Los sondeos internos de los partidos en Castilla y León no cuadran
13-f elecciones autonómicas ·
Todas las métricas internas son optimistas, desde la mayoría absoluta que el PP cree cerca hasta los 2 escaños para Por ÁvilaSecciones
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Todas las métricas internas son optimistas, desde la mayoría absoluta que el PP cree cerca hasta los 2 escaños para Por ÁvilaSon el «dientes, dientes, que les jode» de Isabel Pantoja, el órdago a grande con tres pitos, el «a mí el pelotón, que los arrollo», el discurso épico de Braveheart antes de la batalla. Y, en suma, fuegos de artificio demoscópico que se apagan cuando ... se recuentan los sobres que hay dentro de las urnas. Las encuestas internas de los partidos, esa herramienta que permite trazar estrategias y articular mensajes, arrojan un resultado sorprendente a 53 días de las elecciones autonómicas: todos ganan. O lo que es lo mismo, que alguien miente, porque eso es imposible.
Un factor común a todos las métricas internas que se avanzan en los corrillos es que el rival está mucho peor. El PP, que se apoya además en algunos delos últimos sondeos, considera que roza la mayoría absoluta por sí solo. O lo que es lo mismo, que es capaz de lograr un retorno a los tiempos de Juan Vicente Herrera previos a la ruptura del bipartidismo, a la irrupción en escena de Ciudadanos y Podemos. Un resultado que mejoraría de forma drástica los 29 escaños conseguidos en 2019 y que se apoya, en parte, en la política nacional. Es decir, en el seísmo que provocó Isabel Díaz Ayuso y en el factor Pedro Sánchez, que para los populares es ahora una baza a la baja en el bando socialista. Ocurre, advierten sin embargo fuentes del PP, que aún es pronto para saber cómo encaja el electorado este relato del «adelanto por deslealtad». O cómo subirá Vox y en qué provincias. Si se mantendrá Por Ávila. Aquién rebañará Soria Ya, o cualquier otra plataforma que pueda surgir. Si Ciudadanos mermará algo la cuota a su ex socio.
Demasiadas incógnitas como para que haya un entusiasmo completo en las filas de Mañueco. Confeccionar las listas, además, será un proceso de negociación duro en el que Génova tiene la última palabra.
Los cálculos no convencen, para empezar, a sus ex socios. Ciudadanos, que se reconoce en momentos bajos, considera que está en torno a un 5%-6% de voto, entre sus estudios internos y las encuestas externas. Su reto es formar una lista consensuada que tenga un cartel relevante. Dos figuras emergen con fuerza: Verónica Casado, independiente, no afiliada y la política mejor valorada durante la pandemia en Castilla y León, y Francisco Igea, polémico pero, al tiempo, carismático para una parte del electorado.Con ese reclamo y una campaña en la que tratarán de demostrar que son ellos los traicionados, y no al revés –ya empezó ayer Igea con un tuit al respecto de la negociación con Por Ávila–, aspiran a acercarse al 10% de voto. Esto significa que en lugar de rascar un escaño podrían irse, quizá, a tres. En 2015, con un 10,27%, consiguieron cinco procuradores.
En unas elecciones inéditas, sin acompañamiento de municipales, con cierta clave nacional, las diferencias entre bloques pueden estar en los restos del reparto de votos. Y tres escaños pueden ser una cifra relevante en un parlamento de 81.
Porque si a Ciudadanos no le convencen las encuestas del PP, al PSOE de Luis Tudanca, menos. Los socialistas creen que cuando menos se roza el empate técnico entre las dos fuerzas mayoritarias. Recuerdan que ellos fueron los ganadores en 2019 y creen que esa inercia de cambio, aunque incentivada en buena parte por el escenario nacional, se va a mantener. Obtuvieron 35 escaños en 2019. Todo lo que sea acercarse a esas cifras aumenta sus opciones de formar Gobierno con otras formaciones políticas minoritarias.
En el PSOEson conscientes, a nivel nacional, de que Pedro Sánchez no puede permitirse otra derrota después de lo ocurrido en Madrid. La campaña de Tudanca ya estaba casi definida, de hecho, porque se trabajaba con antelación en previsión de un adelanto electoral de Fernández Mañueco. Y, como ocurrió con el congreso multitudinario de Burgos, durante tres días, volverán a pisar el territorio los pesos pesados del Ejecutivo.
«Pase lo que pase, quedan tres semestres para las elecciones de 2023», explicaba un miembro de la Ejecutiva de Tudanca al término del congreso autonómico socialista. Y es que todos son conscientes de que este 13-F se inicia un ciclo electoral vertiginoso que sigue por las elecciones andaluzas –en principio, si no hay adelanto, en noviembre de 2022–, continúa por las municipales en mayo de 2023 y desemboca en las generales en noviembre de 2023.
En esas cuentas está también Vox, que se considera al alza y que cuenta con conseguir grupo propio en las Cortes de Castilla y León, donde ahora solo tiene una procuradora. Y un grupo amplio, además. Aseguran que sus muestras internas les conceden un procurador por provincia «y en algunas de ellas, dos». Eso sitúa el horizonte electoral de los de SantiagoAbascal en el entorno de los 9-12, más si se escucha a un Ortega Smith más optimista, que sueña con los 14-16.
Otra de las incógnitas demoscópicas es la de Izquierda Unida y Podemos. Ambas fuerzas buscan una confluencia que no se dio en Castilla y León en 2019 y que derivó en una bajada significativa de ambas. Podemos, de 10 a 2. Izquierda Unida, de 1 a 0. Podemos obtuvo en Valladolid un 4,65% de los votos; Izquierda Unida, un 4,07%. Más de 24.000 votos que se quedaron sin escaño. Algo que sí lograron los 20.172 sufragios de Vox (6,85 %).
Los partidos territoriales también hacen sus cuentas. UPL quiere aprovechar la ola leonesista previa a la pandemia, a la que se sumaron incluso dirigentes como el socialista José Antonio Díez, alcalde de León, para incrementar su representación. Parte de un escaño y su máximo histórico fueron tres, con las Cortes aún en Fuensaldaña. En cuanto a Por Ávila, sostienen que las encuestas dictan que conservarán su procurador y que rozan el segundo. La campaña se la ha servido en bandeja el PP, como ya se ha encargado de demostrar el alcalde de Ávila, Jesús Martínez Cabrera:«Mañueco ha preferido convocar elecciones antes que darle a Ávila lo que merece».
Lo que es evidente es que todas estas cuentas no cuadran. Pero al fin y al cabo son solo apuestas a un póker ciego.
El artículo 31.bis de la ley electoral de Castilla y León deja escrito que habrá «dos debates públicos», al menos, «entre las formaciones políticas que tengan grupo parlamentario propio en las Cortes». Está en vigor desde antes del último proceso electoral, cuando comparecieron en discusión televisada Alfonso Fernández Mañueco,Luis Tudanca, PabloFernández y Francisco Igea. Esta vez el elenco quedará reducido a tres, ya que PSOE (35 procuradores), PP(29) y Ciudadanos (11) son los únicos partidos con grupo propio en el hemiciclo. Fuentes de Ciudadanos consideran que esos debates, y las reacciones posteriores en los medios de comunicación, pueden ayudarles a recuperar parte de la confianza perdida del electorado. Especialmente, insisten, si son Francisco Igea o Verónica Casado quienes acuden al diálogo. Alfonso Fernández Mañueco se enfrentará previsiblemente a un dos contra uno ante el candidato de Ciudadanos y Luis Tudanca (PSOE). En este caso la novedad, respecto a los dos celebrados en 2019, es que uno de los contendientes habrá sido socio de Gobierno de otro. Y es que entonces ninguno de ellos partía como presidente de la Junta.
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