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Vox ha registrado en las Cortes de Castilla y León una iniciativa con la que pretende resucitar en la comunidad los proyecto de perforación en pos del gas pizarra con la técnica de 'fracking' o fractura hidráulica. «Se trata de una proposición no de ley ... en la que se insta a favorecer la tramitación de proyectos de prospección, análisis y estudio, así como la utilización de la técnica de fracturación hidráulica», apuntan los responsables del grupo parlamentario autonómico en una nota de prensa.
La iniciativa de Vox sobre el 'fracking', como la de hace una semana para reabrir la central nuclear de Garoña, reanima un debate que se consideraba acabado desde que las petroleras solicitaran a lo largo de 2018 dejar sin efecto las autorizaciones para permisos de exploración (no explotación) que habían solicitado años atrás y que abarcaban amplísimas zonas del mapa de Castilla y León, cogiendo casi al completo la provincia de Burgos y la de Palencia y áreas muy extensas de Soria y Valladolid, incluida la Ribera del Duero, y Segovia. A esas alturas, la Junta había concedido ya una autorización de exploración a la empresa BNK en el norte de Burgos. La firma llegó a señalar, entre una fuerte oposición vecinal y de las organizaciones agrarias, los posibles puntos de perforación, pero el proyecto embarrancó tras el desestimiento de la empresa.
¿Qué es el 'fracking' o fractura hidráulica? Es una técnica para perforar pozos de 2.000 a 4.000 metros de profundidad, horadado que continúa en horizontal llegado al punto máximo de perforación para liberar el gas que se encuentra atrapado entre las capas de roca mediante la ruptura del esquisto del subsuelo. Para lograr romper ese material y extraer el combustible se inyecta una mezcla de arena y agua a presión por los tubos del pozo que incluye una porción de disolventes. Parte de esa 'inyección' líquida vuelve a la superficie y se recoge en balsas para su tratamiento. Las empresas defienden que esta técnica es segura. Los detractores afirman que la experiencia americana deja un reguero de contaminación de acuíferos por filtraciones, escapes de gas y posibles explosiones, además de movimientos sísmicos en torno al pozo y aledaños.
BNK programó en 2014 viajes desde Castilla y León a Polonia para mostrar los pozos que estaba perforando junto al Mar Báltico, en una estrategia casi desesperada por neutralizar la oposición que generaban sus proyectos en Burgos. Finalmente, ese movimiento de protesta y la caída del precio de los hidrocarburos restaron atractivo a las perspectivas de inversión. En 2012 hubo una cascada de solicitudes de permisos para explorar el subsuelo. Trece peticiones llegaron en ese momento a la entonces Consejería de Economía y Empleo y las empresas de hidrocarburos fueron sumando proyectos hasta el punto de que la Junta consideró necesario crear una tasa por tramitación de estas autorizaciones.
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Vox se posiciona entre quienes consideran el 'fracking' como una técnica «totalmente segura». Esgrimen que explotar los posibles yacimientos de gas en el subsuelo de Castilla y León es una apuesta por la «soberanía energética» del país. «El norte de la provincia de Burgos cuenta con importantes reservas de gas esquisto, siendo posible también que existan en otros puntos de nuestra región. Para explotar dichas reservas es preciso la prospección, análisis y estudio, así como la utilización de la técnica fracturación hidráulica», manifiestan desde el grupo parlamentario los socios del PP en la Junta.
La bancada que encabeza el vicepresidente Juan García-Gallardo defiende que con la propuesta para reactivar el 'fracking cierra un «círculo», tras llevar la formación ultraconservadora a las Cortes la demanda de reabrir las minas de carbón de León y Palencia y la reinstalación de un reactor nuclear (SMR) en Garoña, además de otros dos en Velilla y La Robla. Esta última iniciativa provocó fricciones con el PP hasta el punto de que Vox autoenmendó la propuesta inicial para suavizarla antes de la votación en el hemiciclo de Castilla y León.
«España cuenta con reservas capaces de abastecer su consumo durante 55 años y en donde Castilla y León aparece como una de las principales localizaciones de estas reservas, por lo que, para este grupo parlamentario, se hace necesario realizar una firme apuesta por las posibilidades energéticas de Castilla y León que permitan el desarrollo económico, industrial y social de nuestra región», valoran desde Vox.
Además de instar a la Junta de Castilla y León, Administración de la que forman parte del Gobierno, a favorecer la tramitación de proyecto de extracción de gas mediante perforación por fractura hidráulica, los de Santiago Abascal reclaman a la Junta que exija al Gobierno de España la derogación de la Ley de Cambio Climático. «Especialmente aquella parte del articulado que sea incompatible con la explotación de nuestros recursos energéticos, asegurando que las técnicas utilizadas para su extracción cumplan con los requisitos técnicos necesarios para garantizar el respeto y la protección del entorno natural», subrayan.
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