El PSOE enmarca el perfil político de Javier Izquierdo como nuevo delegado del Gobierno

Y José Luis Ábalos. El ministro de Transportes que en su breve etapa en Fomento incluyó a Javier Izquierdo en su equipo.

Ábalos llegó con el 'caso Delcy' en la mochila. Esquivó a la prensa a la entrada y protagonizó una bajada de escaleras de película rodeado de micrófonos a la carrera para resolver la espinosa cuestión venezolana con una frase: «No tengo motivos para dimitir. Soy el único ministro ratificado por el Parlamento».

El resto de su aparición en Valladolid se centró en arropar a Javier Izquierdo, que subió al escenario del salón de actos -doscientas personas, abarrotado, gente de pie y en el vestíbulo- junto al ministro, Puente, Mercedes Martín y el consejero de Presidencia de la Junta, el popular Ángel Ibáñez. «Puedo dar fe de cómo es, formó parte del equipo de Fomento cuando tuve que improvisar un equipo, dadas las circunstancias entonces, y es una persona preparada, con sólida preparación política y profesional. Es una persona ponderada y dialogante, cualidades óptimas para mejorar la interlocución entre la comunidad autónoma y el Gobierno de España», alabó Ábalos.

Si alguien dudaba de que el perfil del nuevo delegado del Gobierno reúne unas connotaciones mucho más políticas que el de su predecesora, se despejaron rápidamente. No faltaron ni los agradecimientos al Gobierno de Sánchez, ni a Puente, erigido en uno de los principales referentes del sanchismo en Castilla y León, ni el recuerdo a Demetrio Madrid. En cuanto inició su discurso, Izquierdo aprovechó para desgranar los seis ejes de la política impulsada por el equipo PSOE-Unidas Podemos. «Castilla y León debe aprovechar medidas del gobierno para llevar una transición ecológica justa», emplazó, por ejemplo. «Cohesión territorial, la que necesita Castilla y León para abordar el reto demográfico y la necesaria convergencia interior a la que se refiere la disposición adicional segunda del estatuto de autonomía. No desde la confrontación entre territorios del país ni entre ciudades de nuestra comunidad», añadió, en pleno resurgimiento del movimiento regionalista leonés.

Ábalos quiso recordar en su discurso que el Gobierno ha aumentado «la inversión en infraestructuras» en Castilla y León hasta los 1.300 millones de euros, «la más alta de toda España». Aunque él mismo se respondía a la crítica: «Algunas inversiones pueden considerarse de paso» -caso de las vías de alta velocidad, que acaparan la mayor parte de esas inversiones- «pero son importantes para avanzar en los ejes viarios y ferroviarios de Castilla y León», dijo.