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Ingenio sin límites, visión ecológica y compromiso social. Con estas tres líneas de pensamiento común, los estudiantes de Castilla y León demostraron ayer el potencial de una juventud formada que aprovecha las herramientas a su alcance para abrirse camino en el área del emprendimiento y la innovación.
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En su sexta edición, el proyecto formativo STARTInnova –organizado por El Norte con la colaboración del Ayuntamiento de Valladolid, la Fundación Michelin y el Parque Científico de la Uva así como la participación de SMP– no defraudó. El alto nivel presentado por los escolares quedó patente con la participación, por primera vez, de centros de todas las provincias de la comunidad en un evento que se organizó en el hotel Vincci Frontaura de Valladolid.
Diez equipos compitieron en una disputada final, en una edición en la que se presentaron casi un centenar de proyectos, distribuidos en dos categorías, de 16 y 17 años, y la de más de 18 años. Cada equipo tuvo diez minutos para la exposición ante un experimentado tribunal que estuvo formado por Arancha García Galdós, de la CVE; Juan Carlos de Margarida, del Colegio de Economistas de Valladolid; Enrique Baeyens Lázaro, del Parque Científico de la Uva; Abel López, de la Fundación Michelin, y Ana Paje, del Ayuntamiento de Valladolid.
Los primeros en intervenir fueron los jóvenes de 16 y 17 años que propusieron curiosas ideas como un gimnasio ecológico para mantenerse en forma y utilizar la energía del cuerpo para alimentar las instalaciones; una tienda de comida ecológica, casera y a domicilio pensada para atender la demanda del medio rural; un restaurante con una clara vocación de reciclaje de envases de plástico o una tienda de ropa sostenible. La iniciativa ganadora de esta primera categoría fue para el equipo del Colegio Divina Pastora (León) que se centró en la atención a la tercera edad en el medio rural.
Partieron de una experiencia personal y común a todas para presentar el proyecto Altavista, una empresa de servicios pensada en la atención de las personas mayores en el medio rural. «La felicidad de las personas mayores reside en su hogar. Es lo que nos dicen nuestros abuelos», afirmó Nikita Martínez. Un pensamiento que comparten el resto de sus compañeras, Marta, Noelia, Nadia y Alexandra, del Colegio Divina Pastora (León). Además de abordar el problema del envejecimiento global, abordaron en su proyecto cuestiones como la despoblación, la necesidad de crear puestos de trabajo en el medio rural y la mejora en la atención sanitaria.
Sobre estos aspectos recordaron que sus padres son quienes se hacen cargo de los traslados de sus abuelos para revisiones. «Necesitábamos una solución para nuestros abuelos que viven en los pueblos», aseguraron convencidas de que su proyecto basado en la oferta de personal cualificado y formado puede contribuir a mejorar la vida en el medio rural. Durante su presentación destacaron la proposición de valor centrada en evitar la situación de desamparo o soledad y garantizar la atención de sus necesidades básicas.
La elección del nombre, Altavista, surgió de la intención de mirar desde arriba los problemas actuales de la sociedad. «Empezamos a mirar más por los demás que por nosotros como jóvenes», explicaron.
Tras el veredicto del jurado, no pudieron ocultar la emoción porque el tribunal empatizara con su idea. «La verdad es que habíamos trabajado mucho pero también es cierto que los compañeros lo han hecho muy bien», afirmaron.
En cuanto a la segunda categoría, se presentó una convincente propuesta para dar una segunda vida a las prendas con moda sostenible, una empresa que vende cursos de programación informática online en español y adaptada a necesidades especiales; coches teledirigidos para transportar a los niños en la ciudad y el reacondicionamiento de coches aprovechando paneles solares y apostando por las energías renovables. Finalmente el tribunal otorgó la primera posición al Centro Concertado Santa María Micaela (Valladolid) que se basó en el aprovechamiento de los desperdicios de textil y su transformación en bolsas reutilizables.
El objetivo de Sheila Obregón y Yolanda Sánchez, estudiantes del Centro Concertado Santa María Micaela (Valladolid), era la creación de un proyecto de empresa diferente, viable y que reflejara una apuesta clara por el cuidado del medio ambiente. Este fue el punto de partida con el que comenzaron a trabajar en una iniciativa que solucionaría dos problemas: el consumo de plástico y la excedencia de textil. «Decidimos sustituir el plástico por el textil y diseñar bolsas multifunción para cualquier necesidad diaria», explicó una emocionada Yolanda. Durante su presentación recordaron que la industria textil es la segunda más contaminante del planeta y con un alto porcentaje de gasto de agua. Por este motivo, decidieron acondicionar prendas que todavía estaban en buen estado aplicándoles las tres 'R', reducir, reciclar y reutilizar. «Confeccionaremos bolsas para el pequeño comercio con tejidos de segunda mano», aseguraron convencidas de poner en marcha este proyecto.
Pero, ¿qué pasa con los restos generados de la confección de las bolsas? Sheila y Yolanda respondieron a esta cuestión con el que se ha convertido en un valor añadido de su proyecto de empresa, la utilización de una máquina trituradora. De esta forma, todo el textil inutilizable para la elaboración de otro tipo de prendas estrena una segunda vida como relleno de mochilas, cojines, almohadas. «Nos pondremos en contacto con empresas de relleno para poder aprovechar el máximo posible», explicaron. Con este planteamiento demostraron que la economía circular es tendencia en los futuros modelos de negocio que piensan en el aprovechamiento de los recursos naturales.
La clausura del acto corrió a cargo del Consejero de Empleo e Industria de la Junta de Castilla y León, Germán Barrios, que alabó el alto nivel de los participantes y el ingenio de los aspirantes. «Lo más importante es que os aporta valores como el trabajo en equipo, la innovación, la capacidad de idear un proyecto y llevarlo a cabo», incidió. En este sentido, valoró el esfuerzo de todos los equipos que gracias a iniciativas como STARTInnova «tenéis una experiencia real de lo que significa defender un proyecto».
El consejero subrayó la importancia de apostar por el conocimiento para generar un valor añadido al territorio. «Esa es nuestra estrategia, la Formación Profesional de calidad, el Bachillerato de calidad y una universidad competitiva», señaló antes de recalcar la apuesta de la Junta por la formación de los jóvenes y la necesidad de «enseñarles a aprender a emprender».
La sexta edición de STARTInnova ha contado con la participación de 573 alumnos de 44 centros de FP y Bachillerato.
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