Los 13 pueblos más bonitos de Castilla y León según National Geographic

Y en Castilla y León, hay una gran cantidad de pueblos que cumplen con estas características. Estos son los 13 municipios más bonitos de la comunidad según National Geographic y pueden ser una gran opción para una escapada si buscas conocer un lugar tranquilo y alejado de las grandes aglomeraciones.

A pesar de que este pueblo se acerca más al territorio asturiano, pertenece a la provincia de Zamora. Se caracteriza por sus calles empedradas y porque en el se encuentra el Castillo de los Condes de Benavente, del siglo XV. Desde su balcón, puede divisarse el río Tera.

Es obligatoria la visita a la Iglesia de Santa María del Azogue, románica del siglo XII y que ha sufrido importantes transformaciones de estilo gótico. Se encuentra en la Plaza Mayor de la localidad y desde el año 2022 es Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento.

Se trata de una localidad situado en la comarca de las Merindades, al norte de la provincia de Burgos. Su arquitectura y entramado medieval ha atrapado el tiempo. Las calles estrechas y las casas colgantes similares a las que podemos encontrar en Cuenca encierran un ambiente de paz y tranquilidad.

Durante la Semana Santa en Frías se lleva a cabo la representación del Descendimiento dentro de la la Iglesia de San Vicente en el que la pieza central es un Cristo articulado que data de finales del siglo XVI. Esta ceremonia, se desarrolla como una meditación en torno a la Pasión de Cristo, en la que el predicador relata paso a paso cada uno de los momentos del desenclavo de Jesús de la Cruz.

De este pueblo de la provincia de Segovia, destacan sus casas porticadas, presididas por escudos nobiliarios, la iglesia de San Juan Bautista, cuya torre puede divisarse desde casi cualquier punto del pueblo y su característica Plaza Mayor. Esta es probablemente el lugar más representativo de la localidad con las fachadas de arenisca roja y sus blaconadas y una construcción irregular y anárquica.

Para acceder a Paderaza con vehículo, debemos pasar por el Arco de la Villa que forma parte del edificio de la cárcel, construída en el siglo VIII y rehabilitada en el XVI.

Catalañazor es un municipio que apenas cuenta con 50 habitantes situado en la provincia de Soria. Esta villa de origen medieval se encuentra rodeada de una fortaleza.

De este pueblo, destacan las ruinas de la Ermita de San Juan Bautista, la Ermita de la Soledad del siglo XII y su muralla. Cabe destacar que la mayoría de sus casas están construídas con madera y adobe que se conservan intactas. Como dato curioso, en el año 1965 el aclamado director de cine Orson Welles rodó la película «Campanadas a medianoche» en este municipio.

Este municipio que cuenta con 100 habitantes, fue declarado en 1980 Conjunto Histórico Artístico de alto valor monumental. Aparte de caracterizarse por sus calles empedradas y casas blasonadas, este pueblo acoge todos los años a cientos de peregrinos del Camino de Santiago que buscan un lugar donde descansar antes de emprender las etapas finales.

Aún se conservan casas con grandes puertas realizadas con arcos de medio punto que peternecían en su momento a comerciantes carreteros que recorrían toda la península. Muchas de ellas, aún mantienen los escudos familiares de la época.

Al esta localidad leonesa son multitud los que acuden a comer un buen cocido Maragato durante el fin de semana, caracterizado por el orden en el que se toma, con el compango al pripio y por último la sopa.

Se trata de una villa situada al noreste de la provincia de Segovia asentada en las faldas de una rojiza colina. En el año 1973, fue declarada Conjunto Histórico Artístico. A lo largo de su extensa historia, por este pequeño municipio han estado figuras como Alfonso VI, Alfonso VII, María de Molina o El Cid Campeador.

Arquitectónicamente hablando, este pequeño pueblo aún conserva del arte gótico el Palacio de las Contreras y la casa de la Torre. Sus símbolos más representativos, son la iglesia románica de San Miguel Arcángel, la iglesia de Santa María la Mayor y el único arco que se conserva de su muralla el cual, se encuentra una vez se cruza el puente medieval. En el mismo pueblo se puede encontrar un mirador que ofrece unas vistas maravillosas de la localidad y los alrededores.

Este municipio conocido como 'La cuna de Castilla' se caracteriza por ser uno de los más bonitos de la provincia de Burgos. Sus fachadas blancas y entramados de vigas de madera son un verdadero regalo para la vista. Además, este pueblo de apróximadamente 600 habitantes cuenta con una de las procesiones de Semana Santa más antiguas de toda Castilla y León.

La 'Procesión del Santo Entierro' se trata de una procesión viviente que cuenta con cerca de un centenar de actores repartidos por las diferentes estaciones de la Pasión de Cristo.

Se trata de un municipio de 1107 habitantes que se encuentra en la provincia de Salamanca. Gracias al buen estado de sus monumentos, en 1940 fue declarado como Conjunto Histórico Artístico. Famosos escritores, pintores y cineastas españoles como Miguel de Cervantes, Luis Buñuel, Lope de Vega o Miguel de Unamuno hacen referencias en varias de sus creaciones artísticas a este pueblo.

Existen numerosos monumentos para ver en este municipio de Salamanca. La Plaza Mayor, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción o la Ermita de San Marcos, son algunas de las razones por las que tan buena fama tiene la Alberca debido a la belleza de estos templos y a su buena conservación actual.

Vecino del ya mencionado Ayllón, el municipio de Maderuelo es también considerado como uno de los pueblos medievales más bonitos del territorio. A parte de sus monumentos, también se caracteriza por su entorno natural, situado sobre una colina rodeada por el embalse de Linares y donde se pueden realizar rutas a pie.

De esta villa medieval, caben destacar principalmente las iglesias románicas de San Miguel y de Santa María. Además, este pueblo conserva de la época musulmana restos arquitectónicos únicos en Segovia.

Este municipio de 700 habitantes fue declarado en 1964 Conjunto Histórico Artístico. Este reino de piedra recibe a sus habitantes por un espectacular arco de tres puertas que en tiempos del Emperador Dominiciano servía como acceso a esta ciudad.

A lo largo de su historia, se han construído monumentos de diferentes épocas y tradiciones en torno a este municipio. Las murallas árabes, su castillo, resto de la vieja alcazaba árabe, su arco romano de piedra de tres puertas y la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción son algunos de los motivos por los que se debe visitar este pueblo de la provincia de Soria.

Se trata de un pequeño pueblo de tan solo 275 habitantes situado en el corazón del Parque Natural de Las Batuecas. Al igual que otros municipios mencionados, Mogarraz conserva su arquitectura prácticamente intacta.

De este pueblo debemos destacar la Torre del Campanil, los Dinteles que se encuentran en multitud de edificios y su agricultura en terrazas perfectamente integradas en la naturaleza, siendo una de las grandes atracciones de los visitantes. También son llamativas algunas de sus tradiciones como la del Cerdo de San Antón, una costumbre religiosa del siglo III d.c en la cual, se suelta a un cerdo por el pubelo con una campana en el cuello tras haber sido bendecido.

Sin duda, lo que más caracteriza a este pequeño pueblo de tan solo 15 habitantes situado en la provincia de León, son sus casitas de piedra coronadas por techos de pizarra agrupadas en el valle del Silencio, situado en pleno Bierzo leonés. Su casco antiguo, destaca por su arquitectura, donde encontramos monumentos como una pequeña iglesia del siglo X y que exhibe en su arco de entrada elementos propios de la época musulmana.

Este municipio de 527 habitantes es el tercero de la provincia de Burgos que encontramos en esta lista. Situado entre el camino al Burgo de Osma y Aranda de Duero, a pesar de ser un pueblo pequeño, hay varios monumentos y zonas que no se deben dejar pasar por alto. La Colegiata de Santa Ana, sus murallas y principalmente el Palacio de los Duques de Miranda no te dejarán indiferente. Este último, pertenece al siglo XVI y se trata de una mansión renacentista que esconde en su interior un espectacular patio porticado.