Dos mujeres compran en el mercado. EL NORTE

El IPC regional cae a terreno negativo por primera vez en tres años y medio

La vivienda y sus suministros y los carburantes empujan la inflación a la baja, mientras que los alimentos y restaurantes registran las principales subidas

Miércoles, 15 de abril 2020, 10:51

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Como si fuera una señal de que el futuro se parece al pasado, el IPC registró en marzo un comportamiento como no se veía desde 2016. La cesta de la compra, que había despedido febrero con una subida de precios en tasa anual del 0, ... 7% en Castilla y León, se desplomó en marzo hasta terreno negativo. Mientras el conjunto de España registró una inflación del 0%, la comunidad arrojó un –0,2% en un mes en el que el confinamiento se prolongó durante la segunda quincena.

No fue la pandemia, o no solo ella, la mayor responsable de la evolución del Índice de Precios de Consumo, ya que los principales responsables de la bajada, la electricidad y los carburantes, ya venían marcando tasas moderadas o negativas en los últimos meses. El IPC no registraba una caída en la comparación anual en la región desde agosto de 2016, cuando con un –0,4% dijo adiós a más de dos años en tasas negativas.

La tasa de variación anual del IPC en el mes de marzo se situó en la región nueve décimas por debajo de la registrada el mes anterior, mientras que la variación mensual del índice general fue del –0,6%, también dos décimas por debajo de la media nacional. Según explicó el INE, uno de los grupos con mayor influencia en el descenso del índice fue el transporte, con una variación del –2,9%, cinco puntos por debajo del promedio del país y más de cuatro inferior a la del mes anterior. El desplome del consumo de carburantes debido a la cuarentena ha venido a sumarse a la senda descendente que ya llevaban desde inicios del año por la bajada del petróleo y ha resultado a la postre determinante en el dato de marzo. En este apartado también tuvieron su repercusión los precios del transporte aéreo de pasajeros, que descendieron en marzo de 2020 mientras habían subido en el mismo mes de 2019.

El otro epígrafe con mayor impacto en la bajada del IPC fue la Vivienda, que en Castilla y León vio disminuir su tasa nada menos que el –6,3%, frente al –4,8% de media nacional. Los precios de la electricidad, incluidos en este capítulo, fueron los principales responsables del resultado, con los precios del gasóleo para calefacción también empujando a la baja, en ambos casos siguiendo una tendencia contraria a la que marcaban hace doce meses.

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Otras bajadas relevantes fueron las de la Enseñanza, del –1,2% (en España repuntó el 0,9%), y la de Ocio y cultura, cuya variación del –0,4%, causada en su mayoría por el descenso de los precios de los paquetes turísticos.

Cambio de hábitos

Todos los demás grupos experimentaron subidas de precios, en especial los Alimentos y bebidas no alcohólicas, que lo hicieron el 2,8%, tres décimas más que el incremento del conjunto de España. El INE atribuye este aumento a la evolución de los precios del pescado y marisco y de la carne, que pudo más que el descenso de los precios de las frutas y las legumbres y hortalizas.

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El confinamiento domiciliario y la imposibilidad de salir a comprar nada que no sean artículos de primera necesidad ha provocado un cambio de hábitos desconocido en los consumidores. «La gente sale lo justo y se dan menos visitas a las tiendas, pero en estas visitas se está gastando más», explica Carlos Cotos, experto en paneles de consumidor de la consultora Kantar. El gasto en el supermercado se ha disparado, al igual que las ventas 'on-line'. En los últimos compases de marzo el ticket medio se incrementó en un 42% respecto a antes de la crisis del coronavirus.

Tener que pasar más tiempo en casa ha impulsado la compra de productos de indulgencia y placer y, según los estudios de Kantar, las categorías relacionadas con la repostería, el chocolate o los helados doblaron con creces su tamaño a nivel nacional en la última semana de marzo.

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Según el informe de precios del mes pasado y dentro del apartado de alimentación, los productos que más se encarecieron en Castilla y León con respecto a febrero fueron el pescado fresco y congelado, que subió el 1,6% y está ahora casi el 8%más caro que hace un año; la carne de ave –el 1,2% en un mes y más del 3%en un año–; y la de cerdo, con alzas del 1,1% y el 10,4%, respectivamente.

Entre las escasas bajadas de precios en alimentación y en comparación mensual están las de legumbres y hortalizas frescas, del –3,8% y las frutas frescas, que si bien bajaron el 1,3% son ahora el 5,4% más caras que en marzo del año pasado.

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Por provincias

Por otro lado, el INE pone de manifiesto que la segunda subida de precios más acusada en marzo fue la de Restaurantes y hoteles, del 2,1% y también dos décimas por encima de la media; un repunte que se produjo en la primera mitad del mes y se truncó con la llegada del confinamiento.

Por provincias, León fue la que registró la mayor caída, de siete décimas; frente a las cinco de Burgos; dos de Valladolid, Zamora y Palencia; y una de Segovia. La tasa anual del IPC no se movió en Soria; subió una décima en Salamanca y dos en Ávila.

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Estadística se enfrenta a un problema inédito a la hora de calcular el índice de precios. El cierre del comercio en abril obligará a buscar una nueva metodología de acuerdo con la oficina europea Eurostat. Su reflejo en el IPC del mes próximo es una incógnita.

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