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Enoturistas degustan productos típicos en el jardín de una bodega de Curiel de Duero. A. Ojosnegros
La provincia de Valladolid en Madrid Fusión

Rutas para saborear paso a paso, bocado a bocado

Alimentos de Valladolid acerca a Madrid Fusión la enogastronomía de las rutas del vino de Rueda, Ribera del Duero, Cigales y Toro

Sábado, 21 de enero 2023, 00:02

«El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho», sentenciaba con gran acierto Miguel de Cervantes. Eso es precisamente lo que hacen las rutas del vino, las cuales ofrecen innumerables posibilidades para conocer las riquezas de unos territorios a través de experiencias que se viven a flor de piel, en contacto directo con todo aquello que nos sale al paso y que empapa cada uno de nuestros sentidos. El del gusto también, por supuesto, porque la rica gastronomía de las zonas que abarcan estas rutas es uno de sus principales argumentos para hacer parada y fonda.

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Una suculenta muestra de las rutas del vino de Rueda, Ribera del Duero, Cigales y Toro se presentan en Madrid Fusión de mano de la Diputación de Valladolid, de su marca de calidad Alimentos de Valladolid.

La propuesta de la Ruta del Vino de Rueda la encabeza el nuevo proyecto enogastronómico puesto en marcha en El Hilo de Ariadna, la primera gastrobodega de España. Este espacio se ubica en las dependencias de Bodegas Yllera, en la DO Rueda, ofreciendo a los visitantes un exclusiva carta diseñada por el chef Martín Berasategui. Este espacio gastronómico forma parte del entramado de bodegas históricas, subterráneas, recuperadas del abandono y unidas por un recorrido de túneles que conforman un laberinto que adopta el nombre de la protagonista de uno de los relatos de la mitología griega más conocidos. Si les cito al Minotauro no habrá dudas de qué relato se trata.

Como explican desde la Ruta, «vamos a presentar el restaurante el lunes a las 16:00 horas y nos acompañarán Martín Berasategui y su equipo. Presentar este proyecto y a través de él mostrar la gastronomía de la Ruta», lo más representativo de todo ese territorio, donde destacan «los productos de primera calidad, productores artesanos como los quesos, el pan, la repostería, o los platos de cuchara», por citar tres de ejemplos. Esa muestra de riqueza culinaria «la podemos trasladar a cualquier restaurante de la Ruta, algo de lo que hablaremos, así como de productores locales. Es una cocina que podemos encontrar en cualquier restaurante, mesón o asador de la Ruta». Los vinos verdejo de la DO Rueda también estarán presentes, descorchándose una selección representativa de la DO. Entre ellos el vino Dorado de Bodegas De Alberto, que se ensamblará con mantecados al verdejo de La Giralda de Castilla, un perfecto ejemplo de enogastronomía en su máxima expresión.

Muestra de Cocina y productos del terreno de la Ruta del Vino de la Ribera del Duero. A. Ojosnegros

La apuesta de la Ruta del Vino de Ribera del Duero para despertar el apetito de los potenciales visitantes, como señalan desde la Ruta ribereña, es una propuesta enogastronómica. «Llevamos un poquito de todo, tenemos representares del sector de las bodegas así como de la restauración, a los que se suma una productora local de miel de producción artesana, la cual ofrecerá degustaciones de su producto».

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El Consejo Regulador secunda esta propuesta y aporta su vino institucional, con el que, además, poder brindar por su cuarenta aniversario, el cual estará muy presente durante la jornada. Para todos aquellos que se acerquen al stand de la Ruta, se ofrecerán pases de media hora para paladearla a través de una muestra de su oferta gastronómica y enoturística, ofreciéndoles la posibilidad de degustar también vinos de distintas bodegas ribereñas.

La propuesta de la Ruta del Vino de Cigales también apuesta por su faceta enogastronómica, armonizando sus vinos con una muestra de gastronomía local elaborada con productos de este territorio, alimentos como la morcilla La Maruja, productora de Cigales, o el queso que se produce en Mucientes. El restaurante La Dama de la Motilla, ubicado en Fuensaldaña, realizará y armonizará pinchos con estos ingredientes, acompañándolos con vinos de la DO cigaleña, tanto su rosado como su tinto. Otro espacio gastronómico de la Ruta que participará para difundir la sabrosa enogastronomía de la zona es el gastrobar Las Barricas y Clandestino, del grupo hostelero Al Tuntún.

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El Consejo Regulador de Cigales también dará a conocer sus vinos a través de dos bodegas representativas; Mucy y EME Bodegas en concreto, cata armonizada con los pinchos elaborado por La Dama de la Motilla. Asimismo, hará una presentación de la propia DO, como la Ruta hará lo propio como lugar de destino. Por su puesto las catas van a estar muy presentes, con vinos de otras tantas bodegas de la DO adheridas a la Ruta, como Concejo Bodegas.

El principal objetivo es dar a conocer el producto del territorio que abarca la Ruta, a través de sus vinos y través de la citada muestra de gastronomía local. Una oferta turística vinculada con la enogastronomía que incentive visitar esta zona.

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Desde la Ruta del Vino de Toro se acercan a Madrid Fusión apostando, principalmente, por la parte líquida de la gastronomía con la presencia del vino de la DO toresana. Un de sus bodegas, Elías Mora, será la responsable de mostrar la riqueza vitivinícola de ese territorio, rico también en posibilidades para satisfacer a los más exigentes paladares. Se presentará la ruta de forma integral haciendo hincapié en la diversidad gastronómica, la riqueza de productos y elaboraciones que proponen los restaurantes y bodegas con que también cuentan con ellos.

Cristóbal Muñoz, chef, y Guillermo Ortega, director creativo, del Restaurante Ambivium.

Alimentos de Valladolid propone una ponencia en Madrid Fusión de los chefs Cristóbal Muñoz y Guillermo Ortega

De la necesidad surge la virtud, proclama la máxima. De la necesidad de alimentarse surge la virtud de proveerse de alimentos y de la necesidad de que perduren en la despensa surge la necesidad de conservarlos. De la búsqueda de la excelencia en materia gastronómica surge el virtuosismo de los grandes cocineros, de expertas manos que hacen sublime aquello que tocan y pasa por el tamiz de su creatividad.

Un homenaje a las técnicas de conservación de nuestros antepasados, sublimadas por por esas talentosas manos, es lo que realizarán el martes 24 de enero, a las 11:15 horas, en el Escenario polivalente de Madrid Fusión. dos grandes chefs como son Cristóbal Muñoz y Guillermo Ortega, compañeros en Ambivium. Desde este restaurante de la constelación Michelin, ubicado en la localidad vallisoletana de Peñafiel –perteneciente al Grupo Alma Carraovejas–, proponen en Madrid Fusión una ponencia que lleva por título 'Cellarium. Tradición y evolución'. La marca de calidad Alimentos de Valladolid –de la Diputación vallisoletana– propone esta acción.

«'Cellarium' es nuestra experiencia gastronómica en Ambivium, a la que queremos darle continuidad porque sigue evolucionando», señala Ortega. 'Cellarium' significa despensa o cava, el lugar donde se conservaban los alimentos, «dando así sentido al estilo de menú que realizamos en el restaurante basado en los métodos de conservación tradicionales». En Ambivium «cada pase hace referencia a un método de conservación, a la técnica que le aplicamos a diferentes productos para resaltar sus matices».

Por tercer año consecutivo, Ambivium mantiene una estrella Michelin, siendo galardonado esta vez también con la estrella Verde que concede la prestigiosa guía al compromiso con la sostenibilidad. Además, en esta última edición de la entrega de estrellas, a Cristóbal Muñoz se le premió con el Young Chef Award.

La ponencia que Muñoz y Ortega ofrecerán propone tres platos para cuya realización se emplean tres prácticas tradicionales de conservación de alimentos. Una técnica por cada cada plato, siendo estos: 'Escabeche de conejo, langostino y remolacha', armonizado con el vino Clarete Ancestral; 'Paloma madurada en koji, calabaza y cacao', armonizado con vino Pago de Carraovejas 2020; y 'Petit fours: repostería conventual', armonizado con café.

La base para sus elaboraciones son productos de kilómetro 0, aquellos que en la boca, en diálogo con las papilas gustativas, expresan y definen un territorio, su historia, su cultura gastronómica y las gentes que la han dado forma.

La primera preparación, el 'Escabeche de conejo, langostino y remolacha', en el encabezamiento del nombre del plato muestra el método de conservación y el que le otorga las principales cualidades sensoriales. Habrá quien se pregunte –con toda lógica– la presencia del langostino en un plato de tierra adentro. Pues su presencia está más que justificada, ya que el que figura en la receta se ha criado en una granja de Medina del Campo (Valladolid) un criadero que garantiza una alta calidad.

La armonía líquida será un vino clarete del grupo vitivinícola Alma Carraovejas, Ancestral, un vino elegido «por nuestros sumilleres, una elección que explicarán y que responde a los matices que aporta al plato, su perfecto encaje».

La segunda técnica de conservación, aplicada al plato 'Paloma madurada en koji, calabaza y cacao', los chefs la subliman en una preparación «típica de Castilla, con un producto local como es la torcaz. Lo que añadiremos es un poquito de innovación, de nuestro departamento creativo, con una guarnición de calabaza realizada con un proceso de nixtamalización –cocción del maíz con agua y cal– y koji –un hongo usado en cocina japonesa– «para que madure la paloma y quede más tierna». El plato se encumbra con una salsa de especias, piñones y cacao «inspirada en el mole pero llevado a nuestro terreno, porque lo elaboramos como si fuese un mole pero jugamos con ingredientes de la zona como pimiento choricero seco y, en lugar de manteca, como hacen en México, nosotros añadimos un poquito de foie de nuestra zona». Al ser una elaboración más potente requiere de un vino con más estructura como es el tinto Pago de Carraovejas 2020.

En el postre –'Petit fours: repostería conventual'– se emplea el tercer método de conservación: el azúcar. Son cuatro pequeños bocados inspirados en la repostería conventual con la creativa interpretación del equipo de Ambivium.

En el primer bocado se ofrece una versión de una yema de Santa Teresa, explicando su origen. Las yemas llegaban a los conventos procedentes de las bodegas de su entorno como excedentes de la clarificación del vino, ya que para realizar este tipo de filtrado se utiliza solo la clara del huevo.

A continuación, prepararán un arroz con leche con una elaboración a base de masa de mochi, masa de arroz. El tercer bocado es una reinterpretación del famoso mantecado de Portillo, una especie de macaron que se corona con una perla de glaseado a imagen y semejanza del azúcar y el merengue seco que luce el tradicional. Para finalizar, una trufa inspirada en las famosas trufas de convento, elaboradas con cacao de Belice y realizando con ellas un juego visual.

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