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Después de 20 años de negociaciones, la Unión Europea (UE) y los países que integran Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) han llegado a un acuerdo de asociación que, de manera general, permitirá eliminar el 91% de los aranceles soportados por bienes europeos en Mercosur ... y el 92% de los aranceles existentes sobre los bienes que Mercosur exporta a la UE. Si el asunto se lleva al terreno agrícola y ganadero, los impuestos se eliminarán gradualmente para el 93% de los productos que exporta la UE frente al 82% en el caso de las importaciones, mientras que el resto estarán sujetos a compromisos de liberalización parcial como es el caso del vacuno de carne, el porcino o el azúcar.
Estos planteamientos iniciales necesitan otra serie de concreciones y antes de su entrada en vigor el acuerdo deberá ser aprobado por el Consejo Europeo y firmado por los Estados miembros. Posteriormente, tras su aprobación en el Parlamento Europeo estará listo para su entrada en vigor provisional. Al tratarse de un acuerdo mixto incluye algunas disposiciones que no son de competencia exclusiva de la UE y su entrada en vigor definitiva requerirá la aprobación de los parlamentos nacionales de todos los Estados miembros.
Cambios
La noticia no ha caído nada bien en el sector agrario de Castilla y León, todavía esperanzado ante la posibilidad de que antes de que concluya todo este proceso se introduzcan una serie de cambios. Los responsables de las diferentes asociaciones u organizaciones apelan, principalmente, a que los modelos de producción y estándares de calidad son totalmente diferentes a uno y otro lado del charco, por lo que se considera que se incurre en una «competencia desleal».
«Los mercados son muy diferentes», manifiesta el presidente de Asaja, Donaciano Dujo, quien también diferencia entre el poder adquisitivo de unos y otros consumidores. «La Unión Europea tiene unas normas muy restrictivas en producción de alimentos y comercialización que es lo mismo que se debe exigir a lo que se trae de allí». Pone como ejemplo la modificación genética que se lleva a cabo en carne, soja o cereales: «Aquí no está permitida, allí sí. Además tenemos obligaciones en bienestar animal, en garantías sanitarias que allí no existen y eso es una competencia desleal, no estamos en contra del libre mercado pero siempre que sea con las mismas condiciones de producción».
En su opinión, la agricultura y la ganadería son la «moneda de cambio» del acuerdo, «solo tenemos que perder; para que el sector industrial de Alemania o Francia venda bien, a cambio tenemos que comprar productos agrícolas y ganaderos».
A penas difiere de ese planteamiento Aurelio González, secretario de UPA, quien dice que «quieren vender más coches a cambio de que nos metan más carne».
González aún espera que ese acuerdo «no se ratifique tal y como está» y habla de la «hipocresía» con la que se actúa por parte de los líderes comunitarios. «Tenemos unas normas muy estrictas, unos estándares de calidad muy altos que están muy bien, hay sustancias que están prohibidas aquí y allí no y lo único que pedimos es que se les exija lo mismo».
Aurelio Pérez, coordinador de COAG, piensa que es un acuerdo «muy negativo para los intereses de España y sobre todo de Castilla y León». Sus argumentos no difieren de los del resto de compañeros: «Nosotros trabajamos con unos criterios que no se cumplen en estos países, somos la moneda de cambio para que en conjunto sea rentable».
Reclama Aurelio Pérez que se escuche a los agentes sociales porque «es una tomadura de pelo; la decisión se ha tomado por la puerta de atrás y hace falta una reflexión sobre lo propuesto».
Jesús Manuel González Palacín, secretario de UCCL, también piensa que el acuerdo es «una pésima noticia» y apunta especialmente al sector ganadero, en concreto al vacuno salmantino, pues «estos países son muy fuertes y producen sin normas, allí lo de la sanidad es una utopía o los controles en la alimentación o los medicamentos».
González Palacín desconfía: «Nos dicen que van a exigir las mismas normas de producción, el papel lo aguanta todo, pero los controles van a ser inexistentes como hemos visto este año con las naranjas que han entrado de África».
Concluye que con unas condiciones de producción «totalmente desequilibradas», los productores castellanos y leoneses «tenemos mucho que perder, se trata absolutamente de competencia desleal».
Gabriel Trenzado, director de Asuntos Internacionales y de la UE de Cooperativas Agroalimentarias de España, muestra su «preocupación» y aplica el principio de cautela. «Esto es un principio de acuerdo político, faltan muchos detalles de conocer y cómo se va a aplicar». Recuerda que en la actualidad «estos países ya tienen una balanza comercial positiva y para ciertos sectores sensibles va a suponer un gran impacto».
Además de referirse al modelo de producción, «muy alejado del exigente modelo productivo europeo», introduce otra variable como es la reciprocidad. «La UE no es una entidad única a la hora de aplicar el acuerdo en los países y es cada Estado miembro quien negocia los protocolos por producto y país y así es muy difícil la reciprocidad. La gestión tiene que ser de la UE, no país por país».
En el último Consultivo de Agricultura, el ministro en funciones, Luis Planas, tuvo oportunidad de analizar este acuerdo con los representantes de las comunidades autónomas. En rueda de prensa, el ministro definió este acuerdo como «moderno» y «equilibrado», al tiempo que una oportunidad importante para abrir un mercado de 260 millones de ciudadanos a productos como el aceite, el vino, las bebidas espirituosas y algunas frutas. Ayer, no obstante, Planas pidió a la Comisión Europea que reevalúe «los impactos positivos y negativos» para los distintos sectores agroalimentarios del acuerdo que la UE ha negociado con los países de Mercosur y prevea la activación de salvaguardas si fuera necesario, informa Efe.
Concesiones
«Desde el punto de visto global, pero también agroalimentario, el balance provisional es positivo», enfatizó el ministro, pues supondrá contribuir a eliminar 4.000 millones de euros en aranceles, 400 de los cuales los pagaba España.
El comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, reconoció tras alcanzarse este acuerdo que la UE ha hecho «significativas concesiones» en materia agrícola y agroalimentaria pero aseguró que el resultado es «equilibrado». Afirmó que productos de alta calidad y regionales de la UE serán protegidos por su indicación geográfica, «una garantía para consumidores pero también una oportunidad para que los productores refuercen su posición».«370 indicaciones geográficas europeas estarán protegidas de imitaciones en estos países«.
Exportación agrícola: Los impuestos se eliminarán gradualmente en el 93% de los productos agroalimentarios que exporta la UE. Esas líneas suponen el 95% del valor de las exportaciones de los productos agrícolas de la UE.
Importación agrícola: La UE liberalizará el 82% de las importaciones agrícolas mientras que el resto estarán sujetos a compromisos de liberalización parcial.
Carne de vacuno: Los países de Mercosur podrán introducir 99.000 toneladas de carne de vacuno subdivididas en 55% fresco y 45% congelado con una tasa del 7,5%. Esta cifra se suma a la denominada cuota Hilton que es un cupo de exportación de carne vacuna de alta calidad y valor que la Unión Europea otorga al resto de las naciones para introducir tal clase de productos en su mercado, en el caso de Argentina a día de hoy, 29.500 toneladas. El volumen se introducirá gradualmente en seis etapas anuales iguales.
Aves de corral: Se introducirán en el mercado europeo 180.000 toneladas libres de impuestos, subdivididas en 50% deshuesado y 50% sin espinas. La introducción también será gradual en seis etapas anuales iguales.
Carne de porcino: Llegarán de Mercosur 25.000 toneladas con un impuesto dentro del contingente de 83 euros por tonelada. La introducción será paulatina como en los casos anteriores.
Azúcar: Hasta 180.000 toneladas de azúcar de Mercosur podrán entrar sin cuota alguna a la Unión Europea desde el primer día de aplicación del acuerdo. En la actualidad se pagan 98 euros por tonelada.
Etanol: Un total de 450.000 toneladas de etanol para usos químicos entrarán libres de impuestos y otras 200.000 toneladas de etanol para todos los usos, incluido el combustible, llegarán a la UE con 1/3 del impuesto de la nación más favorecida.
Miel: El acuerdo abre la entrada a 45.000 toneladas libres de impuestos con una entrada gradual.
Queso: Se han acordado 30.000 toneladas libres de impuestos que se introducirán en 10 partes iguales anualmente.
Vino y otros: Mercosur liberalizará una serie de productos clave de interés para la UE como el vino. En este caso, habrá un proceso de adaptación de hasta ocho años. En los vinos espumosos se pagará un mínimo los 12 primeros años y se excluye de manera recíproca el vino a granel. No tendrán arancel ni cuota otros productos como los despojos comestibles de especies bovina, porcina y ovina, las legumbres, frutos secos o uvas.
La región exporta por valor de 273.500 euros a esos mercados
La partida más cuantiosa corresponde a la maquinaria, con un valor de 79.170 euros.
A lo largo del ejercicio 2018, el comercio exterior de Castilla y León con Mercosur se sitúo en 273.564 euros en el caso de las exportaciones y en 81.097,5 en el capítulo de importaciones, lo que arroja un saldo comercial de 192.466 euros.
En conjunto, los cuatro países del Mercado Común de América del Sur, ocupan la posición número 12 en el 'ranking' de las exportaciones de la Comunidad mientras que el puesto se va hasta el número 25 en el caso de las importaciones, según los datos facilitados por el Servicio de Sistemas de Información Estadística de la Consejería de Economía y Hacienda. Por provincias, Burgos fue la que más exportó a esos países, el valor de las operaciones fue de 130.152 euros. Si se toman como referencia las importaciones, la lista la encabeza Salamanca con 30.579 euros.
La partida más importante en la tabla de exportaciones es para la de maquinaria, cuyo valor económico fue de 79.170 euros.
En el capítulo agrario y ganadero, las importaciones de productos del reino vegetal alcanzaron un valor de 25.562 euros y la partida de animales vivos y productos del reino animal se situó en 17.607 euros. Llama la atención que lo que más importó Castilla y León de Mercosur fueron pastas de madera u otras celulosas por valor de 29.935 euros.
Si los datos se desgranan por países, Brasil es el país de los cuatro al que más exporta la región, ocupa la posición número 15 y también del que más importa, alcanzando el puesto 28.
En el caso de Argentina, el puesto en la lista de exportación es el número 25 y el 30 en importaciones.
Mucho menos significativos son los casos de Paraguay y de Uruguay. En el primer caso, las exportaciones en 2018 fueron por valor de 3.349 euros, lo que sitúa al país en el puesto número 85. Si se atiende a las importaciones, el dato de valor económico no supera los 1.808 euros y por lo tanto, un discreto puesto 74 en el 'ranking'.
Según destacan algunos representantes del sector agrario, no se trata tanto de lo que compra Castilla y León a estos países sino que su entrada en la Unión Europea puede cerrar otros mercados importantes para Castilla y León como puede ser el francés. Por lo tanto, las cifras se deben mirar en conjunto.
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