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Lali ha soplado las velas, aunque la rosquilla que tan buena pinta tenía se la ha comido con deleite su esposo, Pablo. En la sala ... de visitas se ha cantado el 'Cumpleaños feliz' y allí estaba para celebrarlo su hijo Pedro, que ahora, después del alivio de la vacunación, solo espera «que sea todo un poco más normal, poco a poco». Especialmente, dice, «poder estar un poco más físicamente con ellos, porque estas limitaciones nos han hecho tanto daño a nosotros como a ellos. Confío en que con la vacunación la normalidad pueda volver, que puedan salir, que les dé un poco el sol», pide.
Porque la primera alegría ya se la dieron el día que supo que empezaba la vacunación. «En el momento en que pusieron la primera dosis, que fue antes de finalizar el año, fue una tranquilidad bastante grande. Ya sabes que vendrá la segunda. Y cuando te dicen que ya está, esperar los diez días. Y ahora, después de 14 días que llevan vacunados, te da una tranquilidad bastante grande. Pasito a pasito», dice con resignación.
Después de «dos años y pico» visitando la residencia «todos los días» se encontró con las restricciones provocadas por la pandemia. «Angustia bastante. Porque la situación es muy complicada, ves cómo está fuera y lo que está pasando, sobre todo en residencias... Aunque personalmente hemos tenido plena confianza porque sabemos de los cuidados que tienen aquí. Si hubieran estado fuera, ¿habría sido mejor o peor? Nadie lo puede decir», explica. «Por la enfermedad, a nivel psicológico lo notan menos porque su día a día es distinto al nuestro, pero para nosotros está siendo duro, para mí mucho». Y mientras, espera que pronto se acorte la distancia que ahora, aún, les separa.
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