Castilla y León
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La región lidera el enoturismo nacional con medio millón de visitas al añoEl interés creciente del público por el mundo del vino y su cultura ha generado un auge en el ámbito del enoturismo que, aunque se vio frenado en 2020 con la irrupción de la pandemia de la covid-19, están consiguiendo recuperar los registros de ... visitantes con unas expectativas de crecimiento para este año. Castilla y León lidera el enoturismo nacional con un total de 474.282 visitas registradas en 2022, según recoge el Observatorio Turístico de las Rutas del Vino de España. La cifra supone casi el 20% del global de los visitantes que llegan hasta las zonas enoturísticas del país que suman 2,5 millones de personas. Le sigue de lejos, con 100.000 visitas menos, la comunidad de Andalucía y en tercera posición se sitúa Aragón.
La región cuenta con nueve rutas del Vino certificadas de los 35 itinerarios enoturísticos que hay repartidos por la geografía nacional. En concreto, Ribera del Duero, Rueda, Cigales, Toro, Bierzo, Arribes, Sierra de Francia, Arlanza y Zamora. Suman un millar de servicios y experiencias entre bodegas, restaurantes, alojamientos, museos, enotecas, entre otras propuestas. Ribera del Duero se lleva casi el 60% de las visitas relacionadas con el vino en la región. Cerró 2022 con un total de 282.000 turistas y se sitúa en el tercer lugar del ranking nacional después de la Ruta del Vino y el Brandy Marco de Jerez y Rioja Alta. En Castilla y León, le sigue Arlanza con 75.031 turistas el pasado año, mientras que Toro recibió 58.462 visitantes y Rueda un total de 36.033. Cigales dio la bienvenida a 8.969 enoturistas en 2022, Bierzo a 7.434, Arribes a 2.597 y Sierra de Francia 3.495.
La Ruta del Vino de Zamora, recién certificada, cerró el pasado año con 335 visitantes a su oferta vinculada con el turismo del vino. En lo que se refiere a los datos de este año 2023, las zonas enoturísticas no manejan todavía las cifras que las recoge el Observatorio Turístico de las Rutas del Vino, que las hace públicas sobre mayo o junio del año posterior. En cualquier caso, en el global de las rutas, las sensaciones son positivas y pronostican un crecimiento de cara al futuro. En general, octubre es el mes con mayor número de visitas coincidiendo con la campaña de vendimia que atrae a turistas y curiosos, pero también, en algunas de las zonas, agosto es un mes de mayor auge. Noviembre suele ser otra de las épocas preferidas al ser considerado el mes del enoturismo, con motivo de la celebración hoy del Día Mundial, e incluir programaciones y citas especiales en las diversas zonas.
Seis de cada diez enoturistas que eligieron el pasado año zonas vinculadas a la cultura del vino en Castilla y León, apostaron por Ribera del Duero. Una zona con 326 socios adheridos y una amplia variedad de servicios y experiencias. Su presidente, Miguel Ángel Gayubo incide en que más allá de las cifras, el estándar de éxito de la zona se fija en el grado de satisfacción de los visitantes y la calidad en los servicios. «Que sigan eligiéndonos y recomendándonos para nuevas escapadas, es fundamental», considera.
La Ribera cuenta con un catálogo de ofertas en crecimiento que permite «dar respuesta a las necesidades de diferentes perfiles enoturistas. La gente busca experiencias y hay que dárselas». En esta línea, Gayubo resalta la variada oferta que presenta la ruta que además de vino y gastronomía, incluye un circuito de velocidad, parajes naturales como las hoces del río Riaza, una 'escaperoom' situado en una bodega subterránea medieval, un recorrido por árboles singulares, barrios de bodegas medievales, «y un sin fin de ofertas de calidad, es imprescindible pasar una auditoría para formar parte de nuestro producto». En el futuro más próximo, la Ruta del Vino trabaja en su Plan de Sostenibilidad Turística, resultado de la inyección de 1,8 millones de euros de Fondos Europeos, que mejorará el producto turístico.
Por su parte, la Ruta del Vino de Rueda destaca también por su diversidad con bodegas, museos del vino, bodegas tradicionales, queserías, reposterías, restaurantes, alojamientos de todo tipo, propuestas culturales, patrimoniales y recursos naturales. Entre las propuestas que marcan la diferencia triunfan sus paseos a caballo entre viñedos de verdejo, bodegas y patrimonio cultural y natural, a través de un itinerario ecuestre de casi 40 kilómetros por el terruño. Este recorrido es, desde 2017, la primera ruta ecuestre y de senderismo homologada por la Real Federación Española de Hípica y la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León.
Otro de los reclamos, según la gerente de la Ruta, Cristina Solís, se centra en 'Atardecer al Son del Vino', un maridaje sonoro entre música, paisaje y vino en el que se unen artesanos de la buena mesa y bodegueros para ofrecer «una experiencia mágica en torno al viñedo con banda sonora en directo». Solís destaca que, a falta de datos oficiales, el año está siendo bueno en el número de visitas, llegando ya a las cifras prepandemia. Respecto al visitante, observa que «busca ofertas singulares y de calidad, cosas diferentes que den un valor añadido al viaje».
Pueblos pequeños, con riqueza natural y patrimonial, con nula masificación y una apuesta por el turismo cercano y familiar, son uno de los principales atractivos de la Ruta del Vino Cigales. Cobra importancia los Senderos del Clarete. Se trata de un recorrido por el GR-296, un sendero homologado para disfrutar a pie o en bicicleta. La propuesta permite desde realizar etapas de una jornada, hasta decantarse por todo el trazado en tres días.
A la naturaleza, se une la riqueza patrimonial de los pueblos que albergan barrios de bodegas tradicionales milenarias o fortalezas con gran riqueza patrimonial como el Castillo de Fuensaldaña y el Castillo de Trigueros del Valle. A las propuestas de naturaleza también se suma el Canal de Castilla. «Queremos que Valladolid sienta la ruta como suya, que la capital nos apoye y aprovechar la cercanía para aumentar el número de visitantes de cara al futuro», explica el presidenta de la ruta Sergio García al hablar de retos de futuro.
La Ruta del Vino de Arlanza ha sorprendido por su ascenso a la segunda posición en el ranking de visitas enoturísticas en Castilla y León. Situada en una zona de gran valor patrimonial incluye, además de la oferta vitivinícola, reclamos históricos y monumentales de primera línea como Santo Domingo de Silos, Covarrubias y Lerma, que han marcado en parte este salto importante en cuanto a la llegada de turismo, que además de historia y belleza patrimonial buscan experiencias vinculadas el mundo el vino y terruño.
La viña y el vino se entrelazan en El Bierzo con una gastronomía de calidad y la belleza paisajística y monumental en esa comarca leonesa. Los castillos y monasterios, el paisaje único de Las Médulas declarado como Patrimonio de la Humanidad o su ubicación en el Camino de Santiago, son algunos de los complementos que aporta la zona a los amantes de la cultura del vino, según Bierzo Enoturismo.
En la provincia de Salamanca, el Parque Nacional de Las Batuecas, la Sierra de Béjar y de Francia declaradas Reservas de la Biosfera por la Unesco o pueblos con encanto como Mogarraz o la Alberca, aderezan la oferta vitivinícola que incluye la Ruta Sierra de Francia. Se completa con la oferta de naturaleza como la ruta de los miradores o los itinerarios de senderismo. Una zona en la que llama la atención del visitante sus viñedos situados en bancales.
Entre Salamanca y Zamora también se sitúa la Ruta del Vino Arribes del Duero. Con kilómetros de cañones fluviales, en contraste con la penillanura ha generado un microclima ideal para el cultivo de viñedo, del que se puede disfrutar en un viaje en barco por esa zona del Duero. Su situación fronteriza con Portugal, alejada de grandes núcleos urbanos, desde los que se avistan águilas reales y cigüeñas. El global de Rutas demuestra en su oferta que el enoturismo es mucho más que vino.
El informe del Observatorio Turistico de las Rutas del Vino sobre el perfil el enoturista publicado recientemente constata la recuperación del sector tras la pandemia. Entre los datos que desvela, destaca el incremento del gasto medio por visitante en destino, que alcanza los 201,80 euros por persona y día, superior al del turista en general. La estancia media sube hasta los 2,85 días, de acuerdo con los resultados del estudio para el periodo comprendido entre el segundo semestre de 2022 y el primero de 2023. De esta manera, con el incremento del gasto medio y duración, la media en estancia se sitúa en los 504,40 euros. En la actualidad, el 70,38% de los enoturistas pernocta en las Rutas del Vino de España.
Hay un mayor porcentaje de mujeres que de hombres entre estos viajeros. El público femenino representa el 53,70% y el masculino el 46,30%, aunque el porcentaje de mujeres ha disminuido un 8% respecto al informe precedente. La franja de edad más habitual está entre los 46 y los 65 años (un 36,46%), seguida de las de entre 36 y 45 y 26 y 35 años, con porcentajes que superan el 23%. Los de 18 a 25 años han experimentado un aumento importante, alcanzando el 12,10% del total.
Quizás, el primer viaje de 'turismo' que hizo el vino de Toro fue aquel que cruzó el Atlántico hacia el Descubrimiento de América. Pero esa es otra historia. La de hoy también la protagoniza el vino, ―el de Toro, entre otros―, esta vez, como anfitrión de viajeros, y tiene lugar a lo largo del cauce del río Duero. Personaje secundario, pero imprescindible y responsable de que podamos contarla.
Este 12 de noviembre, como cada segundo domingo del undécimo mes, se celebra el Día Mundial del Enoturismo. Una iniciativa creada hace ya más de una década por la Red Europea de Ciudades del Vino (RECEVIN) con el objetivo de «potenciar el turismo del vino y la promoción de las zonas vinícolas como vertebradoras de territorios eminentemente rurales y generadores de riqueza económica, cultural y patrimonial».
Castilla y León cuenta con nueve Rutas del Vino asociadas a denominaciones de origen. Un tercio está en la provincia de Zamora: las de Toro, Zamora y Arribes. Y todas ellas están integradas en el producto turístico Rutas del Vino de España. En total, 95 municipios ―56, de la Ruta del Vino de Zamora; 28, de la de Toro, y 11, de la de Arribes del Duero empapados en su esencia por el elixir del dios Baco, entre los que se cuelan algunos de las provincias vecinas de Valladolid y Salamanca. Y es que el mundo del vino no tiene más fronteras que las paredes de una copa.
La primera de estas rutas certificada por ACEVIN (la Asociación Española de Ciudades del Vino) en la provincia fue la de Arribes del Duero, en 2018; al año siguiente, se sumaría la de Toro ―aunque ya se había creado en 2017― y la de incorporación más reciente es la Ruta del Vino de Zamora, que lo hizo en 2021.
En concreto, la Ruta del Vino de Toro recibió el pasado año un total de 58.462 visitantes, un 26,6% más que en el año anterior, y se posiciona así como la segunda en recepción de visitantes de Castilla y León, sólo por detrás de la de Ribera del Duero. El 90,4% de estos visitantes optaron como experiencia principal por conocer bodegas, aunque la de Toro fue también la tercera Ruta del Vino de la comunidad que sumó más visitantes en museos durante 2022, por detrás de Ribera del Duero y Rueda.
El impacto económico total que el enoturismo generó el año pasado en la Ruta del Vino de Toro ascendió a unos tres millones de euros, y el gasto medio por visitante fue de 36 euros, sólo teniendo en cuenta lo gastado en bodegas.
Mientras que en la Ruta del Vino de Zamora, destaca que las pernoctas de viajeros han aumentado del 62 % al 66 % en el último año, y lo han hecho en torno al 25 % en los alojamientos rurales. Precisamente, el aumento de la pernoctación en el territorio de la Ruta es uno de los objetivos principales, según reconoce la gerente de la Asociación Ruta del Vino de Zamora, Eva Gamazo, quien asegura que, además de seguir promocionando el territorio de Tierra del Vino de Zamora, también se marcan en el horizonte aumentar la sostenibilidad en destino y potenciar aún más algo «en lo que se lleva trabajando toda la vida»: la gastronomía local.
Además, tienen la idea de mejorar su oferta en cuanto al servicio de movilidad en «toda aquella necesidad que pueda tener un enoturista a la hora de adentrarse en la cultura y el patrimonio de la zona».
El perfil de visitante que reciben en esta Ruta es, mayoritariamente, de una de una edad media de 30-35 años en adelante. Además, Gamazo destaca que cada vez acuden más familias con niños, mientras que los grupos suelen ser de entre 2 y 8 o 10 personas. «No suelen venir grupos muy grandes ya que hay que tener en cuenta que las bodegas son pequeñas y muy artesanas, generalmente, unifamiliares, salvo la cooperativa El Soto; al contrario que las de Toro, que son más grandes».
Pero no sólo de bodegas vive el vino. Ni sus Rutas. Porque bajo el paraguas de estos sellos distintivos se puede disfrutar de una variedad de experiencias que van desde gastronomía en restaurantes y bares, tratamientos en hoteles, paseos por la naturaleza a pie o en bici, visitas a chocolaterías u obradores y también, a museos, como el Museo del Queso Chillón, el único dedicado a este producto en la provincia de Zamora.
Por supuesto, el territorio también cuenta, y mucho, en estas experiencias inmersivas en la zona. Los cañones fluviales de Arribes del Duero, el tramo del Camino de Santiago que discurre por la Vía de la Plata y atraviesa la Ruta de Zamora, o la imponente Colegiata de Toro son sólo unos pocos de los muchos «manjares» naturales y patrimoniales que contribuyen a que la experiencia en estos destinos vitivinícolas a orillas del Duero sea mucho más que aprender algo sobre uvas y beber unos cuantos vinos.
Gamazo ha reconocido que, con motivo de la celebración del Día del Enoturismo «no vamos a hacer nada especial porque ya lo hacemos continuamente», aunque sí «brindaremos con más cariño».
Pero las tres rutas del vino que se asientan en la provincia de Zamora sí tienen prevista una acción conjunta, junto con el Patronato de Turismo de la Diputación provincial, durante la celebración de la feria INTUR la próxima semana en Valladolid: la presentación de la actividad «Conoce la provincia de Zamora con los 5 sentidos a través de las Rutas del Vino de Toro, Arribes y Zamora. Tu plan de viaje para 2024», en la que tendrá lugar una degustación y cata a ciegas de productos de las tres rutas.
Está claro que, como reza el lema de la Ruta del Vino de Toro, todas ellas están dispuestas a seguir «dejando huella» en el enoturista.
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