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Parece como si después de la tregua del año pasado, cortesía de la pandemia, en esta ocasión todos los elementos se hubiesen confabulado para atacar el bolsillo del consumidor en la cuesta de enero. El tradicional artículo anual de repaso a las actualizaciones de precios ... es en este 2022 una retahíla de noticias dolorosas, en la que se amontonan subidas impositivas, incrementos de tarifas y encarecimiento de la luz, el gas y los carburantes, con su traslado a los costes de producción y transporte y su inexorable impacto en la cesta de la compra de manera generalizada. Con el IPC por encima del 6%, lo nunca visto en este siglo, es más fácil empezar por lo que no sube en el año nuevo, por los únicos puestos de avituallamiento de esta empinada cuesta.
Del cerca de un centenar de productos y servicios analizados mensualmente por el INE para elaborar su Índice de Precios de Consumo, solo tres bajan, con dato de noviembre pasado, con respecto a un año atrás. Son los equipos de telefonía, que están el 5,3% más baratos, las bebidas alcohólicas, con bajada del 1,9%, y los grandes bienes duraderos para ocio y cultura, con el 0,8% menos.
A partir de ahí, todo son subidas. Empezando por el 42% de la electricidad y siguiendo por el 38,8% la calefacción, el 23,5% del aceite y el 19,7% de la utilización del coche, por los carburantes. Ahí están el 18,5%de subida del cordero, el 11,2% de los alojamientos y el 10,6% de los servicios financieros.
La madre del cordero de casi todas las subidas de costes, precios y tarifas que se han apuntado a esta recuperación pospandemia es la deriva de los precios de la energía en todas sus vertientes. Desde el gas por razones geopolíticas a la electricidad, un sector en pleno y acelerado proceso de descarbonización, pasando por los carburantes, con alta demanda por la reactivación mundial.
Más sobre los precios
El precio medio de la electricidad en el mercado mayorista fue en diciembre de 239,16 euros el megavatio/hora (MWh), seis veces más que un año antes (41,96 euros). En los mercados de futuros, el MWh no baja de los 200 euros hasta el segundo trimestre de 2023. La media para el conjunto de 2022 es de 222, con lo que al consumidor solo le quedará el consuelo de las medidas provisionales del Gobierno, como la rebaja del 21% al 10% del IVA eléctrico para los usuarios domésticos hasta abril o el bono eléctrico, también en vigor hasta esa fecha con sus descuentos de entre el 60% y el 70%.
Los carburantes, mientras, comienzan 2022 lejos de los máximos de finales de noviembre, pero el 25% más cara que a inicios de 2021 en el caso de la gasolina y del 27% en el del gasóleo, según el Boletín Petrolero de la UE.
El precio de la bombona de butano se revisará el 18 de enero, pero ya arranca 2022 el 5% más cara que el año pasado tras la última revisión trimestral, que entró en vigor en noviembre, en su sexto incremento consecutivo.
La escasez de componentes electrónicos, el encarecimiento de las materias primas y los cuellos de botella en el comercio internacional hacen trizas las previsiones y los márgenes empresariales y terminan con consecuencias en el precio de venta al público de infinidad de artículos.
Desde la OCU ven «indicios claros de la subida de bastantes productos de la alimentación básica en los últimos seis meses y que tienen como causa principal el incremento de los precios de la energía». Las subidas, sin precedentes en los últimos años, se producen en la pasta (más del 20%), carnes como la ternera y el pollo, la leche y los huevos (más del 10%), mientras que zanahorias y manzanas son los productos que más bajan.
La subida de las materias primas ha disparado el 22% el coste de las obras para el sector de la construcción de la comunidad, que alerta de incrementos del 125% en los últimos tres meses en el precio de la madera, del 68% en la piedra y del 63% en el cobre.
Así que el precio de la vivienda, que en 2021 subió el 4,3%, de acuerdo con los cálculos de la tasadora Tinsa, subirá en torno a otro 4% en 2022, según el servicio de estudios de CaixaBank.
El automóvil es un claro ejemplo del doble reto financiero que se plantea a los compradores: subida de precios y endurecimiento de la presión fiscal. Los coches vendidos en 2021 le costaron a sus nuevos propietarios un promedio de 1.869 euros más que los turismos matriculados un año antes. La generalización de ventas de vehículos más altos de gama o electrificados, más caros que los de combustión, tiene su precio.
Entonces viene el aspecto final de la compra. Desde el 1 de enero, todos los vehículos que emitan más de 120 gramos de CO2 por kilómetro pagan el impuesto de matriculación. Según cálculos de la patronal de concesionarios, Faconauto, el tributo encarecerá el precio medio de un turismo entre 800 y 1.000 euros.
En el lado de la vivienda, la mayor novedad es el nuevo valor de referencia de los bienes inmuebles, que desde el día 1 ha sustituido al valor real como base imponible en los impuestos de transmisiones patrimoniales, sucesiones y donaciones y patrimonio. Lo calculará el Catastro según las características de cada inmueble y la situación del mercado, pero no según el estado de la vivienda, y los expertos dan por hecho que provocará un incremento fiscal.
El precio del tabaco sube el 5,5% en 2022 por el incremento de los portes y de los impuestos especiales del Gobierno y Correos ha elevado el 7% el precio de los sellos para el envío de cartas y tarjetas postales normalizadas, que pasa a ser de 0,75 euros, cinco céntimos más que en 2021.
Por otro lado, cuatro autopistas serán objeto de una subida adicional al 1,97% general «para cubrir costes por excesos de valoración de expropiaciones o por ejecución de obras en que han incurrido las concesionarias». Una de ellas es el tramo de la AP-6, Villalba-Adanero, cuyas tarifas se incrementan el 2,84%.
A la espera de la reforma fiscal que el Gobierno prevé acometer este año, en 2022 no hay más novedades tributarias que el ya conocido tipo mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades, la rebaja de 2.000 a 1.500 euros en el límite en la desgravación de los planes de pensiones y la subida de dos puntos (hasta el 47%) en la cuota del IRPF de las rentas más altas (más de 300.000 euros al año).
También hay novedades en materia de impuestos, en este caso bajadas y desgravaciones autonómicas, como el incremento hasta el 40%, en el caso de nacimiento o adopción en el medio rural, previamente anunciadas pero que finalmente no se han materializado en este 2022. La ausencia de Presupuesto y la convocatoria de elecciones regionales las han dejado en agua de borrajas.
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