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Laura San Martín, en una calle de Monzón de Campos, localida palentina en la que trabaja. BRÁGIMO

Laura San Martín | Coordinadora del Centro de Desarrollo Rural Carrión-Ucieza (Palencia)

«En los pueblos hay casas vacías, pero no se puede alojar al que quiere venir»

«Las personas que viven en los pueblos tienen los mismos derechos que el resto de la población», recalca con su trabajo

Sábado, 1 de abril 2023, 00:04

He aquí una mujer que vive por y para los pueblos. Laura San Martín (Villamuriel de Cerrato, Palencia, 35 años), lleva un lustro al frente del Centro de Desarollo Rural (CDR) Carrión-Ucieza y toda la vida implicada en reactivar los pueblos. Tan convencida está ... de que hay futuro en el medio rural que prácticamente desde niña se implicó en las asociaciones y colectivos que organizan y desarrollan actividades. Con la carrera universitaria concluida tuvo la oportunidad de entrar a trabajar en el CDR que tiene la sede en Monzón de Campos y en él lleva 13 años. Su trayectoria vital hasta el momento demuestra que para conseguir un objetivo no lo hay como el macho pilón: pensar y trabajar, planificar y trabajar, diseñar y trabajar, ejecutar y trabajar... Venga y venga y venga, a pie de obra, pisando el terreno. Es su particular, y por los resultados obtenidos, efectiva forma de lograr frenar la despoblación que ahoga el futuro de centenares de pueblos.

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–Lo que usted hace es una profesión tal cual: desarrollo rural.

–Si, las diez compañeras que estamos en este centro trabajamos en ello.

–¿Con un plus de vocación por tratarse del medio rural?

–Un plus de vocación necesario.

–¿Cómo explica lo que hace?

–¿Lo que hago o lo que hacía? Porque ha cambiado mucho.

–Empecemos por lo que hacía.

–Antes me encargaba de estar más fuera de las oficinas. Era más trabajo de campo.

–Pisar terreno.

–Claro, con los grupos de mayores, de mujeres, de niños, un programa de atención urgente para cubrir necesidades básicas de personas en riesgo de exclusión social. Eso fue así hasta 2018, cuando el coordinador del programa se jubiló y cogí el relevo.

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Laura San Martín, ante un palomar de Monzón de Campos. BRÁGIMO

–Y empezó lo que hace ahora.

–De cinco años para acá ha cambiado bastante el centro de desarrollo rural: han aumentado bastante los programas, duplicamos las personas trabajadoras del centro y ahí estamos enfrentándonos a retos diarios.

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–¿Como cuáles?

–Las políticas públicas han virado hacia el medio rural. Nos están mirando.

–¿De verdad? ¿Con fijeza?

–Sí. Ahora mismo está en boca de todos la España vaciada, la España rural, las políticas palanca para el medio rural. Es así. Y de hecho tenemos más programas con los que estamos trabajando. Pero eso no significa que no deban seguir mirando para acá. Por ejemplo, nosotros desde hace años con el programa de despoblación, tenemos uno específico para atraer nuevos pobladores al medio rural y hace años esa financiación era ínfima.

–¿Cuánto de ínfima?

–Igual eran mil euros, lo que no te capacitaba ni para tener una persona trabajando. De dos años para acá se ha aumentado la partida y el año pasado pudimos hacer una campaña, que tuvo bastante repercusión, titulada 'No me quiero ir', que realizamos junto con el CDR de Carrión de los Condes y la llamada principal no era solo que los nuevos pobladores vinieran al medio rural, sino también conservar a los jóvenes que tenemos. Muchos no quieren marcharse; quieren realizar su proyecto de vida en el pueblo pero no tienen cómo.

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–¿Qué o quién se lo impide?

–Que quede claro que necesitamos ayuda desde fuera de este entorno, pero también desde dentro podemos trabajarlo.

–Ya, pero ¿de qué manera?

–Tratando de fomentar el alquiler en el medio rural. Si no tenemos alquileres, la gente no va a venir. Si no tenemos casas, las personas jóvenes que sí quieren realizar aquí su proyecto de vida no lo pueden hacer porque no tienen vivienda.

–¿Empleo y vivienda entonces son la única clave esencial contra la despoblación?

–El empleo preocupa, pero cuando hemos estado trabajando todo esto el año pasado, juntándonos con los jóvenes y haciendo un 'mapeo' de lo que tenemos alrededor, a lo mejor si trabajas en Carrión de los Condes y vives en Santoyo, si tuvieras una casa irías y vendrías todos los días. Pero como no tienes siquiera esa opción de tener una vivienda te tienes que marchar a Palencia y vas y vienes desde la capital, que al final es lo que muchas personas acaban haciendo. Y eso sí que es la gran paradoja del medio rural.

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«Trabajar en el medio rural te ayuda de una manera sobrenatural a estar satisfecha»

LAURA SAN MARTÍN

–¿Paradoja?

–Tenemos casas vacías, no tenemos gente, pero no podemos alojar a quienes quieren venir. Es un trabajo como de ir rascando poquito a poquito. Ahora el objetivo principal de ese programa es la sensibilización de las personas que habitan el medio rural para tratar de quitar ese miedo que tienen al alquiler. Tenemos un montón en el banco de casas.

–¿El banco de casas?

–Sí, tenemos un banco de casas con el que tratamos de que las personas que quieren vender o alquilar sus propiedades en el pueblo o sus trabajos en el sentido de que, si por ejemplo, alguien tiene una tienda de ultramarinos y se va a jubilar se ponen en contacto con nosotras y lo publicitamos en una página que se llama volveralpueblo.org, que es de Coceder, y con la que trabajamos todos los centros de desarrollo a nivel estatal para ofrecer lo que tenemos al resto de la población para que puedan optar a ello.

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–¿El banco de casas funciona?

–Sí, comenzamos hace años con muy poquito presupuesto y hemos podido implementar algo mucho más potente ya.

Laura San Martín. BRÁGIMO

–No es lo mismo trabajar en la ciudad que en un pueblo. Pero dentro del medio rural, tampoco es lo mismo trabajar en un pueblo que esté cerca de la capital o de una cabecera de comarca que en uno alejado.

–Los que estamos cerca de la capital es verdad que tenemos la ventaja de la menor distancia respecto a otros territorios. Y, obviamente, eso facilita en nuestro caso la vida en el medio rural porque, por ejemplo, Monzón está a 15 minutos de la capital palentina. Y aún así hay muchos jóvenes que no quieren ir a vivir a la capital, se quieren quedar en Monzón.

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–Y con los servicios esenciales de la capital muy a mano.

–Es verdad que los servicios están más cerca pero, por ejemplo, pasa que en nuestra comarca no tenemos instituto; toda la comarca con la que trabajamos se va a estudiar Secundaria a Palencia con lo cual desde muy pronto se va perdiendo lo que se crea en los colegios de sentimiento de identidad no solo de tu pueblo, sino de los pueblos de alrededor.

–Hace muchos años se pensó que los inmigrantes serían una solución importante contra la despoblación rural.

–Nosotras empezamos a trabajar con inmigrantes de manera intensa hace pocos años porque en esta comarca palentina no hay muchas personas inmigrantes. Y con las que había trabajamos a favor de la integración. Al final, es lo que necesitan: nosotras desde el CDR damos clases de español tratamos de informar y de asesorar a nivel legal, preparamos programas para que conozcan todo lo referido a la localidad en la que se asientan. Si viene gente de fuera, eso es positivo porque nos faltan niños y niñas. Al final todo el que quiera venir al medio rural es bienvenido y nosotras lo que tenemos que tratar es de que ese trayecto sea muchísimo más sencillo, quitando piedras del camino.

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–¿Por qué cree que merece la pena lo que hace?

–Porque ayuda a mejorar la vida de las personas que viven en los pueblos, que tienen los mismos derechos que el resto de la población.

«En muchas ocasiones es como que tenemos que pasar más tiempo demostrando lo que hacemos que haciendo lo que tenemos que hacer»

Laura San Martín

–¿Qué le desanima más en el día a día?

–La burocracia. Completamente. Al final, en muchas ocasiones es como que tenemos que pasar más tiempo demostrando lo que hacemos que haciendo lo que tenemos que hacer. Y lo que hay que hacer es estar en la calle con la gente trabajando.

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–¿Recomendaría a un joven que quisiera formarse para trabajar en un centro de desarrollo rural que lo hiciera?

–De todo lo que tenga que ver con el ámbito social, claramente sí. Educación social, trabajo social, integración social... Es importante tener esa sensibilidad especial porque al final, en el medio rural trabajamos de manera integral con todos los colectivos de la población.

–Cada vez que escucha lo de la España vaciada, la España vacía, la España deshabitada... ¿Qué sensación experimenta? ¿No le mina la moral?

–Prefiero pensar que esas expresiones nos han ayudado a que muchas políticas activas miren al medio rural. Nos puede gustar más o menos, podemos cuestionarnos el término, pero es verdad que se han vaciado los pueblos y se han llenado las grandes ciudades. Porque incluso las capitales medianas y pequeñas van perdiendo población. Estamos creando una sociedad con un desequilibrio territorial que a largo plazo no se va a poder mantener y no va a ser lo más sano, desde luego.

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«Con el banco de casas queremos sensibilizar a las personas que habitan el medio rural y quitarles ese miedo que tienen al alquiler»

LAURA SAN MARTÍN

–Con lo cual, ¿la despoblación no va a tener remedio?

–Sí va a tener remedio.

–¿Optimista irredenta?

–Va a tener remedio o, al menos, vamos a tratar de frenarla; con políticas y voluntad se puede.

–Se dijo que la pandemia ayudó a volver a mirar a los pueblos desde las ciudades, a regresar al medio rural a vivir. Tres años después...

–Fue verdad, y tuvimos muchísimas más solicitudes para venir a vivir al medio rural. Seguimos teniendo muchas solicitudes para venir y acabamos de traer a una familia de República Checa a Frómista. Hemos hecho muchas gestiones, les hemos asesorado y logramos encontrar un alquiler para asentarles aquí. Es verdad que ha disminuido el interés por los pueblos, pero recibimos aún muchas solicitudes. Aunque como no hay casas en alquiler... Eso sí que está siendo un verdadero problema.

Laura San Martín, en Monzón de Campos. BRÁGIMO

–A sus 35 años, ¿volvería a hacer el recorrido vital que ha hecho hasta ahora?

–¡Sí! Seguro. Lo volvería a hacer. Con mis inseguridades, mis indecisiones... Merece la pena. Disfruto del trabajo que hago y disfruto de la gente que tengo alrededor. Trabajar en el medio rural te ayuda de una manera sobrenatural a estar satisfecha. Cuando vas a los pueblos la gente te estima como si fueras una más porque saben que estás trabajando por y para ella y con dedicación.

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–Desde sus 35 años, ¿se ha parado alguna vez a pensar qué quiere ser de mayor?

–Lo que soy. Voy fluyendo por la vida y no me planteo el futuro en ese sentido. Lo que venga. Voy toreando según vienen las cosas y haciéndolas frente.

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