criterio y permitiera que se mantuvieran los horarios de Alargadores, independientemente del comedor.

Sin embargo, este lunes han vuelto a la situación inicial y las direcciones de Educación de la Junta están indicando a los colegios que llaman reclamando instrucciones que el programa extraescolar supone un riesgo en tiempos de la covid. «Nos obligan a pagar el comedor sí o sí. Son lentejas... o las tomas o las dejas. ¿No será más riesgo llevar a los niños al comedor? Estas son actividades que ya teníamos estructuradas, todas al aire libre», argumenta la presidenta del Ampa del colegio Raimundo de Blas, Ana Sahagún González.

Como ella, un gran número de padres se niegan a que les obliguen a sufragar el comedor, que supone un sobrecoste de 100 euros por niño al mes. «Obligar a las familias a que contraten obligatoriamente el comedor no es una opción. Además, si cumplimos las normas, no tendría por qué haber ningún problema», advierte el presidente de la Confederación de Padres de la región (Confacapal), David Moya.

La orden se está aplicando de manera irregular en la región. Desde el viernes se está conociendo en colegios de Salamanca, Zamora y Valladolid. En Arroyo de la Encomienda (Valladolid) afecta a sus cinco colegios. Ana Sahagún González, que también es portavoz de todas estas asociaciones de padres y madres (Ampas) asegura que la medida la sufrirán en este municipio unos 250 niños. «Tendremos que buscarnos un turno partido en el trabajo o tirar de los abuelos y aumentar sus riesgos de exposición para la covid», lamenta. Los miembros de las Ampas de estos cinco centros se están planteando una dimisión colectiva como medida de presión.

«Es más complicado meter a más niños en el comedor que hacer esas actividades que se suelen realizar en el patio», completa David Moya. Desde Confapacal acusan a la Junta de «llenarse de argumentos sobre el derecho a conciliar, pero la conciliación real se hace día a día... Y muchos no pensamos renunciar a compartir la comida con nuestros hijos». El problema se agrava con la llegada de junio y se podría prolongar al arranque del curso en septiembre.