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La versatilidad no es problema para el fundador de Eurotaff. Yvolverse a levantar tras ser tumbado por una crisis, tampoco. ¿Qué tiene que ver con el coronavirus una empresa que trabaja con un producto químico denominado poliurea, que se utiliza para impermeabilizar piscinas y proteger el interior de los tanques de petróleo? A Francisco Miguel no tardó en ocurrírsele la posibilidad de relacionarlos.
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«Casi podría decir que el origen de todo fue la rabia que me daba leer que gobiernos y empresas tenían que recurrir a comprar en China unas mascarillas que podíamos hacer aquí perfectamente... y encima algunas, no sé si por torpeza, cuando llegaban resultaban defectuosas», evoca. «¡Con la de fábricas de productos de celulosa que tenemos aquí! Podríamos hacer millones».
Las resinas con las que trabaja Eurotaff proporcionan a sus mascarillas reutilizables una filtración bacteriana superior al 98,9%, equivalente a las FPP3, y permite que se puedan lavar hasta cinco veces. Pequeñas empresas y grandes industrias agroalimentarias cuyos empleados tienen que trabajar con ellas puestas durante toda la jornada se las encargan por millares. «La clave está en que no agobian», sostiene.
Fabrica mil al día y aunque admite que sus mascarillas dan «un rendimiento alto», también reconoce que suponen «poco» dentro de su negocio, apenas «pecata minuta» dentro de la actividad de una empresa que está centrada en los revestimientos para la industria y la construcción con un material impermeable, duradero y de secado rápido, además de múltiples aplicaciones.
Eurotaff, que realiza las formulaciones y la I+D en Valladolid y fabrica en Irán y Chile, se dedica a los trabajos con poliuretano y a algunas cosas más, como la fabricación de un neumático antipinchazos para bicicletas y motos que Francisco Miguel se lanzó a desarrollar casi por una apuesta, 'picado' con Michelin.
«En realidad fabricar mascarillas no ha sido complicado; traemos la tela de la India, se le aplica la resina en Barcelona y una vez aquí, una veintena de costureras completan el proceso y le ponen las gomas», explica el propietario de Eurotaff, que llegó a tener «una de las empresas de alquiler de vehículos más grande de la región y una plantilla de un centenar de personas en la anterior versión de Eurotaff», antes de que la crisis de 2008 arrasase con todo.
Si el diseño y producción de estos equipos de protección resultó más o menos fácil, lo que no lo ha sido tanto ha sido bregar con la burocracia legal. «Nos han vuelto locos. Primero no había normativa; luego hubo una que cambiaron tres veces, cada vez con requisitos diferentes. Empezaron con que teníamos que hacer nosotros las pruebas de lavado y después decidieron que las hiciera un laboratorio. Primero de una manera y a continuación, de otra».
De momento sus mascarillas solo se fabrican en talla de adulto y se venden a empresas por lotes o a particulares por unidades por Internet. Pero ya está pensando en hacerlas para niños. Y con tela apta para el verano. También en adentrarse en la fabricación de geles higienizantes. O en el serigrafiado de las mascarillas. «¿Te imaginas el Estado Zorrilla llenó de gente con su mascarilla con el escudo del Real Valladolid?», bromea.
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Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
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