Convivencia y equilibrio del porcino y el viñedo

Emprendedora, inquieta, luchadora y comprometida. Marta Llorente es un claro ejemplo de trabajo en el sector primario y puesta en valor del medio rural. Cuando terminó sus estudios universitarios de Administración y Finanzas, decidió dejar Madrid e instalarse en Zazuar (Burgos), el pueblo de su familia. En un principio, optó por realizar trabajos vinculados al mundo de los números, hasta que después de ser madre decidió, junto a su pareja, dar un giro a su vida y asumir las tierras de sus progenitores en el pueblo. Así, comenzó a dar los pasos para crear una explotación agrícola, con una firme apuesta por los viñedos de la Denominación de Origen Ribera del Duero.

El siguiente reto fue ponerse al frente de una granja de cebo de porcino. Un sector, casi inusual en el ámbito femenino. Un mundo, por cierto, del que era desconocedora, pero en el que se ha ido formando y en el que afirma sigue aprendiendo en un día a día que le apasiona. Marta Llorente confiesa que las trabas burocrática han sido la barrera más complicada que ha tenido que superar desde que comenzara su aventura de emprendimiento en el medio rural. De cara al futuro, la búsqueda de la calidad y conseguir crecer de manera sostenida son los retos más inminentes que se plantea dentro de su granja de cebo de porcino.

En la actualidad, además de su apuesta ganadera, Marta Llorente cuenta, junto a su marido, con una explotación de 70 hectáreas de cultivos extensivos y con más de 20 hectáreas de viñedo. Con esta duplicidad, la ganadera y la agrícola, el viñedo y el porcino, ha demostrado que ambas actividades pueden convivir de manera equilibrada y profesional. Una compatibilidad que dice mucho en un momento de enfrentamiento y dudas entre el mundo del vino y las explotaciones de porcino, dos campos fundamentales en el sector primario de la región.

Más allá de su labor profesional, esta ganadera es una de las ocho españolas elegidas del proyecto europeo 'Grass Ceiling', que trata de visibilizar el papel de la mujer rural. El programa reúne a féminas de nueve países europeos. La difusión de su trabajo en las redes sociales es otras de sus contribuciones a la puesta en valor del mundo del campo.

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