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Inaceptable, inoportuno, el grito en el cielo porque «cómo se puede hablar en estos momentos de una moción de censura en plena tercera ola», clamaba Melisa Rodríguez, portavoz nacional de Ciudadanos. Y al mismo tiempo, Nuria Duque, delegada de Acción Institucional del propio Ciudadanos en ... Valladolid, posaba en la foto de la moción de censura que, casi a la misma hora y con apoyo de su partido, desbancaba al PSOE del Ayuntamiento de Zaratán, el 43º más poblado de los 2.248 municipios de Castilla y León.
No es que Melisa Rodríguez eligiera un momento inoportuno, sino que el movimiento del PSOE de Castilla y León había forzado a Ciudadanos y al Partido Popular a ratificar públicamente su alianza en un contexto adverso: tras el batacazo electoral en Cataluña, con Vox al alza y con las mismas formaciones pergeñando en Madrid un intento de fusión, según algunos medios de la capital. Algo que unos (Cs) niegan mientras estudian cómo refundarse y otros (PP) dejan caer para tratar de aprovechar la debilidad del rival.
«¿Descartamos la presentación de la moción? No. ¿Depende solo de los socialistas? No». Doble andanada rotunda de Ana Sánchez, secretaria de Organización del PSOE, a primera hora de la mañana. Suficiente para desatar el maremoto político a unas horas de que el revés del Supremo se pasee por el hemiciclo de las Cortes como arma arrojadiza contra Mañueco e Igea. El pasito a pasito de la semana pasada, con el auto del tribunal contra la Junta, la reacción unísona de los pesos pesados Tudanca-Izquierdo-Puente y la invitación a Ciudadanos «a reflexionar» se hizo ayer, de pronto, tangible.
Ana Sánchez, PSOE
En el PSOE saben que la moción de censura tiene que llegar. Y hay un plazo para ello. Antes de que empiece el último año de legislatura (junio de 2022).
Para que tenga éxito necesitan un móvil y un momento. El móvil ha empezado a armarse a partir de esta tercera ola de la pandemia. Tras pedir a los suyos «lealtad absoluta» en la primera ola, sin críticas públicas al Gobierno autonómico, decidido a firmar incluso el pacto por la recuperación con la opinión en contra de pesos pesados del propio PSOE, el toque de queda anulado ha servido como primer punto de presión para los de Tudanca. Ayudado por el pésimo resultado de Cs y PP en Cataluña y a que en ambos partidos se han abierto procesos internos dolorosos. Inés Arrimadas (Cs), enfrentada al dilema de qué camino tomar. Pablo Casado (PP), con Núñez Feijóo como amenaza interna latente y los congresos provinciales en marcha.
Francisco Igea, vicepresidente de la junta (cs)
El PSOE de Luis Tudanca cree haber encontrado, además, en esos debates internos ajenos la fisura en la que clavar la cuña. «Castilla y León no aguanta más a Igea y a Mañueco. Hoy otra vez los hosteleros; cuando no, los sanitarios, los ganaderos, los gimnasios». Y apuntilló. «En sus partidos -PP y Cs- no les soportan. La inmensa mayoría de los castellanos y leoneses tampoco, no hay un solo colectivo que no esté enfrentado o disgustado».
Y para aliñarlo todo, las invitaciones de Virginia Barcones, vicesecretaria del PSOE regional, y de Luis Tudanca a que Ciudadanos «reflexione». Y ahí entra el intento de ensanchar las grietas entre el Ciudadanos Partido -el del aparato, el de Arrimadas, el que más presencia tiene entre los 12 procuradores naranjas en las Cortes- y el Ciudadanos Gobierno, el de Igea y los consejeros afines.
Melisa Rodríguez, Portavoz nacional de Cs
«Las mociones se presentan para ganarlas. Cuando se produzcan esas conversaciones con Ciudadanos, serán discretas», anunció Ana Sánchez.
Y el PSOE se sentó a esperar.
El amago socialista, aún muy lejos de tener una fecha concreta pero, en todo caso, un anuncio de lo que vendrá, provocó la reacción conjunta de PP y Cs. Incluso con un punto de sobreactuación necesario. Raúl de la Hoz, portavoz del PP en las Cortes, se centró en la «falta de dignidad» de los socialistas. «El partido que ha construido su discurso única y exclusivamente sobre la mentira de los datos y las medidas, con el objetivo de enfrentar a los ciudadanos con su Gobierno para obtener solamente ventaja política de la desgracia que vivimos, viene hoy a plantearnos la posibilidad de una moción de censura», arremetió.
Melisa Rodríguez, portavoz nacional de Ciudadanos, enervó el tono a medida que respondía a la pregunta del día y enfocó de paso al Gobierno central. «Si el PSOE cree que en este momento hay que hablar de moción de censura, me cuadran un poco más todas las omisiones que están haciendo en sus funciones en el Gobierno de España. Por ejemplo en Cataluña con el señor Illa, que ni siquiera ha condenado a los violentos», lanzó.
Raúl de la Hoz, portavoz del PP en las Cortes
Francisco Igea, la figura clave en todo esto, rebajó el tono de forma considerable respecto a su última comparecencia. «Estamos ocupados en lo que le importa a la gente, en gestionar una situación muy difícil, una de las peores crisis de nuestro país y en intentar disminuir la mortalidad, el daño. No estamos preocupados de nuestros sillones, que parece la preocupación del PSOE. Si el PSOE decide presentar una moción en mitad de la pandemia, que sería la única comunidad en la que pasaría, él sabrá», dijo.
Esta vez el ataque como defensa de Igea tuvo como destinatario al PSOE nacional pero por vía indirecta. Un mensaje, en realidad, para Pedro Sánchez justo ahora que sus ministros responden públicamente a la forma en que Pablo Iglesias (Unidas Podemos), vicepresidente del Gobierno, está valorando los incidentes vandálicos en Cataluña tras el encarcelamiento de Pablo Hasél. «Parece que el PSOE en Castilla y León está en otras cosas. Daría por bueno dejar la Vicepresidencia si el vicepresidente de la nación saliera a la vez», espetó Igea.
Luis Mariano Santos, procurador de upl
Añadió, antes de conocer las declaraciones de Melisa Rodríguez, que «está bastante claro cuál es la actitud del partido con respecto a este asunto» y aseguró que no tiene «dudas» de que Ciudadanos le apoyaría, llegado el momento.
El PSOE tiene 35 diputados. En sus cuentas, le faltan 6 votos, pero confía en poder sumar los apoyos de Podemos (2) y UPL (1). La moción quizá no vaya a llegar en breve, pero el PSOE ha activado el botón que inicia la estrategia para, armados los argumentos que la apoyen, encontrar el momento adecuado para que funcione.
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