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La Consejería de Sanidad tiene fijación con los umbrales epidemiológicos, que se ha impuesto a sí misma dado que el Gobierno no estaba muy dispuesto a ponerlos por escrito, y con la movilidad. Tanto, que ayer pidió a los alcaldes de los municipios 'candidatos ... a fase 1' que le cuenten cuánta gente va y viene a trabajar a sus localidades habitualmente y cómo se vería afectada la movilidad si avanzaran en el desconfinamiento.
Y parece que la ciencia le otorga base a esa preocupación. No hay hipocondria en esto.
«Existen patrones espaciales estadísticamente significativos en la evolución de esta pandemia», concluía el estudio de dos profesores de Economía de la Universidad de Valladolid, Alfonso Moral y Ángel Luis Martín. «Los flujos poblacionales entre territorios, especialmente en las provincias limítrofes con Madrid, parecen explicar gran parte de la severidad con que la pandemia ha afectado a Castilla y León», señalan. Y eso puede reproducirse, a pequeña escala, en el caso de zonas con poca afectación que, sin embargo, se encuentran 'rodeadas' de otras con más casos positivos. «Concretamente hay zonas en Segovia y especialmente en Soria, donde la incidencia es baja pero están junto a otras muy afectadas. En estos casos hay que extremar la precaución y controlar los flujos para evitar que ese desborde de contagios se siga produciendo», certifican los dos investigadores.
Coronavirus en Castilla y León
Datos son datos, diría Vujadin Boskov si no hubiera patentado antes su «fútbol es fútbol». Y los datos presentados por los economistas coinciden con el terrible mapa que presentó ayer el Ministerio de Sanidad, el que muestra los primeros resultados del test de seroprevalencia realizado a escala nacional. Una prueba con 60.000 personas escogidas en función de parámetros sociodemográficos, con 2.600 profesionales y sanitarios de toda España involucrados y 1.416 centros de salud.
La foto muestra a Soria y Segovia como la primera y la tercera provincias más afectadas por el coronavirus: un 14,2% de los sorianos y un 12,6% de los segovianos habrían pasado la enfermedad. Solo Cuenca se incrusta entre ellas, con un 13,5%.
Madrid queda por debajo. Tiene un 11,3%.
No solo eso. La media nacional de contagios es de un 5%, pero las diferencias entre territorios son brutales. En Castilla y León, todas las provincias se sitúan por encima de la media, en un 7,2% que convierte a la región en la tercera más afectada, solo por debajo de Madrid, que al ser uniprovincial mantiene su 11,3%, y Castilla La Mancha, que alcanza el 10,8%.
La provincia de Castilla y León con un porcentaje de contagios más bajo, Burgos, presenta un 5,3% de personas que han generado anticuerpos de la enfermedad. Le siguen Zamora (5,9%), Valladolid (6%), Palencia 6,4%), Ávila (6,9%), León (7%) y Salamanca (7,9%).
«Pensábamos obtener una prevalencia del 5% y los resultados nacionales apoyan esa estimación, ha sido de un 5% y parecida en hombres y mujeres», decía la directora del estudio, realizado por el Instituto Carlos III, Marina Pollán. Y advertía: «Hay una gran variabilidad geográfica». Castilla y León y Castilla La Mancha lo corroboran.
Cuando la Junta se vea este jueves de nuevo las videocaras con el Ministerio de Sanidad mostrará un dosier con otro montón de zonas básicas de salud que poder añadir a las que ya disfrutan de la fase 1 del desconfinamiento. En principio serían las 14 que se quedaron fuera la otra vez, pero los criterios aprobados por la Consejería de Sanidad, conformes a una determinada incidencia en los últimos 7 ó 14 días, o en relación al número de pruebas PCR realizadas, pretendían aumentar ese número. Verónica Casado, consejera de Sanidad, no quiso dar muchas pistas respecto al informe definitivo que se debatirá con el Ministerio, pero a la vista de las cifras puede que el aumento sea menos rápido del que los ciudadanos desearían.
Un vistazo a los datos de la propia Junta permite entrever que solo las zonas rurales estarán en condiciones de avanzar de fase a partir del lunes. Si se abre un poco más la mano tendrá que ser con la vigilancia intensiva de los municipios. Por eso la Consejería de Sanidad, a través de la Federación Española de Municipios y Provincias, envió ayer un documento a los ayuntamientos que pueden verse afectados para que expliquen cómo funciona la movilidad en sus territorios.
En ese documento, que instaban a rellenar antes de las ocho de la tarde, se debían cumplimentar datos como cuántas personas trabajan habitualmente fuera del municipio o lo están haciendo ya; cuántas perosnas ajenas a la zona básica de salud a la que pertenece la localidad acuden a trabajar a esta; cuántas más podrían acceder si se abre el paso a la fase 1 y cuáles son las carreteras más frecuentadas.
Se pide, además, una valoración sobre cuánto se incrementaría la movilidad en el momento en que comenzara el alivio de las restricciones en este proceso de desconfinamiento gradual. Porque la contaminación cruzada entre zonas, ya ha quedado claro, es un riesgo que no se puede correr.
El ataque del coronavirus ha sido una olita tibia que ha provocado un tsunami sanitario. Segovia o Soria, llevadas por encima del limite de sus capacidades hospitalarias, tienen menos de un 15% de seroprevalencia. La inmunidad de rebaño –en la que tanta población tiene anticuerpos que dificulta la circulación del virus– se estima a partir de un 70%-80% de ciudadanos protegidos. Pensar ahora en la debacle humanitaria que supondría alcanzar ese porcentaje de infectados resulta inimaginable. El sistema sanitario colapsaría al completo. Suficiente advertencia como para procesar con cuidado las fases del desconfinamiento.
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