Eugenio Rodríguez, el sabio pastor de Robladillo

Por unanimidad, los miembros del jurado de los XI Premios del Campo de El Norte de Castilla acordaron conceder una mención especial a Eugenio Rodríguez Herrero, 'El pastor de Robladillo', «por haber dedicado su vida de 83 años a la ganadería y los campos de Robladillo, donde ha cuidado de sus ovejas desde la infancia. Esta mención quiere servir como homenaje a su incansable labor en favor del campo y la ganadería, al propio oficio de pastor y a los valores que representa para el mundo rural».

Con 82 años y una vida entera dedicada al pastoreo, Eugenio Rodríguez es mucho más que un cuidador de ovejas: es un guardián del campo, una voz de experiencia y un referente de la vida rural. «Lo principal de este oficio es quererlo», dice con la convicción que le otorgan siete décadas de esfuerzo y dedicación.

Nació en Castromonte (Valladolid) y era tan solo un niño cuando empezó a trabajar con el rebaño de su primo. Luego lo hizo como obrero para otros pastores, hasta que en 1991 tuvo su propio rebaño. Desde 1968 ha estado recorriendo los páramos de Robladillo los 365 días del año con sus ovejas, sus burros Macarena y Perico y su viejo transistor a pilas, demostrando que el pastoreo es un modo de vida que requiere paciencia, sacrificio y, sobre todo, amor por los animales.

Conocido como 'El Pastor de Robladillo' en las ondas radiofónicas, su voz se ha ganado el respeto y el cariño de muchos. Su sencillez y su claridad de ideas lo han convertido en un sabio del campo, reconocido por la Junta de Andalucía, por el Congreso de los Diputados y por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural que le otorgó la Medalla al Mérito Agrario 2010. La Mención Especial de los Premios del Campo, le llena de ilusión y agradecimiento. «Son tiempos difíciles para el campo. La caída de los precios de la leche y los corderos, el abuso de los herbicidas y la burocracia se lo han puesto difícil al que es el trabajo más bonito del mundo», dice emocionado. «Para mí el campo es libertad y me hace feliz. Siempre he tenido mi profesión por bandera y la he defendido hasta en las Cortes. Esta Mención Especial es un reconocimiento a un oficio en extinción. Porque ser pastor es más que ordeñar y sacar mucha leche. Es una forma de entender la vida», concluye.

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