PP y PSOE trazan sus argumentarios para unas municipales «decisivas» en Castilla y León

De este contexto nacen dos argumentarios contrapuestos que se escenificaron este viernes. En la interparlamentaria del PP, Alfonso Fernández Mañueco arengó a los suyos con el antisanchismo. «Si el sanchismo sale derrotado en las elecciones municipales, quedará sentenciado de cara a las generales. Una victoria contundente del PP en mayo le enviará a Sánchez el siguiente mensaje: empieza a hacer las maletas que te vas de la Moncloa». Y Luis Tudanca, ante el Comité Autonómico del PSOE, cambió el eje por completo, quizá desconfiando del optimista barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas dirigido por José Félix Tezanos. Nada de referéndum al sanchismo. Al contrario. «Son elecciones municipales y debemos ofrecer un proyecto para nuestras ciudades y nuestros pueblos, no para otra cosa. El señor Mañueco ha dicho otra vez que las municipales son para echar a Sánchez. Le recuerdo que convocó las elecciones en Castilla y León para llevar a Casado a la Moncloa y no le salió muy bien la jugada. La señora Ayuso está preparada para el día 29, que no se les olvide al señor Mañueco y al señor Feijóo», retó el secretario general socialista.

El nexo entre ambos argumentarios es la palabra «decisivas». Las elecciones del 28 de mayo son la primera cita, con autonómicas en otras comunidades, de un año que desembocará en las elecciones generales. Por eso es inevitable hacer oposiciones cruzadas. Al Gobierno autonómico, en el caso de los socialistas de Castilla y León, y al Gobierno central, en el caso de los populares de Castilla y León.

En el lado del PSOE, líneas de ataque muy claras. La primera, el tándem PP-Vox, que se vislumbra más generalizado a partir del 28 de mayo y del que el Gobierno de la Junta es una piedra de toque que centra todas las miradas. «Castilla y León es la pasarela de la moda de la extrema derecha en toda España y Europa. Con un deterioro institucional que nos ha llevado a una celebración invisible del 40 aniversario del estatuto de autonomía, en el que no se ha dado ni la medalla de las Cortes al operativo de extinción de incendios. Se niega la violencia de género, se manipula a los medios de comunicación, se niega la conmemoración de días como el 8 de marzo, se intentan catalogar como Bienes de Interés Cultural monumentos y vestigios franquistas».

Y añadido al ataque, la línea defensiva. En este caso, del Gobierno central. Subida de las pensiones, del salario mínimo, la excepción ibérica en la factura energética. Pero sobre todo lo que toca a Castilla y León. «Solo en financiación adicional del Estado, del Gobierno de Pedro Sánchez, han llegado 1.636 millones de euros más. Pero en fondos europeos, esos que el PP no quería, luego no creía y luego ha intentado que no llegaran, 2.286 millones del mecanismo de Recuperación y 415 del React-EU. Somos de las cinco comunidades autónomas que más han recibido», advierte Tudanca.

Porque el socialista sabe -lo sabía cuando intervino porque lo hizo por la tarde, tras Mañueco- que el PP hará valer los agravios hacia Castilla y León. «Que se nos trate como somos, una comunidad leal, comprometida con España, no que se nos amenace con requerimientos cuando a otros gobiernos claramente desleales con la unidad de España y con la Constitución se les trata con mimo, con cariño», acusó Alfonso Fernández Mañueco. Y luego puso un ejemplo muy reciente, el de los trenes de vía estrecha que no cabían en los túneles. «Dejan a Castilla y León sin compensaciones, sin trenes nuevos y sin billetes gratis. No lo vamos a tolerar. Y además viene la ministra de Transportes, después del ridículo más espantoso, a faltarnos al respeto y a mentir. Los presidentes de Galicia y Castilla y León queremos que se nos trate igual que a los de Asturias y Cantabria».

Además, el PP quiere potenciar su gestión frente a su socio y 'birlador' de votos, Vox. Los populares se ven sometidos a un desgaste por estrés con cada polémica y aquellas medidas que quieren presentar como logros acaban tapadas por el ruido. Así que Mañueco desgrana ideario ante los suyos: «Estoy demostrando que soy un hombre de palabra y que mis promesas se traducen en hechos: cheque bebé, bajada de impuestos, educación infantil gratuita, más ayudas para dependientes, vivienda, transporte, garantizar los grandes servicios públicos, podemos presumir de ser los que tenemos mejores servicios públicos de la nación».

Otro aspecto que se intuye en la campaña es cierto tono de aspereza. Javier Maroto, senador del PP por designación autonómica, quiso azuzar a sus compañeros y espetó que deben trasladar a la ciudadanía que «no hay socialista bueno». La respuesta de Tudanca incluyó doble dardo, por su empadronamiento en Sotosalbos para poder ser senador autonómico y por aprovecharse personalmente de una ley socialista, la del matrimonio homosexual, que el PP no compartía. «Hemos tenido que aguantar cómo hablaban de 'gente de bien', un discurso de la derecha más reaccionaria, y hoy hemos escuchado a Maroto, ilustre segoviano, decir que no hay socialista bueno. Supongo que tampoco son buenos los socialistas que le permitieron precisamente a él casarse y amar a quien quisiera».