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Nieves Caballero
Valladolid
Sábado, 3 de agosto 2019, 08:00
Castilla y León ya está pendiente de sus viñedos. Este año, la cosecha de uva se prevé buena desde el punto de vista sanitario y con las cualidades necesarias para elaborar grandes vinos tintos, blancos y rosados o claretes, aunque algo reducida o mermada respecto ... a la campaña de 2018 a consecuencia de la sequía y algunas granizadas puntuales. Si en 2018 se alcanzaron los 306,5 millones de kilos en las 13 denominaciones de origen (DO) y denominaciones de origen protegidas (DOP), a los que se sumaron los alrededor de tres millones de las bodegas que comercializan sus vinos con la Indicación Geográfica Protegida Vino de la Tierra de Castilla y León, este año, a priori, no va a ser demasiado diferente. Rondará los 300 millones. Claro que la de 2018 fue una cosecha muy generosa, después de tres años de sequía. Por el momento, las uvas tintas son pequeñas y están empezando a enverar, es decir, a abandonar el color verde, y tienen que engordar. Los responsables técnicos de las zonas de calidad vitivinícola son cautos porque agosto es un mes crítico para la evolución del fruto. La meteorología determinará su composición fenológica, azúcares y acidez, y su futuro potencial organoléptico. Los viticultores desean y esperan días de sol y calor moderado y noches fresquitas para que las uvas vayan madurando poco a poco.
Cuenta con 303 viticultores, 440 hectáreas y 11 bodegas. La cosecha de 2018 fue de 850.000 kilos. Las previsiones para este año son recoger 860.000.
Si los cálculos no fallan, la vendimia arrancará en la comunidad autónoma el próximo lunes, 5 de agosto, en la Denominación de Origen Protegida Cebreros. Y lo hará con la recogida de la variedad blanca albillo real, mientras que las uvas tintas de garnacha no estarán maduras hasta septiembre. Esta previsión nos lleva a fechas muy parecidas del arranque de las dos cosechas anteriores, según recuerda la directora técnica de la DOP Cebreros, Marta Burgos. «La cosecha viene bien a pesar de la sequía y de los pájaros, que devoran las uvas de albillo en cuanto maduran», apunta Burgos. Los viticultores recogerán entre 60.000 y 65.000 kilos de albillo real. Cuando llegue la hora de vendimiar las uvas tintas de la variedad garnacha, Marta Burgos piensa que obtendrán cerca de 800.000 kilos.
Son 94 viticultores, 115 hectáreas y ocho bodegas inscritas. La cosecha de 2018 fue de 288.000 kilos. Este año se prevé vendimiar entre 250.000 y 300.000 este año.
«Si llueve un poco y se mantienen las temperaturas más moderadas, pinta bien», se felicita el director técnico de la DOP Sierra de Salamanca, que según sus cálculos vendimiarán «entre 250.000 y 300.000 kilos», y la recogida empezará a finales de este mes o principios de septiembre. Aunque la zona también se ha visto afectada por la sequía, la uva está perfecta desde el punto de vista sanitario en la DOP Sierra de Salamanca. Esta es una zona vinícola con altas precipitaciones. Sin embargo, el año hidrológico ha estado muy por debajo de la media de otros, por lo que los racimos son muy pequeños, «aunque habrá que esperar a ver qué pasa en agosto». La Sierra de Salamanca no ha sufrido las olas de calor de semanas pasadas, de manera que se ha librado de las tormentas y las granizadas, que sí que han afectado puntualmente a otros viñedos de la geografía vitivinícola de Castilla y León.
Inscritos 1.577 viticultores, 17.200 hectáreas y 70 bodegas. Tuvo en 2018 una cosecha récord de 130.551.186 kilos. Este año se prevé la misma cantidad.
Las máquinas comenzarán a vendimiar la uva blanca sauvignon blanc a finales de agosto, mientras que la uva verdejo no llegará a las bodegas hasta principios de septiembre en la DO Rueda. El estrés hídrico puede condicionar el tamaño de las uvas, pero también en este caso está sanitariamente perfecta», apunta su director general, Santiago Mora. No han sufrido heladas y las tormentas de granizo han sido puntuales. Aunque no se atreve a asegurarlo, la cosecha podría aproximarse a los 130 millones del pasado año, cuando Rueda se apuntó un nuevo récord.
Cuenta con 8.145 viticultores, 23.500 hectáreas y 300 bodegas. La vendimia de 2018 fue de 124.704.298 kilos, pero este año se calcula que se recogerán menos de 125 millones.
Las variedades blancas, entre ellas el albillo real, comenzarán a recogerse hacia el 20 de septiembre, mientras que la vendimia no se generalizará con las tintas antes del 7 de octubre, según prevé Agustín Alonso, director técnico de la DO Ribera del Duero, quien considera que la producción será un poco más baja que los 125 millones de 2018. Al ser una zona de producción tan extensa, hay uvas de tamaño guisante, mientras que en otras parcelas se empiezan a ver racimos en envero.
Son 1.050 viticultores, 5.680 hectáreas y 62 bodegas inscritas. La cosecha de 2018 fue de 22.572.585 kilos. Este año esperan sobre 19.800.000 kilos.
Todavía no están enverados los racimos en la DO Toro, aunque la uva está un poco más madura en los viñedos más viejos plantados en terrenos de cantos rodados. El director técnico, Santiago Castro, calcula que la sequía y el pedrisco pueden reducir la cosecha a los 19,8 millones de kilos frente a los 22, 5 millones de 2018. La vendimia no arrancará antes de septiembre.
2.180 viticultores culrivas 2.853 hectáreas de viñas con cuyas uvas elaboran 79 bodegas. La cosecha de 2018 alcanzó los 11.164.338 kilos. Este año podría rondar los 11 millones en 2018.
La comarca vitivinícola más atlántica de la comunidad autónoma, la DO Bierzo, no ha sufrido sequía, más bien lo contrario. Las lluvias han sido suficientes, incluso han obligado a tratar las viñas para prevenir los hongos, según ha explicado su presidenta, Misericordia Bello. A principios de septiembre, se iniciará la vendimia con la recogida de la uva blanca godello. Bello recuerda que es pronto para hablar de producción, aunque es más que probable que supere los 11 millones de 2018.
Más de 350 viticultores, 1.8010 hectáreas y 33 bodegas. En 2018 se recogieron 8.029.155 kilos, la misma cantidad que se prevé este año.
Aunque algunas uvas estaban tocadas por el granizo en la DO Cigales, han cicatrizado con el sol, señala su directora técnica, Águeda del Val, quien confirma «una sanidad estupenda». En principio, la vendimia se irá a mediados de septiembre y la producción podría llegar a los mismos ocho millones de 2018.
267 viticultores, más de 1.380 hectáreas y 37 bodegas. La cosecha de 2018 fue de 3.700.000 kilos. Este año confían en que se supere hasta llegar a los cuatro millones de kilos de uva.
«En Valderas ya han vendimiado porque una granizada no ha dejado nada en los viñedos y también se han visto afectadas por la piedra parcelas en Gordoncillo», se lamenta Alejandro González, director técnico de la DO León. En esta zona «ha llovido a destiempo, lo que es un foco de infección», añade. En cualquier caso, una vez superados los graves daños sufridos por las heladas de 2017, la DO León confía en lograr los cuatro millones de kilos.
Son 19 viticultores, 285 hectáreas y 17 bodegas. La vendimia de 2018 sumó más de 800.000 kilos, prácticamente lo que se espera para 2019.
Pese a que la localidad zamorana de Pereña registró una granizada de tamaño de pelotas de golf, la cosecha «tiene muy buena pinta, y aunque queda mucho campo por ver, recogeremos unos 800.000 kilos», apunta Carlos Capilla, el responsable técnico de la DO Arribes.
Cuenta con 171 viticultores, 627 hectáreas y nueve bodegas. La cosecha de 2018 sumó 616.390 kilos de uva, una cantidad que confían en superar ampliamente hasta alcanzar el millón de kilos.
Esta zona ha tenido algún problema de floración a causa de fuertes vientos y en algunas parcelas hay menos racimos o menos bayas, y ha registrados puntuales heladas. Aún así, espera llegar al millón de kilos, según las previsiones del secretario de la DO Tierra del Vino de Zamora, José Manuel Braña.
Están adcritos 24 viticultores, 230 hectáreas y cuatro bodegas. La cosecha de 2018 fue de 983.000 kilos. En 2019, las prevsiones se quedan un poco más cortas, en los 900.000 kilos.
En torno al 20 de septiembre, se empezará a recoger la uva en esta DOP, que espera lograr una cosecha similar a la del año pasado, cuando sumaron 983.000 kilos. Su directora técnica, Teresa Antón, asegura que no han tenido daños a pesar de las tormentas de los días más calurosos de julio.
13 viticultores, 78 hectáreas y seis bodegas. Se recogieron 150.000 kilos de uvas en 2018 que en esta añada podrían llegar a los 200.000.
Las uvas están empezando a enverar en esta zona, que podría sumar 200.000 kilos. La uva está muy sana y con mucha estructura, aunque con falta de agua por la sequía. Los vendimiadores llegarán en octubre.
258 viticultores, 350 hectáreas y 18 bodegas inscritas. Los 900.000 kilos de uva de 2018 podrían suoperarse hasta llegar al millón.
Como todos los años, la comarca vitivinícola más norteña y fría de Castilla y León será la última en sacar los aperos de la vendimia. La secretaria de la DO Arlanza, Elisa Fernández Barbadillo, sitúa la fecha del arranque entre el 10 o el 12 de octubre. Esta semana ha apedreado en la zona de Villalmanzo (Burgos) y en junio, el granizo se cebó en Quintana del Puente (Palencia). Las lluvias tormentosas han provocado el corrimiento en algunos racimos. Pero todo ello, junto a las zonas más afectadas por la sequía, no impedirá que se alcance el millón de kilos de uvas, según las previsiones.
Son 150 bodegas que elaboran en toda Castilla y León, algunas de ellas producen vinos en algunas de las denominaciones de origen de la comunidad autónoma. En 2018, sumaron los tres millones de kilos de uva.
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