El PSOE se queda solo en la primera batalla política del tren
Todos los grupos respaldan la crítica a Renfe y al Ministerio de Transportes por la supresión de paradas y los socialistas votan contra la proposición del PP, que se repetirá en el Congreso y el Senado
La reorganización de las frecuencias de tren es ya un campo de minas político. El PP ha plantado artefactos incendiarios en todas las cámaras, ... autonómica y nacionales, con iniciativas que pretenden introducir cuñas en las filas socialistas mientras a Pedro Sánchez se le multiplican los frentes, ahora con el caso Leire-UCO. El primero de esos artefactos lo ha detonado con estruendo en las Cortes de Castilla y León. El PSOE se ha quedado solo.
El debate por la supresión de los servicios de alta velocidad lo defendió, por el PP, un zamorano, Alberto Castro. Igual que lo hizo otra zamorana, Marisa Calvo, por Vox. Y por el PSOE, una vallisoletana, Laura Pelegrina, que recibió un choque de manos de felicitación de la portavoz, Patricia Gómez, tras su intervención. Ana Sánchez, zamorana, socialista y presente en la manifestación de Sanabria del pasado fin de semana, asistió desde la Mesa sin cambiar el rictus serio. Pedro Pascual (Por Ávila), Francisco Igea, Pablo Fernández (Unidas Podemos) y Alicia Gallego (Soria ¡Ya!-UPL) pidieron el voto por separado. Especialmente por el punto 1: «[Exigir al Ministerio] La retirada de las modificaciones contempladas en la programación de la línea del Ave Madrid-Galicia a partir del 9 de junio de 2025 y se mantengan los servicios actuales». El PP no lo admitió. Incluyó en el mismo saco otro punto que pedía la mejora de servicios ferroviarios y otro en el que pide que se comuniquen a la Junta, por lealtad institucional, todos los cambios que se vayan a realizar en Renfe en el futuro que afecten a los servicios ferroviarios.
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¿El resultado? 52-28 a favor de la iniciativa del PP.
El voto a favor concentró a todo el PP, Vox, los dos no adscritos, Francisco Igea, Por Ávila, Unidas Podemos, Soria ¡Ya! y UPL. En sus filas militan cuatro de los siete parlamentarios zamoranos del hemiciclo, cuatro de los seis segovianos y diez de los quince vallisoletanos, que también representan los intereses de Medina del Campo.
El voto en contra se quedó en el PSOE. Los 28 procuradores acataron la disciplina de voto, más digerible con esa decisión de votar todos los puntos de manera conjunta, porque el segundo punto iba más allá de defender las paradas de la alta velocidad como están ahora y rectificar los cambios que se producirán desde el 9 de junio. En la bancada socialista hay tres zamoranos, dos segovianos y cinco vallisoletanos.
Alberto Castro (PP) bajó el tema al terruño. «Hubo ciudadanos que tomaron una decisión vital en 2020, cuando se puso la parada del Ave en Sanabria», dijo, «una estación que se realizó con fondos europeos y costó cuatro millones de euros». Y que ya entonces era fácil adivinar que nunca tendría un tráfico significativo. En las comarcas de Sanabria y La Carballeda viven unas 8.300 personas, y eso que en los últimos años han incrementado ligeramente la población. El pasado fin de semana se manifestaron allí 3.000 personas. Entre ellas, por cierto, Ana Sánchez y Antidio Fagúndez, socialistas zamoranos. «A miles de sanabreses se les expropiaron sus tierras porque eran obras importantes para ellos y ahora ustedes dicen que no era tan importante», hurgaba Castro. No solo en Sanabria, claro. Las vías han necesitado mucho terreno zamorano para alcanzar Galicia, pagado a precios irrisorios. Y eso, argumenta Castro, tiene como contrapartida frecuencias que «no son las que más usan».
«Entiendo que los procuradores de Zamora [del PSOE] no lo hayan defendido», espetó el parlamentario popular.
Marisa Calvo (Vox) aprovechó para arremeter simultáneamente contra PSOE y PP. «No tienen la más mínima empatía con Zamora, igual que tampoco la tiene la presidenta del PP de Vigo, que dice que hay que ir a más, un tren directo a Vigo», dijo. Pedro Pascual (Por Ávila) recordó que en Ávila, «hace 25 años, se tardaban 80 minutos en llegar a Madrid y ahora vamos camino de las dos horas». Pablo Fernández (Unidas Podemos) considera «inaceptable la decisión de Renfe y del Ministerio de Transportes de suprimir paradas del Ave», por lo que recordó que «Renfe es un organismo público que no está para ganar dinero, sino para dar un servicio público, y los sanabreses no son menos que nadie». Y Alicia Gallego (UPL-Soria ¡Ya!) cree que todo es producto de la «inquina por parte del Ministerio contra la Región Leonesa».
Ante el ataque grupal de todo el hemiciclo, el PSOE opuso la intervención de Laura Pelegrina, que embutió en su réplica el mapa concesional de autobuses, las licencias de transporte por carretera «caducadas desde hace 29 años» por dejadez de la Junta o «el cierre de los consultorios rurales» durante la anterior legislatura. Y luego presumió de los fondos que han llegado desde el Gobierno central o de las inversiones que impulsa el ministro de Transportes, Óscar Puente. «La línea Palencia-Valladolid-Medina es un acierto y un logro del Gobierno de España. Y si alguien ha impulsado la A-11 ha sido el Gobierno socialista. Mienten cuando dicen que Renfe castiga a Castilla y León, porque tiene uno de los mejores servicios de todas las comunidades autónomas. Llevan toda la legislatura lanzando soflamas contra el Gobierno, insultando a Pedro Sánchez, a Óscar Puente y a todos los socialistas de esta cámara y de Castilla y León». Así que para Pelegrina toda esta queja unánime en el resto del hemiciclo y las declaraciones de los socialistas zamoranos en los últimos días son solo el modo de explotar una excusa. «La reorganización de la oferta ferroviaria realizada por Renfe les ha servido de excusa para traer una iniciativa oportunista, alarmista, que no tiene ni pies ni cabeza», acusó.
Iniciativa que acabó con 52-28 y que deja al PSOE autonómico como valedor de una reorganización que beneficia a Vigo pero perjudica especialmente a Sanabria. El PP ya tiene argumentario, a punto de que Alberto Núñez Feijóo inaugure en Valladolid, este fin de semana, la precampaña autonómica. «Lo que pedimos no es un privilegio, es justicia», decía Alberto Castro. Y lanzaba el mensaje al secretario autonómico socialista, Carlos Martínez: «¿De verdad nadie en el PSOE de Castilla y León tiene fuerza para revertir esto?». Más que una indirecta, un desafío. O con el sanchismo o con Sanabria, es el resumen -muy simplificado- del órdago. Munición de precampaña a coste cero para los populares.
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