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Las prioridades de Renault para los próximos dos años, planteadas a los representantes de los trabajadores en la apertura de negociaciones del nuevo convenio colectivo, pasan por la reducción de los salarios, la prolongación de la jornada anual y el aumento de las medidas de ... flexibilidad laboral como palancas para «resolver el problema de sobrecapacidad de las plantas, reducir los costes y priorizar la rentabilidad sobre los volúmenes». A juicio de la empresa, estas propuestas son necesarias «para que Renault España vuelva a posicionarse al más alto nivel de competitividad de cara a futuras adjudicaciones».
Los sindicatos presentes en el comité de empresa –UGT, CC OO, CGT, SCP y TU–, que rara vez exhiben posturas coincidentes, en esta ocasión rechazan con rotundidad la plataforma de partida presentada por la dirección.
Ésta incluye la congelación salarial y la reducción del 15% del plus de nocturnidad, del plus de festivo y del de turnicidad en rotación. Además, Renault quiere crear una nueva categoría de entrada al 90% de la retribución de un oficial de 3ª. Propone también 220 días de jornada anual, más tres de competitividad, y la consolidación de la antigüedad sin generar nuevos derechos.
El incremento en la flexibilidad que reclama la empresa pasa por la posibilidad de convocar la bolsa de horas no por días enteros sino por horas y por la de trabajar los sábados por la tarde por bolsa de horas.La jornada diaria también podría prolongarse o reducirse en una hora al día con cargo a la bolsa de horas.
Renault quiere un convenio de dos años de vigencia con la posibilidad de recurrir a contratación a través de ETT para la fabricación. Asimismo plantea pasar un 10% de la prima de producción a la prima por objetivos y pasar una de las pagas extras de marzo o septiembre a la prima por objetivos.
El director de Recursos Humanos de Renault España, José Antonio Rodríguez, expuso a la representación de los trabajadores que durante los seis primeros meses del año –agravados por la crisis sanitaria– se produjo un descenso del 35% de las ventas (1,26 millones de unidades) y del 34% en la cifra de negocio del grupo (18.400 millones de euros). «Como consecuencia de todo ello el resultado neto fue negativo y provocó que el CEO de Renault, Luca de Meo, anunciara que va a ir más allá en la reducción de costes de 2.000 millones de euros comunicados en mayo», señaló.
Para la sección sindical de UGT en Renault, las medidas propuestas son «un despropósito». Según señalan, «ahora que la situación en la empresa es difícil es el momento de que la dirección esté a la altura y reconozca y valore la implicación de los trabajadores», que llevan «años construyendo cimientos sólidos y demostrando su saber hacer».
«En UGT estamos dispuestos a seguir peleando por la viabilidad de nuestras fábricas, pero manteniendo la dignidad –añaden–. Propuestas como las que se han hecho en la mesa de negociación nos parecen un insulto y en muchos casos nos tememos que son medidas que no aportan a la competitividad tan demandada por Renault, sino que son fruto de los caprichos de algún industrial», señala la sección que comanda Laura del Ser.
Desde CC OO lamentaron que la dirección de Renault pida a los sindicatos «poco más o menos que barra libre», con «exigencias máximas y sin ofrecer nada a cambio». «Exponen un panorama catastrófico y de auténtico terror para endosarnos una plataforma inasumible y no lo vamos a consentir», apuntan.
«Somos conscientes de que no pasamos por el mejor momento económico, con el planteamiento de una reestructuración a nivel mundial, pero las personas trabajadoras de Renault sabemos lo que valemos. Sabemos hacer coches, motores y cajas de cambio buenos, bonitos y baratos, por tanto, pongámonos manos a la obra sin hacernos trampas», manifiesta Rubén González desde la sección sindical de CC OO.
Las medidas que exige Renault son para la CGT «totalmente descabelladas y delirantes» y suponen, entre otras cosas, «cargarse la Ley de Conciliación de la Vida Familiar y Laboral» y volver «a las relaciones laborales existentes en el S.XIII». El sindicato anarquista ha solicitado, por boca de su representante Unai Hernández, la colaboración de la plantilla «para elaborar una plataforma reivindicativa que represente y exponga las inquietudes y necesidades de los trabajadores».
Para el Sindicato de Cuadros y Profesionales (SCP), «la empresa ha presentado unos puntos de partida tan ambiciosos que es imposible alcanzar un acuerdo si no rebajan sus expectativas». «Las pretensiones de la dirección están a años luz de lo razonable», opinan. Ven «inadmisible» la pérdida económica y de derechos y rechazan las medidas de flexibilidad ya que «hacen que el trabajador esté disponible para la empresa todos los días del año».
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