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La táctica política, en Castilla y León, cada vez se lee más en clave nacional, especialmente en lo tocante a la línea defensiva. La mirada a los considerados como desatinos rivales en el Gobierno de España es, un año y tres meses después de la ... investidura en la región, el refugio preferido del presidente Alfonso Fernández Mañueco. Como Luis Tudanca (PSOE) ya había anunciado que le iba a preguntar por la corrupción, su primera intervención, el esbozo de lo que vendría, resultó elocuente. «Rechazamos la corrupción de todas las personas en todos los territorios y de todos los partidos, incluido el suyo, señor Tudanca», espetó. O lo que es lo mismo. Los ERE de Andalucía, por poner el ejemplo recurrente.
La segunda línea de defensa es lo que llaman, en el argot peculiar de las Cortes, la «mano tendida». La invitación continua al pacto. Primero fue el de la recuperación. Ahora, el del presupuesto, que parece no convencer mucho al líder socialista, despechado por los «incumplimientos» que detecta en el primero de los acuerdos.
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El ataque de Luis Tudanca al flanco de la corrupción, tras la sentencia de la Gürtel, fue a degüello. «Cuando el señor [Jesús] Merino utilizaba sus influencias para cobrar comisiones por la adjudicación de obras, usted ya estaba allí», soltó. «Los empresarios llamaban a esta tierra Sicilia y León. Me dirá que son cosas del pasado, que usted no tiene nada que ver, aunque ya estaba allí», insistió. Y luego se puso a vaticinar para engrosar el listado de corruptelas investigadas que alcanzan de un modo u otro al PP en Castilla y León: «Cuando avance la trama Kitchen, en la que ya está imputado un ex ministo del Interior, todos recordaremos que ustedes mantuvieron como asesor al señor Cosidó y dirán que son cosas del pasado y no se inmutarán. Y cuando lleguen condenas de la trama eólica y del caso Perla Negra, dirán que son cosas del pasado».
El escudo de Alfonso Fernández Mañueco retornó a la fórmula combinada de la mano tendida y el ojo en Madrid. «La corrupción afecta a la confianza de la gente en la política, pero no es menos cierto que también afectan intervenciones como la que usted acaba de realizar», le afeó. «Traen aquí, Pleno tras Pleno, un ataque que no tiene sentido». Era el paso previo a ofrecer, unos instantes después, esa amistad por interés común. «La confianza de la ciudadanía se basa en que seamos capaces de sentarnos y pactemos unos presupuestos de continuidad», le invitó. «Lo que pide la sociedad es que nos entendamos. Que arrimemos el hombro de verdad, desde el diálogo, el acuerdo, déjese de la política de bastonazos».
La entrada en el debate resultó tan áspera como cabía esperar y la irrupción en escena del grupo parlamentario de Ciudadanos no contribuyó al alivio. David Castaño, portavoz, ha tomado como proyecto prioritario el Corredor Atlántico y repitió la pregunta que lanzaba hace quince días. Con otro tono, eso sí. Solo hay que ver la redacción de ambas cuestiones. «¿Qué avances se han registrado en el cumplimiento de esta iniciativa -aprobada en las Cortes en noviembre de 2019 respecto a mejora de infraestructuras-, así como en el desarrollo del Corredor Atlántico en Castilla y León?», inquirió el 6 de octubre. Ayer lanzaba: «¿Verdaderamente tiene intención la Junta de Castilla y León de impulsar el Corredor Atlántico en nuestra comunidad?».
No vio Ciudadanos un verdadero interés en contar con su opinión a este respecto. De hecho, Castaño le recordó al presidente de la Junta cómo otros gobiernos autonómicos han respaldado el Corredor Mediterráneo. «Para nosotros es muy importante el Corredor Atlántico. El Gobierno triplicará inversión en el Corredor Mediterráneo», leyó. Y mostró recortes sobre el apoyo de otras regiones a aquel proyecto. «Valencia. Murcia, aquí gobernamos juntos, señor Mañueco. Andalucía, aquí gobernamos juntos, señor Mañueco», enumeró. Y llegó hasta Galicia. Feijoó. «Si no defendemos nosotros el Corredor Atlántico, ¿quién lo defiende? Galicia. Usted verá si quiere estar detrás de la foto o delante».
El pique gallego escoció y tuvo respuesta por parte del presidente de la Junta. «No sabía que su modelo político era Galicia, sabe que allí nada de nada, su partido está no ya en la oposición, sino extraparlamentario», atizó Mañueco. Y siguió con el gesto endurecido. «Entendemos que la inversión comprometida por el Gobierno de España es para todos los corredores. Así lo ha manifestado el consejero al ministro de Transportes. En el documento que hemos remitido, con 71 medidas, la 47 habla exactamente de promoción de transporte y mejora de infraestructuras. No hace falta ser premio Nobel de economía para ver que si hay una infraestructura importante para Castilla y León, esa es el Corredor Atlántico».
Hasta Francisco Igea, en su primera intervención, tras la aportación más templada de Pedro Pascual, de Por Ávila, y en respuesta a la de Virginia Barcones (PSOE), viró a su modo particular a la mano tendida. «La ciudadanía nos mira atónita cuando nos ve darnos pataditas, se lo digo a usted y a todos los portavoces que han intervenido hasta ahora».
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