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La asistencia tanto de Atención Primaria como de Especializada ya no está saturada por la covid, pero sí por una actividad ingente que busca paliar los efectos de año y medio en el que la pandemia ha protagonizado la atención y la actividad de consultas, ... pruebas y quirófanos, sobre todo cuando en las dos primeras olas se paró o, al menos, se ralentizó.
Los centros de salud se ven desbordados. Este verano porque asumieron todo el incremento de infecciones por coronavirus que, al afectar a jóvenes, no ingresaban y llegaban a sus puertas, y después por la puesta al día de sus miles de pacientes crónicos. La Consejería de Sanidad tenía contratados en octubre de 2020 a 3.383 profesionales y un año más tarde, en el mismo mes de 2021, ya solo hay 1.343, según los datos facilitados por Sacyl aunque no especifica las categorías profesionales. Solo en Valladolid, fueron 634 en octubre del año pasado y 384 actualmente. Otras fuentes, como la del sindicato Cesm, puntualizan que médicos apenas superarán la veintena en la comunidad.
Supone, por lo tanto, prescindir de 2.040 profesionales una vez que el ritmo de la campaña de vacunación, que precisó cientos de enfermeros, y de necesidades asistenciales se ha relajado. La Consejería de Sanidad insiste en que «la diferencia en los contratos no es solamente debida al descenso en el número de pacientes covid a atender, tanto en Atención Primaria como en Hospitalaria y Emergencias, sino que se explica además en las tomas de posesión de tres oposiciones que se están llevando a efectos en estos momentos, concretamente celadores (395 plazas), técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (1.069 plazas) y enfermería (1.723 plazas adjudicadas). En total suman 3.187 plazas. Y tales cuentas indicarían solo 196 profesionales menos;pero la Cesm apunta a este respecto que «es un análisis absurdo. Ni los que fueron contratados que ahora están fuera del sistema son los mismos, puede haber casos que se presentan a las oposiciones, ello nada tiene que ver con el número de contratos que puedan hacer falta y la necesidad de algunas categorías profesionales». Explica José María Soto, vicesecretario general de CESM-Castilla y León, que «obviamente hay que mantener los contratos en función de las necesidades y que, en algunas categorías, Sacyl no tiene problemas para encontrar profesionales en las bolsas de empleo y puede tirar de ellas en cualquier momento;pero, en otras como médicos o enfermeros, es sabida la dificultad para encontrarlos y el descenso de la pandemia no cambia para nada la necesidad de facultativos. Hay escasez y siguen sin retenerlos. En esas contrataciones no llegan a 25 los médicos y lo que no nos explican es si esas cifras para empezar son personas o contratos porque puede ser que varios pertenezcan al mismo profesional y sean cortos, o no, y se correspondan a individuos. Tampoco aclaran las categorías. Fisioterapeutas, matronas, enfermeros... Son muy poco transparentes los que presumen de serlo con sus datos».
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Y volvemos, destaca Chema Soto al problema de «la calidad del empleo. La consejería ha hecho algo bueno y esto hay que reconocerlo, al activar oposiciones y traslados se ha logrado ocupar muchas plazas. En El Bierzo había una treintena de vacantes y ahora hay menos de diez;pero es necesario que se hagan contratos largos, que compensen el acudir a zonas de difícil cobertura o a determinados puestos porque a veces no es el lugar sino que son equipos muy sobrecargados y nadie quiere ir ahí. Han intentado fidelizar pero no lo logran. No se retribuyen bien las horas de guardia. Creemos que se debe dedicar presupuesto a contratar profesionales donde hay carencias graves y mejorar la formación, que no tienen por qué tenerla en enfermedades infecciosas y cuidados intensivos, de profesionales como los técnicos de enfermería. Es increíble que, en 2019, se aprobara un Decreto Ley que contemplaba compensaciones profesionales, no solo económicas, para promover la demanda de plazas en zonas de difícil cobertura y no se haya aplicado nada. Se llegó a un acuerdo y lo aprobó el anterior equipo del PP y ahora, el actual no ha querido desarrollarlo ni siquiera modificándolo. Demasiada política y pocas soluciones. Para empezar todos siguen sin afrontar la falta de médicos de Familia y de las especialidades hospitalarias con carencias».
La consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha defendido que Castilla y León mantiene en realidad a los tres mil contratados para reforzar el sistema durante la pandemia; aunque pareciera que de esa cifra solo continúan mil. «No es cierto», asegura, porque un número importante han logrado un contrato fijo a través de los tres concursos oposición celebrados.
La titular de Sanidad respondió así a la denuncia del sindicato CSIF que había criticado que, en las diferentes comunidades los profesionales contratados en los periodos más críticos de la pandemia, están comenzando a ser despedidos al reducirse la incidencia del coronavirus.
CSIF reclama que Sacyl mantenga esas contrataciones de refuerzo, «a las que hay que dar una mayor estabilidad temporal, no solo de uno o dos meses, con el objetivo de que las plazas que ocupan esos profesionales se añadan a plantilla orgánica de Sacyl, ya que la sanidad de Castilla y León, como venimos reivindicando desde hace antes de la pandemia, necesita más profesionales, tanto en el ámbito hospitalario como en Atención Primaria».
El sindicato pide a la Consejería de Sanidad que la reordenación de los centros de salud o la resolución de los concursos de traslados y de la adjudicación de las plazas de las recientes oposiciones (plazas que no son de nueva creación), no pueden ser una excusa para no seguir reforzando las plantillas, o para retener unos profesionales jóvenes .
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