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La temporada turística de los jubilados del Imserso comienza todos los años en la primera quincena de octubre, una vez concluida la campaña de verano, y es, además de beneficiosa para la salud de los participantes, un balón de oxígeno para el empleo en el ... sector hostelero en unos meses de turismo complicado. Este año, la batalla de recursos de las empresas adjudicatarias de los programas mantiene en el aire las vacaciones de cerca de un millón de pensionistas españoles, unos 30.000 en Castilla y León. También ha sembrado de incertidumbre a los empleados del sector, más de 3.800 en la comunidad autónoma.
Para este año estaban programadas 900.000 plazas agrupadas en tres lotes: turismo en zonas de costa peninsular, turismo en zonas de costa insular y turismo de interior, con diferentes circuitos culturales, que es la variedad más demanda por los usuarios. En el programa participan anualmente 360 hoteles de todo el país. El importe total de los contratos asciende a 1.142,3 millones, cifra que para esta temporadas y la próxima incluye la aportación del Imserso (20,4%) y la de los beneficiarios (79,6%). El precio que abonan los participantes en régimen de alojamiento y manutención por pernoctación varía en función de los destinos y oscila entre 23 y 42 euros.
El Imserso desarrolla su programa de turismo como un servicio complementario de las prestaciones de la Seguridad Social con el objetivo de proporcionar a las personas mayores estancias en zonas de costa y turismo de interior, con lo que contribuye a mejorar su calidad de vida, su salud y la prevención de la dependencia. Asimismo, señalan desde el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, con el programa de turismo del Imserso «se contribuye al mantenimiento de la actividad económica, paliando las consecuencias que en materia de empleo produce el fenómeno de la estacionalidad en el sector turístico del país».
Según los últimos datos difundidos, el Imserso ofertó 93.304 plazas en Castilla y León en 2016, de las que finalmente se ocuparon 30.074. En ese ejercicio, 19.285 jubilados participaron en el programa de Turismo Social y los otros 10.789, en el de Termalismo Saludable. El Instituto de Mayores y Servicios Sociales calcula que el sector emplea, de forma directa e indirecta, a 3.859 personas en la comunidad.
Ahora, el recurso presentado por Mundosenior contra la adjudicación de uno de los tres lotes de los viajes ha encendido todas las alarmas en el sector turístico, por miedo a que se repita lo ocurrido en 2015, cuando distintos recursos causaron un retraso en el inicio de los viajes de los jubilados. Mundosenior, formada por Halcón Viajes (Globalia) y Viajes Barceló presentó el pasado lunes ante el Tribunal de Administración Central de Recursos Contractuales un recurso por su exclusión en la adjudicación de uno de los tres lotes que forman los viajes de Imserso, informa Efe. Mundiplan (formada por Iberia, IAG7 y Alsa) y Mundosenior se habían repartido los tres lotes del concurso para la gestión del programa de vacaciones de la tercera edad durante las dos próximas temporadas.
Para apuntarse a los viajes hay que tener la condición de pensionista de jubilación del sistema público;pensionista de viudedad con 55 o más años; o perceptor de prestaciones o subsidios de desempleo, con 60 años o más. Los usuarios pueden ir acompañados por su cónyuge o pareja, así como por sus hijos si sufren una discapacidad de al menos el 45%.
Dos de cada tres pensionistas participantes en los viajes del Imserso poseen una prestación inferior a 1.050 euros al mes. En la valoración de los expedientes de solicitud de plaza se ponderan variables como la edad de los solicitantes, su situación económica y de discapacidad, si la hubiere, así como la participación en el programa en años anteriores.
El Gobierno en funciones, por boca de la ministra de Industria, Reyes Maroto, asegura que los pliegos del concurso cumplen «toda la legalidad», por lo que confía en que los viajes se puedan convocar y vender en breve.
Pero desde la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV) advierten de la «alarma social» creada entre los pensionistas y recuerdan que las agencias, que gestionan el 80 % de los viajes del Imserso, son parte de un sector que abarca hoteles, pymes, autónomos y compañías aéreas y emplea de forma directa a más de 10.000 personas, pendientes todas de la resolución.
ALICIA PÉREZ. ZAMORA
Vecina de la localidad zamorana de Arcenillas, Dominga López espera disfrutar, como ya ha hecho en años anteriores, del Programa de Turismo del Imserso para la temporada 2019-2020, aunque ya ha escuchado en las noticias que los viajes están paralizados y que podrían sufrir retrasos. Así que se mantiene a la espera de recibir la carta de notificación para poder contratar el viaje y explica que la situación le tiene en vilo. «Hay incertidumbre, pero no podemos hacer nada, solo esperar», asegura, resignada.
Ha sido beneficiaria de los viajes del Imserso en los últimos tres años, cuando ha visitado Islantilla (Huelva), Torremolinos (Málaga) y la zona de Bilbao, dentro de un viaje cultural. Este año también quería solicitar un viaje cultural para los meses de marzo o abril y ya tenía hechos sus planes. «Uno se hace a la idea de cuándo y dónde ir y ahora no se sabe si vamos a ir o no; o si se puede solicitar o no», afirma, mientras la carta que le permite contratar el viaje en una agencia o a través de Internet sigue sin hacer acto de presencia.
Dominga López comenzó a viajar con el Imserso tras jubilarse, cuando una sobrina que trabaja en una agencia de viajes le animó a participar en este programa de turismo. Aunque ha hecho algunos viajes sola, normalmente se embarca acompañada de su hermana y de dos amigas, que en estos momentos se encuentran también a la espera de conocer qué ocurrirá con el programa de viajes.
«Me gusta viajar por salir de casa, con mi hermana y el resto de la gente; lo pasamos todos bien». Destaca que los viajes del Imserso vienen bien a las personas mayores, aunque cree que si se produce un retraso en la contratación de los paquetes turísticos, el mayor perjuicio será para el empleo y la economía. «Hay mucha gente que está trabajando en los hoteles, como camareros y cocineros, y el mayor perjuicio sería para ellos, que se quedarían en paro», manifiesta.
También los beneficiarios resultarían perjudicados. «Nos lo pasamos bien y nos gusta ir», señala. En el caso de que no pudieran hacerlo, cree que buscarían otras opciones y organizarían un viaje por su cuenta. Eso sí, considera que la propuesta del Imserso es más cómoda que ir por sus propios medios «porque ya te lo dan todo organizado».
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