Solo el 1% de los enfermeros recién titulados se queda en Castilla y León frente al 8% nacional

La colegiación de los enfermeros en la comunidad ha experimentado un importante frenazo en los últimos ejercicios. Ya no es que Inglaterra o Portugal (20.000 enfermeros españoles trabajan en el extranjero) se lleven a estos profesionales del sector sanitario por sus mejores ofertas laborales, es que ahora son otras comunidades las que arrastran a los recién egresados a sus filas. Castilla y León parece una cantera de personal bien formado para fuera de su territorio. La baja colegiación es una señal de falta de personal tanto para la pública como para la privada.

Según un informe de la organización colegial, elaborado por el sociólogo Juan F. Hernández con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la evolución de la preceptiva colegiación para trabajar, en Castilla y León solo creció un 1% la colegiación de enfermeros frente al 8,2% en el total de las comunidades. Hay 17.066 colegiados sin jubilar en la región. En el caso del Colegio de Valladolid, la misma se incrementó un 5,75%, también por debajo de la media nacional pero por encima de la de la comunidad. En 2021 había en Castilla y León 17.932 enfermeras, de las cuales 3.783 pertenecían a la organización colegial vallisoletana, el 17,97% del total, según los datos aportados por el mismo.

Respecto a la tasa de colegiadas por mil habitantes el dato es más favorable a Castilla y León; dado que es del 7,5% frente al 6,9% de media. «Pero este indicador no debe llevarnos a sacar conclusiones erróneas puesto que Castilla y León tiene dos características únicas y es la elevada dispersión de sus habitantes, y el envejecimiento, que es el tercero mayor de toda España lo que nos indica que deberíamos estar por encima de esa tasa», explica la presidenta del Colegio de Enfermería de Valladolid, Silvia Sáez.

Otro dato que se desprende de este informe, es la feminización del sector: el 88% de los profesionales de Enfermería en Castilla y León son mujeres, frente al 84% de la media nacional.

«Con estos datos no cabe si no hacer una llamada de advertencia a la Junta de Castilla y León para que tome medidas para evitar que las enfermeras formadas en Castilla y León se sigan fugando, para ello reclamamos contratos y salarios justos y que se cumplan los compromisos de 2014 para el pleno desarrollo de la Enfermería, en línea con los objetivos de Nursing now tan aplaudidos», afirma Silvia Sáez.

«Cada vez hay más problemas para encontrar enfermeros, lo vemos en situaciones de crisis como la pandemia donde profesionales con contratos precarios abandonan los centros de Castilla y León y se van a otras comunidades, y lo vemos de forma recurrente cada verano cuando nos llaman de los centros sanitarios y sociosanitarios solicitando de forma urgente profesionales para realizar las sustituciones de vacaciones», destaca la presidenta del Colegio de Enfermería de Valladolid. «Esto no es nuevo pero si no ponemos remedio llegará un momento en que no podremos atender a las personas más vulnerables y proporcionar una atención de calidad».

Para ello, «se tienen que realizar modificaciones estructurales para desarrollar la profesión y pasar a un modelo centrado en el paciente; lo que que implica un nuevo abordaje basado en la gestión proactiva de riesgos de los pacientes y de su vulnerabilidad».

Castilla y León es una de las tres comunidades con más elevado índice de envejecimiento (porcentaje que representa la población mayor de 64 años sobre la menor de 16 años) de España, según el INE (2020). La primera es el Principado de Asturias, 224,58; la segunda Galicia, con 202,27 y la tercera, Castilla y León, con 201,09.

Un informe de Formación CSIF-Sanidad Castilla y León, publicado en Scielo en 2020 y con proyecciones nacionales hasta 2050, ya alertaba de que, «a partir de 2030, podría producirse escasez de profesionales de enfermería en España. Actualmente, pese a existir suficientes profesionales, dicha carencia ya se manifiesta de forma puntual en algunos puntos del país y en determinadas épocas del año».

Y aunque una comparativa de la cobertura de enfermeras, auxiliares y matronas sitúa en buenas posiciones a Castilla y León con respecto al resto de España, las especiales necesidades de la comunidad por dispersión, envejecimiento y demanda de cuidados de enfermería por ello cuestiona que sea suficiente el personal. En el conjunto de enfermeros, de cuidados generales y de especialidades, tanto de Primaria como de Especializada, Castilla y León se sitúa, junto a La Rioja, en el cuarto lugar por detrás pero cerca de Navarra, Aragón y el País Vasco al disponer de 469,1 por cada cien mil habitantes. La media nacional se sitúa en 336,6. Así lo recoge el informe nacional sobre los cuidados de estos profesionales 2010-2025 que analiza la situación actual, con datos recogidos en 2009, y proyección de futuro.

En dicho estudio el porcentaje de mayores de 49 años era del 38,4% entonces en su conjunto. El abandono de la vida activa para buena parte de las plantillas es casi ya una realidad ahora. Y la jubilación de matronas, enfermería del Trabajo o de Salud Mental se muestra más preocupante al tener plantillas más envejecidas aunque, al ser menos numerosas, son de más fácil reposición.

En el estudio del Consejo General de Enfermería 'Radiografía de la situación de la Enfermería en España', que acaba de publicar la organización, recoge que para equiparar las ratios actuales en España con la Unión Europea harían falta en España 124.283 enfermeros más; de ellos, 3.942 en la comunidad. Solo Navarra tiene 'excedente' con 103 profesionales 'de más'.