La prioridad, hacer el mejor vino posible a base de esfuerzo

El jurado de los XI Premios del Campo de ElNorte de Castilla decidió conceder el galardón en la categoría de Innovación a Tomás Postigo «por su innovación y su excelencia en la producción de vinos de calidad, por su compromiso con la sostenibilidad, por haber desarrollado un proyecto singular como fue el primer vino envejecido en barricas de roble rebollo y por el positivo impacto social y medioambiental que significa su modelo de gestión».

Natural de Cantimpalos (Segovia), Tomás Postigo es una personalidad indiscutible del sector del vino de España. Acaba de jubilarse y su legado está en las mejores manos, las de sus hijos: Gabriel, Alberto, Juan y Nicolás, quienes se han incorporado a la bodega familiar. «Lo fundamental que nos ha transmitido mi padre es una palabra que es una realidad: trabajo, trabajo y más trabajo. Amar el trabajo e ir cada día a trabajar con ilusión y con una sonrisa».

«Ha perseguido siempre hacer el mejor vino posible, su prioridad, a través del esfuerzo. También ha tenido una meta clara en la mente», explica su hijo Juan.

Tomás Postigo ha desarrollado su carrera, es decir, su vida, en la Ribera del Duero: en Protos como enólogo, en Pago de Carraovejas como socio fundador, y las últimas dos décadas en su propio proyecto, en Peñafiel. Ha crecido como enólogo y bodeguero en la Ribera y, sin duda, la DO ha crecido, hasta alcanzar la relevancia actual, gracias a grandes profesionales como Tomás Postigo, quien tiene prácticamente las mismas vendimias que la Denominación tras desembarcar en ella en los años 80, con un curriculum brillante, enmarcado por tres licenciaturas: en Ciencias Químicas, Química Agrícola; en Enología, y Licenciatura con grado, tesina, del Instituto de Fermentaciones Industriales (CESIC).

Tomás Postigo es uno de los pioneros que sentaron las bases del éxito de la DO, pues, «junto a Alejandro Fernández, Mariano García y Teófilo Reyes pertenece a una hornada de enólogos que han ido haciendo la historia de la Ribera».

Con su legado en sus manos, sus hijos adquieren el compromiso de, «como mínimo, hacerlo igual. El nivel está alto, lo que significa que tenemos que trabajar mucho».

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