«Apostamos por las materias primas 100% origen nacional»

Hace dos décadas, la empresa apostó por impulsar los cultivos de soja. En la actualidad, trabaja como más de 60 agricultores distribuidos en todas las provincias de la región. El responsable de Compras Agro de Pascual, Pablo Redondo, pone en valor estos cultivos como una gran alternativa de futuro.

–Pascual ha demostrado su apuesta por las materias primas con origen en Castilla y León. Destaca la presencia de los cultivos de soja donde se está trabajando en varios proyectos ¿Cuáles son?

–Llevamos trabajando con la soja veinte años. Hemos ido construyendo un modelo de aprovisionamiento de la mano del agricultor que no ha sido fácil. Los inicios fueron complicados. Aunque, es verdad que en los años 70 y 80 había mucha superficie de soja, había ido desapareciendo por las exportaciones. A la empresa le tocó ir aprendiendo de los errores de la mano del agricultor, ir mejorando, ir ensayando… Hasta que llegó el año 2019 y nos convertimos en la primera empresa con el 100% de su materia prima. En este caso, soja, avena, centeno, frutos secos y almendra, con un origen nacional. Ahora, el objetivo de la marca Vivesoy es seguir creciendo junto a los agricultores en pilares de sostenibilidad, medio ambiente, reducción de huella de Carbono y modelos regenerativos. A nivel externo, estamos colaborando con el ITACYL. De forma conjunta, realizamos ensayos de variedades para seguir aprendiendo y conseguir las más aptas para las condiciones climáticas de la región. Llevamos varios años y ya tenemos un histórico de cómo se van comportando las variedades y cuáles son las más adecuadas en calidad y en kilos para los agricultores de Castilla y León.

–¿Qué proyección de futuro tienen los cultivos de la soja y qué perspectivas de crecimiento?

–La soja es una clara alternativa a los campos agrícolas. Es una rotación natural de muchos cultivos, como el maíz. Es una leguminosa, se genera su propio Nitrógeno a través de los nódulos de las raíces. En nuestro caso, el destino que le damos a la soja es para alimentación humana, para Vivesoy, nuestra bebida de soja. A nivel global, la soja tiene una capacidad de ser incorporada como fuente proteica en los piensos, y España es un gran fabricante y consumidor de piensos, porque hay muchos animales que dar de comer. Imagínate la capacidad que tiene España de poder sembrar soja, porque estamos a la cabeza en la Unión Europea de los países que más importan. Esa báscula se puede empezar a compensar, si empezamos a sembrar soja como lo están haciendo en Francia e Italia. Así, se reduce la dependencia de las importaciones de terceros países. Es una gran alternativa.

–Un cultivo que se destina a las bebidas vegetales Vivesoy, y que no es el único. El centeno, en este caso en su totalidad, también tiene origen en Castilla y León.

–Hay un boom con el centeno. Es un cereal ancestral que ahora mismo está muy valorado por sus beneficios para la salud. A través de la innovación y el deseo de satisfacer la demanda de nuestros consumidores, a principios de año lanzamos la primera bebida vegetal de centeno en el mercado español. Al final, Castilla y León es la comunidad donde más centeno se siembra y se produce, y nosotros le ponemos siempre un foco especial a la calidad. Estamos seguros de que en esos secanos fríos, en tierras de Castilla muy trabajadas por los agricultores, se genera el mejor centeno. Por eso, apostamos por suministrarnos en la región y, concretamente, desde la provincia de Segovia.

–Además de soja, centeno… ¿con qué otras materias primas se trabaja en Castilla y León?

–Por volumen, la primera es soja, seguida de avena y, la más nueva es el centeno.

–¿Con cuántos agricultores trabaja Pascual en Castilla y León?

–Actualmente, estamos trabajando con cerca de 60 agricultores. Además, curiosamente, con las tres materias primas, están repartidos por todas las provincias de Castilla y Léon. Es un relación totalmente directa con el agricultor, a través de contratos previos a la siembra. En particular, con la soja, tenemos en cada zona centros de limpia y acondicionamiento. Allí, lo que se hace es preparar y limpiar el grano, lo seleccionan y calibran bajo nuestros estándares de calidad, para que puedan entregárnoslo después en fábrica.

–¿Cómo se asesora desde la empresa a estos agricultores?

–La empresa lo tuvo claro desde los inicios y apostó por crear un equipo de ingenieros agrónomos. Nos formamos en este campo, y tenemos una relación directa con los agricultores. Somos los encargados de ayudar y solucionar, en la medida de lo posible, las incidencias o los problemas diarios que puedan tener nuestros agricultores en sus parcelas. Las parcelas son visitadas cada quince días, aproximadamente. La empresa es conocedora de cómo evoluciona el cultivo y tenemos una trazabilidad total desde la semilla que emplean.Por su parte, el agricultor se siente partícipe de un cadena de valor porque sabe que su materia prima va a ir a un brick, es el orgullo de pertenencia. Son actores principales dentro de la cadena.

–¿En qué momento está la digitalización e innovación en este campo?

–Estamos en un continua evolución y crecimiento. Nuestros agricultores están mejorando sus explotaciones con equipos de control satelital, con siembras y tratamientos a dosis variables, hay cosechadoras que hacen mapas de cultivo con zonas de alto rendimiento, se utilizan móviles para hacer riegos optimizados con sistemas de aspersión controlada… Todas las parcelas de soja están geolocalizadas, las visitas se hacen con una plataforma digital, utilizamos fotos satelitales que nos permiten valorar de manera más adecuada cada zona de la parcela. Ahora, la ultima evolución ha sido el papel cero. Toda la vinculación que tenemos con nuestros agricultores, contratos y documentos, se van a hacer en soporte digital. Estamos seguros de que los agricultores están preparados.

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