Factores como la religión, la idiosincrasia o el arraigo familiar pueden incidir en la percepción de la eutanasia, pero resulta imposible medir qué influencia tendrán en su implantación en el territorio. Los estudiosos de este derecho bucean en los datos de Holanda, Bélgica y Luxemburgo, ... los más antiguos, o miran lo ocurrido en Canadá, donde se legisló al respecto en 2016. «Holanda, Canadá o Bélgica, cuando empezaron el proceso después de la aprobación de sus leyes, tenían un 1% de población que moría por eutanasia», cuenta Fernando Sanz, de la Asociación Derecho a Morir Dignamente. «Calcula a partir del número de fallecimientos que hay en Castilla y León y eso arroja una previsión de en torno a 2-3 casos semanales», dice.
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La cifra, en realidad, sería algo más elevada. Tomando como dato fiable las defunciones de 2019 -las de 2020 están distorsionadas por el impacto demoledor de la covid-, un 1% de los fallecimientos en Castilla y León supondría unos 287 casos al año, entre 5 y 6 a la semana.
Francisco Vara, jefe de Paliativos en el Hospital Montalvo, en Salamanca, explica que en esos países «en los últimos años ha habido un ascenso del número de casos pero se ha estabilizado o disminuido un poco».. Vamos a ponernos entre 4 y 17», calcul Se sitúa en torno al 4,1% de los fallecimientos de 2020 y el promedio de los últimos cinco años es el 4,16%. «Extrapolando los casos de Holanda, en España serían alrededor de 17.000 casos al año. En Castilla y León supondría del orden de 15 peticiones a la semanaa grosso modo. Basando las cuentas en las defunciones de 2019 saldrían unas 22 a la semana y por encima de mil al año, cerca de las 1.200.
En Canadá, con cinco años de legislación y una implantación paulatina en las diferentes regiones, en 2019 las muertes por eutanasia supusieron un 2% del total y en 2020, un 2,5%. «Una mayor conciencia y una mayor aceptación por parte de los canadienses» son los factores que «probablemente» hayan contribuido a este crecimiento, apunta el informe anual del Gobierno del país norteamericano.
Primera solicitud: El paciente comunica su decisión a través de un documento escrito firmado en presencia de un sanitario y dirigido al médico responsable. El médico tendrá dos días para mantener una «deliberación» con el enfermo.
Segunda solicitud: A los quince días de la primera solicitud, deberá confirmar su petición. De nuevo se abren dos días en los que el médico debe tratar de explicar las dudas o la información a mayores que pida el paciente.
Decisión firme: Hay un plazo de 24 horas para ratificarla. Si decide seguir, en los siguientes cuatro días un médico consultor dictamina si cumple los requisitos.
Verificación de la comisión de evaluación: La Comisión tiene dos días para verificar los datos.
Estudio: Un jurista y un sanitario evalúan la petición. Disponen de 7 días.
El porcentaje de defunciones de Canadá, aplicado a Castilla y León, supondría 717 casos, unos 13 a la semana.
Todos estos números se refieren a muertes asistidas. Pero el número de peticiones es superior. No todas se aprueban. En Canadá se recibieron 9.375 solicitudes en 2020. Según el informe anual, 1.193 fallecieron antes de resolverse el caso. Lo que entronca con el modo en que define Fernando Rey la norma. «Hay un deber estatal de protección de la vida y la eutanasia o suicidio asistido es un límite a eso, pero se basa en el principio de autonomía del paciente, de su libertad, que también es constitucional. La eutanasia no es permitir elegir entre vivir o morir, porque la persona va a morir pronto o tiene una situación de vida peor que la muerte. Sino que va a poder elegir cuándo y cómo morir».
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Del resto de peticiones, 566 se denegaron porque no cumplían alguno de los requisitos. Y 232 se echaron atrás. De estos casos, casi la mitad decidieron optar por cuidados paliativos.
El motivo más común por el que se pide ayuda para morir es el cáncer. Y esa estadística es estable en todos los lugares. Casi dos de cada tres muertes asistidas se habían solicitado por culpa del cáncer. Y dentro de los tumores, el que más incidencia tiene, según el Gobierno canadiense, es el de pulmón, con un 24% de los casos, seguido por el de colon, con un 12%.
«En Holanda, desde el principio, la mayoría de los pacientes que la han solicitado ha sido por cáncer», explica Francisco Vara. «El segundo motivo son enfermedades neurológicas como esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiple, párkinson. Y luego otras, como respiratorias en fase terminal, insuficiencia cardiaca, renal, hepática. Luego, enfermedades relacionadas con la vejez. A lo largo de los años ha ido perdiendo peso el cáncer y se han incrementado todas las demás. Aumentan las de tipo psiquiátrico, depresión... Pero se empezó por el cáncer», añade.
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