Carlos Espeso
VIII Premios del Campo

Nuria Álvarez y el poder de la zarzamora

Premio mujer emprendedora ·

Zamorana de Almendra del Pan, dejó su trabajo en Dublín y regresó a su localidad natal para poner en marcha una explotación de este fruto rojo en una tierra tradicionalmente cerealista

Alicia Pérez

Zamora

Martes, 23 de noviembre 2021, 22:40

Si buscáramos en el diccionario la definición de mujer emprendedora, puede que nos apareciera la foto de Nuria Álvarez Rodrigo. Hace seis años que esta zamorana lo dejó todo para regresar a su localidad natal, Almendra del Pan, y poner en marcha una explotación de zarzamoras. Lo nunca visto en una tierra de secano y tradicionalmente cerealista, donde abundan las zarzamoras silvestres, pero no en explotaciones agrarias especializadas como Agroberry, la única de Castilla y León.

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Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, trabajó en Zamora y Madrid para trasladarse posteriormente a Dublín (Irlanda), desde donde regresó a su pueblo para levantar su propia empresa. Siempre había tenido el gusanillo de emprender, una inquietud que le llevó a cursar un Máster en Dirección y Administración de Empresas, aunque entonces nunca hubiera imaginado que iba a dedicarse al sector primario.

Hija de agricultores, se planteó utilizar los recursos propios con los que contaba. «Mis padres han trabajado de sol a sol y mis estudios y todo lo demás los ha pagado el campo», recuerda sobre aquellos inicios en los que empezó a pensar en la agricultura como su medio de vida y en buscar su futuro en el medio rural.

Con la ayuda de su padre, Agripino Álvarez, que realizó cursos sobre frutos rojos, y una ardua investigación sobre la futura plantación y la inversión necesaria, Nuria Álvarez realizó el plan de negocio. «Poco a poco se empezó a hacer más grande la bola y todo fue rodado hasta que estuve lo suficientemente convencida como para venirme e iniciar todos los trámites».

Ya no había punto de retorno

Cultivo, riego, mimos...

Se decantaron por la zarzamora porque era el fruto rojo con menos hectáreas plantadas en España debido a la dificultad de su cultivo y manejo. También porque es la variedad que mejor se adapta al PH del terreno del que disponían. Este fruto rojo se ha hecho imparable e inseparable en la vida de Nuria Álvarez. Lo cultiva, lo riega, lo mima y después de recogerlo, lo vende en fresco durante la campaña de verano, congelado el resto del año o transformado en mermelada artesana o licor.

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De las 400 plantas iniciales con las que arrancó la explotación en la comarca de Tierra del Pan, la empresa familiar ha pasado a tener 3.000 plantas en 1,2 hectáreas de superficie, además de un obrador artesanal en el que se elaboran y envasan los productos, y una pequeña tienda que ha abierto sus puertas este año. La pandemia de coronavirus frenó los planes de la joven respecto a su proyecto de agroturismo, una línea de negocio que pretende lanzar en 2022 con visitas a la plantación, el obrador y la tienda especializada en zarzamora.

Su objetivo es ambicioso. Quiere enseñar la plantación y el proceso productivo de Agroberry, pero también poner en valor el entorno en el que se ubica la empresa, próxima a la iglesia de San Pedro de la Nave, considerada una de las joyas visigóticas de Europa, y a tan solo 500 metros del embalse de Ricobayo.

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Si echa la vista atrás, reconoce que la evolución de la empresa en estos seis años ha sido considerable. Su intención es seguir diversificando el negocio y hacerlo sin prisa, pero sin pausa. Con sus manos cuida y recolecta una fruta que madura al sol y sigue haciendo lo que mejor sabe, labores de comunicación y comercialización.

«Hago de todo y es lo bonito, ver crecer tu proyecto; aunque sin la ayuda de mis padres, nunca lo hubiera conseguido».

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