Todos los sindicatos pactan un frente común para oponerse a la propuesta de convenio de Renault

Los representantes de los trabajadores celebraron que, tras dos jornadas de trabajo en las que estuvieron presentes todas las organizaciones y en las que demostraron «un gran ejercicio de responsabilidad», se haya consensuado una plataforma conjunta «que recoge la visión de todas las partes» y que en la jornadal jueves será comunicada a la empresa en la segunda reunión de negociación del convenio colectivo.

La dirección de Renault y la representación sindical constituyeron la comisión negociadora el pasado 22 de octubre. En la mesa participan 13 representantes de los trabajadores –cuatro de UGT, cuatro de CC OO, dos de CGT, dos de SCP y uno de Trabajadores Unidos– y otros 13 miembros en representación de Renault España.

En el primer encuentro, la empresa expuso el contexto en el que se encuentra el Grupo Renault –descenso del 35% en las ventas y del 34% en la cifra de negocio en el primer semestre– y avanzó que la intención del CEO, Luca de Meo, es ir a ir más allá en la reducción de costes de 2.000 millones de euros comunicados en mayo.

Para conseguirlo, la plataforma que la dirección puso de inicio sobre la mesa para el próximo convenio colectivo incluye una reducción de los salarios, la prolongación de la jornada anual y el aumento de las medidas de flexibilidad laboral como palancas para «resolver el problema de sobrecapacidad de las plantas, reducir los costes y priorizar la rentabilidad sobre los volúmenes».

La respuesta sindical fue unánime desde ese mismo momento. UGT calificó los planteamientos de «un insulto»; para CC OO, son «inasumibles»;CGT tildó las medidas de «descabelladas y delirantes»; el Sindicato de Cuadros Profesionales, de «inadmisibles y a años luz de lo razonable»;y TU las encontró «indecentes».

En un encuentro con periodistas el pasado martes, De Meo condicionó la llegada de un nuevo plan industrial de Renault para las plantas de Valladolid y Palencia a la firma del nuevo convenio y la competitividad que se derive de sus acuerdos. El directivo expuso que «las fábricas que hoy son competitivas pueden no serlo en dos o tres años» y dejó claro que aunque sus planteamientos no deben verse «como un chantaje» su intención es «apretar no un poquito, sino mucho».